Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Debbie Pérez vive junto a sus padres y su hermano en Orlando, Florida, como muchos guatemaltecos que residen en Estados Unidos, la madre de Debbie se enteró a través de un video sobre las condiciones en las que se encontraba una escuela en Guatemala y le mostró a su hija las imágenes, así nació Drawing for the Kids, una iniciativa que recaudó cerca de US$2 mil 800 dólares producto de las ventas de los dibujos que Debbie realizó para donar 150 escritorios a tres escuelas en Cuilapa Santa Rosa.

Para conocer más sobre la historia de Debbie, La Hora Voz del Migrante, acompañó a la pequeña dibujante y su familia a tres escuelas de Cuilapa, Santa Rosa en donde se distribuyeron de forma equitativa los escritorios que compraron con el dinero recaudado, además de pelotas y otros juguetes para los niños.

Debbie dijo que su mamá le mostró las imágenes de los niños que no tenían escritorios y le explicó que podían ayudar a través de su arte y así fue como a través de un video publicado en redes sociales, Debbie anunció que estaría vendiendo sus dibujos para llevar la ayuda a los niños de Guatemala.

“A mí me gusta pintar y mi mamá me dijo que podía hacer pinturas y dibujos para ayudar a estos niños. Me gusta dibujar muchas cosas, como la Mujer Maravilla y otros personajes. Los dibujos los vendí a mí familia y mis amigos en Estados Unidos”, destacó Debbie mientras se dirigía a Santa Rosa en su primera visita a Guatemala.

Además, mencionó que esperaba que los niños a quienes iban destinados los escritorios se sintieran bien y muy felices con los nuevos pupitres y juguetes que les compartió.

FAMILIA TRABAJÓ EN EQUIPO

La abuelita de Bárbara viajó días antes a Guatemala para localizar las escuelas que serían beneficiadas con la donación. Aunque inicialmente el plan era entregarlos a una sola escuela, afortunadamente otros migrantes dotaron de escritorios a la primera y no dudaron en buscar otra opción y así fue como se contactaron con más escuelas, a través de Rubén Carías, un joven residente en Chiquimulilla, Santa Rosa que ha destacado por canalizar ayuda proveniente de los migrantes para las comunidades de Santa Rosa.

ASÍ FUE LA ENTREGA

La primera escuela se encuentra en la aldea El Cielito, Cuilapa, los niños fueron llamados al patio central en donde el delegado departamental del Ministerio de Educación anunció que serían beneficiados con 50 escritorios nuevos. Los niños se mostraron emocionados y agradecieron a Debbie y su familia la donación, mientras Bárbara Pérez, madre de la niña, explicó cómo se habían obtenido los fondos para adquirir los nuevos pupitres.

María Evarista González, directora del centro educativo, manifestó que estaba muy agradecida, pues fue algo que les tomó de sorpresa, ya que no esperaba que desde Estados Unidos se preocuparan por el estado de los escritorios y pensaran en colaborar con ellos.

“Es un esfuerzo muy grande lo que ellos han hecho y admiro la iniciativa de Debbie por ayudar a las escuelas. Hemos pasado penas y nos hacían falta los escritorios, agradecemos esta muestra de cariño hacia nuestros niños”, puntualizó González.

La segunda escuela se encontraba a unos 3 kilómetros de la carretera principal en la aldea Cuesta Chiquita, las condiciones de esta escuela evidenciaban la necesidad no solo de pupitres sino de brindar alegría a los niños, quienes al recibir los juguetes que Debbie les llevó, jugaron y se emocionaron.

Sandra Nájera, directora de la escuela Cuesta Chiquita, en donde estudian 89 alumnos de primaria y 24 de párvulos, dijo que la donación para ellos es recibida con mucha alegría porque la ayuda que reciben es poca, “agradecemos de todo corazón en nombre de los niños que son los beneficiarios directos de este proyecto”, dijo Nájera.

La entrega final se realizó en El Jícaro, al llegar los niños se mostraban tímidos y poco a poco fueron saliendo al corredor, en donde reciben clases más de 40 niños de preprimaria, la directora del centro educativo explicó que al carecer de aulas, los más pequeños reciben clases en el corredor, en donde sin importar el sol o la lluvia deben acomodarse a diario.

Uno de los maestros detalló que en este centro educativo, que se encuentra a unos 5 kilómetros del casco central de Cuilapa, hay niños que caminan diariamente entre 3 y 4 kilómetros para llegar a recibir sus clases. En la entrada se visualiza una construcción a medio terminar y al consultar explicaron que es un proyecto de una escuela nueva construida con fondos de los mismos padres de familia, pero que no pudo ser finalizada por falta de dinero para adquirir materiales.

Carmen Patricia Mockson, directora de la Escuela el Jícaro dijo que antes de la donación, de los 45 niños de Párvulos solo 25 contaban con silla y mesa para poder estudiar y deben compartir el mobiliario con otros compañeros durante la jornada.

“Los alumnos de pre-primaria trabajan aquí afuera (en el corredor), porque no tenemos espacio, cuando llueve los pegamos a la pared porque adentro tenemos llenas las aulas también. Esta entrega de los escritorios es una bendición porque ya los niños estarán mejor en su propio espacio para poder recibir sus clases y poder pintar”, destacó Mockson.

Bárbara explicó que aunque les tomó meses recaudar los fondos para realizar la compra de los escritorios, para ella inculcar esa solidaridad a sus hijos es muy importante y consideran que en el futuro pueden realizar otros proyectos para continuar trasladando la ayuda para Guatemala.

En la página de Facebook, Drawing for the Kids, Debbie y su familia compartía los avances de las donaciones y algunos de los dibujos que la pequeña realizó y vendió para lograr la meta y concretar el proyecto que para su familia es un ejemplo de solidaridad y buen corazón para los niños guatemaltecos.

Artículo anteriorGuerra Roldan, una vida más allá del TSE
Artículo siguienteMike Allison: Trump no ve las verdaderas causas de la migración