POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Un grupo de 16 investigadores de la Policía Nacional Civil (PNC) concentrado en la División Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas (Dipanda) en Alta Verapaz, atiende a víctimas y resuelve casos en idioma q’eqchi, además de dominar el idioma español.

El investigador toma el teléfono y el extorsionista empieza a exigir una suma de dinero en español. El agente sigue hablando en el idioma maya y el chantajista le pide con palabras soeces que se comunique en español.

El investigador se impone y continúa la conversación, hasta que el delincuente cede y se comunica en q’eqchi. Inician las pesquisas policiales y logran identificar al extorsionista que está recluido en la cárcel de Puerto Barrios; era originario de uno de los municipios de Alta Verapaz.

No solo la comunicación con presuntos sindicados se realiza de esta forma, la Unidad Dipanda de Alta Verapaz, integrada por 14 hombres y 2 mujeres, atiende a las víctimas de extorsión en este idioma.

RELACIÓN COMUNIDAD Y AUTORIDAD

El personal policial y la población mantienen comunicación permanente, debido a que el lenguaje no es una barrera para denunciar y dar seguimiento a los casos, explica uno de los investigadores de Dipanda.

Según relata, la empatía y la comunicación permiten obtener más denuncias. Una vez obtenida la información del caso de la persona afectada, el personal policial la transcribe en español para documentarla en ambos idiomas y presentarla para su judicialización.

De acuerdo con la PNC, esta delegación atiende unas 5 denuncias diarias, algunas provienen de las cárceles Izabal, Pavón y Cantel, donde prevalece la presencia de “imitadores”, es decir reos que no son pandilleros, pero fingen serlo para amedrentar a las personas extorsionadas.

Regularmente los policías que dominan este idioma son originarios de las comunidades donde se habla q’eqchi.

LAS DELEGACIONES

Debido a que la extorsión es uno de los principales delitos que persiste, la PNC cuenta con nueve delegaciones, entre estas la de Alta Verapaz, además, la de Guatemala, Quetzaltenango, Chimaltenango, Jalapa, Jutiapa, Suchitepéquez. Recientemente se inauguraron otras dos, en Escuintla e Izabal.

ESFUERZO QUE DEBE CONTINUAR

Karla Campos, del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), considera que es importante continuar con los esfuerzos en seguridad y justicia para atender a las personas afectadas por delitos en su propio idioma. A criterio de la entrevistada este es un desafío.

“Es necesario, debe ser un esfuerzo que debe seguirse buscando hasta que logremos que todas las personas sean atendidas en su idioma, porque incluso hay personas inocentes que pueden ir a la cárcel por no ser tratada con justicia. Es necesario que se les hable a las personas en su idioma siempre”, reiteró.

“Es necesario, debe ser un esfuerzo que debe seguirse buscando hasta que logremos que todas las personas sean atendidas en su idioma, porque incluso hay personas inocentes que pueden ir a la cárcel por no ser tratada con justicia. Es necesario que se les hable a las personas en su idioma siempre”
Karla Campos, GAM.

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