Por Grecia Ortíz
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La época de Cuaresma sin duda representa un tiempo de reflexión y tradiciones para los guatemaltecos, así como para migrantes residentes en otros países, y uno de ellos es el grupo Alfo-Conce en el Distrito de Columbia, que con mucha dedicación en la elaboración de las alfombras ha replicado la cultura guatemalteca de estas fechas en la localidad.
Como cada año, los guatemaltecos tratan de llevar parte de las tradiciones de Guatemala hasta ciudades de Estados Unidos, de la mano de artistas migrantes como Ubaldo Sánchez, uno de los principales impulsores de la iniciativa.
El olor a corozo y el aserrín pintado de colores brillantes, sin duda son una muestra del distintivo de Semana Santa, época llena de tradiciones y relatos de antaño, les recuerda a los guatemaltecos lo importante que resulta la época.
ASÍ VIVEN LA CUARESMA LOS MIGRANTES
En ese sentido Vinicio Cabrera, de Alfo-Conce, comentó que para el próximo Viernes Santo, colaboradores dedicarán horas para elaborar las alfombras y así replicar una tradición guatemalteca que realizan desde 2005 en esa ciudad.
“Ubaldo Sánchez es de los fundadores del grupo Alfo-Conce, él fue quien inició, porque en Guatemala siempre lo hacíamos y aquí pues unas personas que estaban en la iglesia acudieron al grupo para ver si se podía hacer una alfombra, entonces con eso se empezó en Arlington en Domingo de Ramos y en Fairfax es el Viernes Santo, porque se hace en dos iglesias”, destacó.
Cabrera expresó que con el tiempo más personas se han unido a la iniciativa que empezó Sánchez.
Para preparar el aserrín, comentó que lo realizan ellos mismos y con añelina que reciben de envíos desde Guatemala, porque en EE. UU. no se encuentran los materiales que necesitan.
“Acá hacemos los moldes, los diseños, las decoraciones que van en la alfombra y ya las empezamos a trabajar y de hecho ya vamos a empezar a hacer eso porque esto lleva tiempo”, anotó.
RECUERDAN TRADICIONES
Tanto el Domingo de Ramos, como el Viernes Santo, significan para los guatemaltecos épocas especiales y de mucho folklor, que también involucran la mano de voluntarios.
“El Viernes empezamos a las 7 de la mañana y terminamos en la 3 de la tarde, ahí nos quedamos y la procesión pasa ahí como tipo 8:30 p.m., básicamente nos quedamos ahí todo el día hasta que pase el cortejo”, dijo.
Llevar a cabo está tradición, para el entrevistado solo es posible con el aporte de todos los colaboradores, quienes dedican su talento a esta tradición de Cuaresma.