Por Margarita Girón
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Cada 7 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Espondilitis Anquilosante, una enfermedad crónica que causa dolor e inflamación en las articulaciones ubicadas entre las vértebras y las articulaciones sacroilíacas (la región donde la columna vertebral se encuentra con la pelvis) y en ocasiones, los brazos y las piernas también se pueden verse afectados.

Samuel Jovel, médico internista, en una entrevista para La Hora Voz del Migrante explicó detalles del padecimiento y síntomas a los que debe estar atento para acudir al médico y realizar un diagnóstico sobre esta enfermedad para realizar un tratamiento adecuado.

El profesional de la salud refirió que la Espondilitis Anquilosante es una enfermedad que pertenece al grupo de enfermedades inflamatorias. Además, indicó que contrario a lo que se piensa, no es una enfermedad rara, sino un padecimiento frecuente en el que los pacientes experimentan diferentes síntomas que se traducen en alarmas para iniciar el tratamiento correspondiente.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

Jovel detalló que la enfermedad se caracteriza por el endurecimiento de la columna, la cual pierde su capacidad de moverse partiendo desde procesos inflamatorios, problemas para movilizar el cuello lateralmente y dolor.

“La mayor parte de los pacientes que inician con esta enfermedad presentan un síntoma inicial que se caracteriza por un dolor en la parte baja de la columna o región lumbar y este es el primer síntoma de alarma que nos debe hacer pensar en esta enfermedad”, dijo Jovel.

De acuerdo con el profesional, para diagnosticar la espondilitis anquilosante es necesario realizar una serie de test para determinar si el paciente presenta los síntomas del padecimiento, como dolor en los glúteos, plantas de los pies y talones.

Según Jovel, hasta ahora no se conocen las causas específicas que den origen a la enfermedad; sin embargo, existe una predisposición genética ligada al hecho de tener ascendencia europea. “Hay algunas personas en Guatemala que presentan esta condición y podrían tener una predisposición genética a padecer espondilitis anquilosante”, destacó el especialista.

Sin embargo, acotó que esa predisposición no descarta que personas oriundas de Centroamérica, puedan padecerla. Además, agregó que existen también otras causas como infecciones, estrés que en determinado momento podrían predisponer a los pacientes a padecer esta enfermedad.

¿EN QUÉ MOMENTO EL PACIENTE DEBE ACUDIR CON UN ESPECIALISTA?

El especialista indicó que cuando el dolor lumbar persiste a lo largo del tiempo y se asocia a rigidez y dolor en los glúteos el paciente debe acudir al médico para que pueda ser tratado por un especialista y confirmar o descartar el padecimiento.

“La correcta evaluación lumbar es muy importante porque la mayor parte de las condiciones que generan dolor lumbar si no son espondilitis, no tendrán tantas secuelas ni tanto daño en los pacientes como padecerla y no haber sido diagnosticado y tratado, pues mientras más tardío es el tratamiento el paciente podría experimentar cambios en la columna que son irreversibles”, puntualizó el profesional de la salud.

Jovel explicó que de no tratarse, la enfermedad puede producir efectos como el endurecimiento de la columna, que imposibilite la movilidad en el cuello y otras funciones motrices del cuerpo que deriven en limitación en el desempeño de actividades laborales y de cuidado personal de los pacientes.

TRATAMIENTO POSTERIOR AL DIAGNÓSTICO

El entrevistado detalló que una vez diagnosticada la espondilitis anquilosante, el paciente tiene diferentes opciones terapéuticas, dependiendo de los síntomas que predominen.

“Hoy por hoy se cuenta con medicamentos orales sintéticos y también medicamentos biológicos que han sido producidos por ingeniería molecular que bloquean sustancias que se presentan elevadas en estos pacientes”, puntualizó Jovel.

El especialista refirió que cuando la espondilitis anquilosante se acompaña de padecimiento como Artritis los medicamentos tomados como inflamatorios pueden ser útiles para el alivio del dolor.

Jovel acotó que generalmente cuando un paciente presenta alguna afección toma algún tipo de anti inflamatorio para disminuir el dolor; sin embargo, es importante no ignorar los síntomas y consultar a un profesional a tiempo.

Según datos de una casa farmacéutica, presentados en el marco de la conmemoración del padecimiento, los primeros síntomas de la enfermedad pueden manifestarse entre los 17 y 35 años y un 5 por ciento de los pacientes presenta síntomas después de los 45.

Cabe destacar que aunque la enfermedad es 3 veces más común en hombres, las mujeres también pueden padecerla, aunque su evolución es más lenta. Según los datos proporcionados, por la casa farmacéutica, se calcula que actualmente, en Latinoamérica12 de cada 10 mil personas padece esta enfermedad.

Si usted padece alguno de estos síntomas, visite a su médico preste atención a los síntomas.

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