Por Margarita Girón
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Actualmente, las mujeres guatemaltecas desempeñan un rol importante en el país, sin importar las dificultades, muchas jóvenes lideresas han destacado por su trabajo, no solo en sus comunidades, sino en causas de labor social que muchas realizan a diario para mejorar las condiciones del país.
Ketzalí Sipac Patal, originaria de Patzún, Chimaltenango, es una lideresa maya kaqchiquel que a sus 24 años ha sobresalido gracias al trabajo que realiza a través de GoJoven, una organización que promueve y apoya el desarrollo de líderes jóvenes para actuar como catalizadores enfocados en las políticas y programas de salud sexual y reproductiva de adolescentes a nivel comunitario, nacional y regional.
En una entrevista para La Hora Voz del Migrante, Sipac relató cómo su trabajo a nivel comunitario la hizo acreedora a un reconocimiento por parte de la Embajada de Canadá, a través de un proyecto en el marco de la prevención de matrimonios tempranos en niños y adolescentes.
Para Ketzalí, la idea de trabajar por la niñez y adolescencia, surgió luego de observar cómo afectaba el proyecto de vida de este sector de la población, el hecho de contraer matrimonio a temprana edad.
La entrevistada detalló, que la primera fase de dicho proyecto, consistió en socializar, capacitar y sensibilizar a las comunidades sobre la modificación del Código Civil, que elevaba la edad para contraer matrimonio para los menores de edad.
“Lo que hacemos actualmente con las autoridades es este proceso de sensibilización, les mostramos a través de estudios, qué secuelas trae para una niña contraer matrimonio a temprana edad y es que a veces las autoridades municipales quieren trabajar estos temas, pero no saben cómo”, puntualizó.
De acuerdo con Ketzalí, su propia historia le ha servido para motivarse y trabajar por las niñas en comunidades indígenas, que son marginadas inicialmente por estar en áreas rurales en donde muchas veces la principal barrera o limitante es el idioma porque la información no llega y es allí, donde según la entrevistada, su trabajo cobra importancia porque las personas que pertenecen a una comunidad maya deben conocer otro idioma antes de conocer sus derechos y ella conoce esa realidad.
“Mi motivación para trabajar en estos proyectos son mis abuelas, ninguna de ellas no pudo tener acceso a educación; sin embargo, mi abuela materna, tras una vida llena de sacrificios logró darle educación a mi mamá y de alguna manera, ella empezó a cambiar la historia de vida de las mujeres de su familia y a mí me gustaría haber hecho algo para cambiar la vida de mi abuela para que su vida no fuese tan sacrificada”, detalló Ketzalí.
Ketzalí dijo que estas realidades la han motivado para llevar mensajes a las comunidades en donde las niñas puedan decidir sobre su propio cuerpo, su propia vida y que ellas puedan ser lo que quieran ser, ya que de acuerdo con Sipac, en las áreas rurales muchas veces solo llegan a 4to o 6to grado de primaria porque no se prioriza la educación en ellas.
“Se ha impuesto socialmente que el rol de la mujer es quedarse en casa y no seguir estudiando y es necesario empezar a cambiar esa condición”, destacó.
RECONOCIMIENTO COMO LIDERESA COMUNITARIA MAYA
Ketzalí indicó que el reconocimiento Rostros por la Igualdad que recibió en marzo por parte de la Embajada de Canadá, como lideresa comunitaria maya, surgió luego que fuese nominada por GoJoven, por el trabajo realizado con la niñez al llevar educación integral en sexualidad a las comunidades rurales del país trasladando la información con pertinencia cultural para que las niñas puedan ser las arquitectas de su vida.
“Yo no lo sabía y cuando en el evento nos dijeron, saltamos de emoción, porque no solo es un reconocimiento para mí, sino para GoJoven porque yo no hago sola las acciones, es todo un trabajo en equipo. El reconocimiento me llena de alegría, emoción, esperanza pero sobre todo de compromiso para poder generar acciones que realmente sean significativas para la vida de las niñas”.
Para Ketzalí, pensar en una Guatemala ideal, se traduce en un país en donde las niñas puedan estudiar y no se les nieguen sus derechos, un país sin estereotipos con relación al rol de una mujer sino que las mujeres puedan ser y puedan soñar y esos sueños puedan volverse realidad de la mejor manera en un ambiente más adecuado para ellas.
“Para que este ideal pueda darse, es prioritario que las niñas puedan tener acceso a la educación integral en sexualidad en las escuelas, porque este tema abarca también, autoestima, relaciones, valores y personas con autonomía e independencia. Yo creo que en Guatemala hay mucha deficiencia en el manejo de estos temas y consecuencia de esto es tanta violencia y vulneración de los derechos de las niñas”, indicó.
De acuerdo con Ketzalí, lo más importante de estos proyectos es decirles a las niñas que ellas pueden ser lo que ellas quieran y que tienen derecho a tomar esas decisiones, “por eso el reconocimiento de Rostros por la Igualdad, significa para mí hay que llevar el mensaje que todos somos iguales en derechos y por eso es importante que todas conozcan que los tenemos”, resaltó.
GENERAR ESPACIOS PARA LLEGAR A MÁS COMUNIDADES
La entrevistada destacó, que dentro de sus metas, se encuentra generar espacios para llegar a más comunidades rurales, ya que muchos de los esfuerzos realizados se quedan solo en el área central y no llega a las áreas rurales del país.
“No vemos que estos programas estén llegando a las comunidades lejanas en donde las necesidades son más grandes, que no solamente se llegue para tomarles una fotografía con el traje típico, sino generar un impacto en ellas”, acotó.
Para Ketzalí, ser una mujer indígena también es un reto, pues ser un agente de cambio y ejemplo para las niñas del área rural puede sentar un precedente y motivarlas a llegar a estos espacios.
“Si estas niñas, ven a una mujer indígena parada sobre un escenario podemos cambiar el imaginario, pues ellas se sienten más identificadas, porque tenemos el mismo color de piel, porque usamos la misma ropa y al ver esta similitud, ellas dicen “yo también puedo hacerlo” y no solo contarles historias de princesas, sino de mujeres que están haciendo cambios y sobre todo destacar que hay mujeres indígenas en este proceso”, puntualizó.
Ketzalí destacó que, en los próximos días, iniciará un nuevo programa que busca trabajar proyectos de vida con niñas en comunidades de Patzún, San Martín Jilotepeque e Izabal, “es necesario trabajar para cambiar el imaginario de estas niñas, porque a pesar que existe un decreto que prohíbe los matrimonios, las parejas actualmente están migrando a uniones de hecho y es necesario trabajar en la prevención y en proyectos de vida que cambie la realidad de nuestra juventud”, dijo.