POR WILSON RING/AP
Richford, Vermont, EE.UU.
El presidente estadounidense Donald Trump menciona a menudo la amenaza de terroristas ingresando al país desde México en sus llamados a construir un muro fronterizo. Pero la única vez en que personas con aparentes intenciones terroristas fueron capturadas cruzando una frontera terrestre estadounidense, provenían de Canadá.
En uno de esos casos, en el diminuto pueblo de Richford, Vermont, el ahora retirado jefe de policía Richard Jewett encontró una bomba que un hombre había llevado a través de la frontera desde Quebec en 1987.
El hombre resultó estar vinculado con un grupo terrorista libanés. Y en su bolsa, recuperada más adelante en una cuneta, llevaba una máscara de esquiar y una bomba hecha con un receptáculo de propano.
En 1999, Ahmed Ressam, un argelino procedente de Montreal, fue detenido por los agentes fronterizos tras ingresar a Estados Unidos desde Canadá por la frontera del estado de Washington con componentes de bomba en su auto.
MÁS CASOS EN LA FRONTERA CON CANADÁ
Emily Gilbert, de la Universidad de Toronto, dice que ha habido más casos relacionados con terrorismo en la frontera estadounidense con Canadá que en la frontera con México.
Los reportes del Departamento de Estado sobre terrorismo han expresado más preocupación sobre la frontera canadiense que la frontera mexicana porque Canadá, a diferencia de México, se ha vuelto hogar “de extremistas violentos inspirados por grupos terroristas como el Estado Islámico y Al Qaeda y sus afiliados y adherentes”, de acuerdo con un reporte de 2017.
Un estudio emitido el mes pasado por el Instituto Cato concluyó que entre 1975 y 2017, siete personas de países “de interés especial” -estados vinculados al menos vagamente con terrorismo- fueron halladas culpables de planear ataques en territorio estadounidense. Cuatro de esas personas ingresaron ilegalmente desde Canadá. Ninguna desde México.
Según el Instituto Cato, los únicos terroristas conocidos que cruzaron ilegalmente desde México en el período de 42 años cubierto por su estudio fueron tres albaneses de Macedonia que llegaron al país de niños con sus padres en 1984 y, cuando tenían veintitantos años, fueron arrestados en un fallido plan para atacar la base del ejército en Fort Dixon, Nueva Jersey, en 2007.
«Eso muestra lo raro que es que personas traten de entrar ilegalmente a Estados Unidos como terroristas lo hagan cruzando una frontera”, dijo Alex Nowrasteh, uno de los autores del estudio. “Muestra que México no es típicamente como esos tipos tratan de entrar y que la justificación del terrorismo para construir el muro es probablemente la más débil”.
AÚN ASÍ TRUMP INSISTE EN EL MURO
El muro de 5 mil 700 millones de dólares que propone Donald Trump -y que dio lugar al cierre parcial del gobierno más largo de la historia- difícilmente contenga a familias que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos de a miles todos los meses.
El gobierno de Trump quiere usar ese dinero para construir un muro a lo largo de más de 320 kilómetros (200 millas). El muro sería construido seguramente sobre todo en el sur de Texas, que es por donde más gente ingresa ilegalmente.
El Congreso ya ha facilitado la construcción de una nueva barrera de 53 kilómetros (33 millas) en ese sector. Pero buena parte del nuevo cerco será construido al norte del río Bravo (Grande en Estados Unidos), que sirve de límite natural entre Estados Unidos y México. Esto quiere decir que los migrantes todavía podrán ingresar a territorio estadounidense, a una franja de tierra de nadie entre el río y el muro, y pedir asilo.
Las últimas propuestas de Trump y de los republicanos del Senado incluyen medidas que podrían tener más impacto que el mismo muro, ya que harían que resulte más difícil conseguir asilo.