Por Margarita Girón
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Mientras las cifras de niños, adolescentes y unidades detenidas en su intento por llegar a Estados Unidos continúa en aumento, en los últimos meses la noticia del fallecimiento de cinco menores bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense ha generado indignación y pronunciamientos por parte de organizaciones internacionales, no así del Gobierno de Guatemala, quien ha tomado la vía diplomática para solicitar informes sobre estos fallecimientos.

Aunque la Canciller Sandra Jovel, dijo recientemente al ser cuestionada por medios de comunicación, que no entendía la relación entre la migración y la corrupción. Una de las definiciones de corrupción de Naciones Unidas, cita que, en diferentes contextos, la corrupción perjudica a las instituciones democráticas, desacelera el desarrollo económico y contribuye para la inestabilidad política de los países.

Para la funcionaria, las principales causas de migración se reducen a la reunificación familiar y la falta de empleo; sin embargo, las cifras de guatemaltecos que han visto en la migración la única opción ante la ausencia de condiciones para permanecer en el país, en 7 meses ha superado las cifras de los años anteriores, colocando a Guatemala como el país del Triángulo Norte que más migrantes expulsa hacia Estados Unidos.

De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, (CBP, por sus siglas en inglés), durante el año fiscal 2019, 165 mil 799 guatemaltecos entre menores de edad no acompañados, unidades familiares y adultos solteros han sido detenidos por las autoridades fronterizas; no obstante, la cifra de quienes sí consiguen llegar sin ser detenidos se desconoce.

¿POR QUÉ MIGRA LA NIÑEZ GUATEMALTECA?

En el reportaje ¿De qué escapaban Jakelin, Felipe y Juan?, publicado recientemente por La Hora Voz del Migrante, se presentó un análisis de las condiciones de vida de los primeros tres menores guatemaltecos que murieron bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza.

En la publicación se evidenció que las razones que les motivaron a migrar los menores son muy parecidas pues la pobreza, la falta de oportunidades de empleo, la falta de acceso a salud, educación y seguridad alimentaria son un factor común en comunidades de Raxuhá, Alta Verapaz, Nentón, en Huehuetenango y Camotán en Chiquimula.

El drama de la niñez migrante guatemalteca se agudizó cuando el 14 de mayo se conoció el fallecimiento de Wilmer Ramírez, originario de Olopa, Chiquimula, quien apenas tenía 2 años y 8 meses, seguido de Carlos Gregorio Hernández, un adolescente de 16 años originario de Cubulco Baja Verapaz.

Medios internacionales que llegaron hasta las comunidades de origen de los menores para conversar con sus familiares, evidenciaron las condiciones de pobreza y abandono que viven estas comunidades, en las que aparentemente la falta de acceso a servicios básicos continúa predominando.

Según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, (Encovi), para 2014, el 68.2 por ciento de los menores de 18 años habitaban en hogares pobres. Al desagregar por rangos de edad, se obtiene que el 70.2 por ciento de los niños menores de 10 años se encontraban en pobreza. Mientras que para los niños y adolescentes entre 10 y 17 años, la pobreza era de 65.9 por ciento.

DERECHOS DE LA NIÑEZ SON VULNERADOS

Según señaló el Observatorio Regional de Migración Infantil, (Oremi), el boletín correspondiente al primer trimestre del 2019, en el contexto de la migración internacional, la niñez y la adolescencia pueden encontrarse en una situación de doble vulnerabilidad, por ser niños y por estar afectados por la migración.

Además, detallan que de acuerdo a los expertos que integran distintos Comités de Derechos del Niño, existen diferentes circunstancias que hacen vulnerable a la niñez migrante.

Dentro de las circunstancias destacan que ellos mismos (los niños) son migrantes, ya sea solos o con sus familias, también debe considerarse a quienes nacieron de padres migrantes en los países de destino o permanecen en su país de origen mientras uno o ambos padres han migrado a otro país.
Otras vulnerabilidades señaladas en el boletín, refiere que pueden estar relacionadas con su origen étnico o social; género; orientación sexual; religión; discapacidad; situación en materia de migración o residencia; así como su situación económica.

MAURO VERZELETTI: NIÑEZ SE ENCUENTRA DESAMPARADA

Para el Padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante en Guatemala y El Salvador, la niñez guatemalteca se encuentra desamparada ante la ausencia de políticas públicas que garanticen que puedan tener una vida digna en Guatemala.

A decir de Verzeletti, el Estado ha abandonado el tema de la niñez guatemalteca y eso evidencia que tengan que abandonar el país junto a sus familias en busca de oportunidades que el país no tiene para ellos.

“Al Gobierno no le importa que las familias tengan que migrar, en el área rural las personas no tienen otra opción que marcharse porque no existe una ley que los proteja y garantice el desarrollo de sus comunidades y por eso es que vemos estos casos de niños que han perdido la vida en ese anhelo por una vida mejor”, dijo el presbítero.

Además, agregó que esta oleada migrante podría continuar si el próximo gobierno no trabaja en las causas que están provocando que miles de guatemaltecos estén partiendo a diario de Guatemala ante los ojos de un Estado que vulnera sus derechos al no ofrecer condiciones de vida adecuadas para sus habitantes.

CARAVANAS SILENCIOSAS SIGUEN LLEGANDO A ESTADOS UNIDOS

Pese a que en reiteradas ocasiones el presidente estadounidense Donald Trump ha evidenciado su intención de frenar la migración, construyendo un muro fronterizo, amenazando con cortar la ayuda a los países del Triángulo Norte o endureciendo las leyes migratorias los centroamericanos siguen arriesgando su vida por conseguir “el sueño americano”.

La congresista demócrata de origen guatemalteco Norma Torres, en diferentes ocasiones se ha pronunciado en contra de la política antinmigrantes de Trump y las muertes de los niños migrantes, “no podemos ser insensibles ante la muerte de los niños. ¿Cuántas muertes serán necesarias para que el gobierno de Trump finalmente empiece a prestar atención a las causas profundas de la migración?, dijo la funcionaria a través de la red social Twitter al conocer la muerte de Carlos Gregorio Hernández.

El fallecimiento de Hernández Vásquez “nos lleva a preguntarnos cuántas muertes más se necesitarán para que el gobierno garantice la seguridad de los niños”, afirmó Amnistía Internacional en un comunicado, que dio a conocer The Associated Press (AP).

“Es peligroso y cruel detener a las personas, sobre todo a los niños, en condiciones de hacinamiento e insalubres por buscar protección”, agregó el organismo internacional.

Mientras tanto, el éxodo de centroamericanos no cesa, el 31 de mayo, AP dio a conocer que un grupo de 1 mil 36 migrantes cruzó hacia Estados Unidos de manera ilegal en El Paso, Texas; el grupo más grande registrado nunca según la CBP.

Según detallaron, entre los migrantes había 934 personas que ingresaron como familias, 63 menores no acompañados y 39 adultos solos, quienes de acuerdo con las autoridades son originarios de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Aunque el gobierno de Trump ha manifestado que han sobrepasado un «punto de máxima tensión tolerable» en el sistema de detención migratorio. La cantidad de padres y menores que cruzan la frontera parece no tener fin, mientras que en Guatemala, las familias de Jakelin, Felipe, Juan, Carlos y Wilmer han tenido que despedirse de quienes partieron en busca de un sueño y perdieron la vida en el intento.

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