POR MARIELA CASTAÑÓN
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La precariedad y falta de dignificación no son los únicos desafíos que acompañan la labor de los trabajadores de la Policía Nacional Civil (PNC), a esto se suma el irrespeto y la coacción que ha prevalecido durante la gestión del ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, quien ha removido a personal que no se “ajusta a sus exigencias” y ha ascendido a policías con quienes cree puede contar. La Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) ha documentado diez casos de represalias en la PNC en un año.

*Miguel se preparó académicamente y asistió a varias capacitaciones en el extranjero para aprender a resolver asesinatos. La PNC logró la gratitud de la ciudadanía por el desempeño y compromiso de policías como Miguel.

Miguel cuando era miembro activo de la Policía, solía comer a deshoras o no comer, bebía “café, gaseosas y bebidas energizantes”, para continuar su labor en jornadas extenuantes y no caer rendido. Nunca hacía planes familiares porque para él no existían días festivos o celebraciones; era casi imposible viajar a Huehuetenango de donde es originario.

El policía vio morir a algunos de sus compañeros, que dieron la vida en operativos contra la delincuencia organizada, “por un país que probablemente no los recuerda”, dice decepcionado.

Miguel estuvo enfermo del estómago (cree que era gastritis), pero no se permitió asistir al médico, debido a la carga de trabajo.

El policía admite que “muchas veces lloró en silencio”, por casos donde no lograron los resultados esperados, por la falta de recursos para cumplir con su trabajo, por la ausencia de un amigo caído en cumplimiento del deber.

Todo el trabajo que Miguel realizó no fue valorado por las autoridades del Ministerio de Gobernación (Mingob) y de la Dirección General de la PNC, pues lo removieron hace algunos meses.

Miguel cree que las molestias se intensificaron cuando le sugirieron “desviar” la investigación de un caso, pero él se negó. “Antes fuera de la Policía, que preso”, indica.

Miguel no es el único que ha sufrido este tipo de presiones y coacciones, *Raúl atraviesa por una situación similar.

El agente está en el área tecnológica de la PNC. A él y a sus compañeros les quitaron las claves de administrador de los sistemas y redes de Tecnología.

Raúl y sus compañeros sospechan que existe intención de hacer mal uso de los recursos policiales y usarlos para propósitos que aún no tienen claros.

Por su parte *Julieta, que está en el área operativa policial, cuestiona la restricción para expresarse públicamente por falta de insumos para trabajar, por los ascensos irregulares y por las remociones de sus compañeros.

Según Julieta, las amenazas de sus jefes inmediatos varían y van desde sanciones, bajas, jornadas laborales extenuantes, sin descanso.

Julieta lamenta la falta de dignificación de las autoridades del Mingob y de la Dirección de la PNC.

“Cuando hay manifestaciones nos dejan en el piso, nos amontonan en la Academia. La última vez comimos aguacates y tortillas, y todavía así no quieren que digamos nada. Hasta nos da miedo usar los teléfonos para informarles a ustedes de lo que nos está pasando, porque nos dijeron que nos tienen controlados”, señala Julieta.

CASOS

La PDH ha documentado diez denuncias de trabajadores policiales que han sido objeto de represalias o amenazas, durante la gestión del ministro de Gobernación, Enrique Degenhart.

La información data de enero de 2018 a la fecha: el año pasado se consignan siete casos y en 2019, tres.

Degenhart asumió como Ministro, el 26 de enero del año pasado y a partir de esa fecha el temor y la coacción han sido dos factores que han prevalecido en la PNC, según policías entrevistados.

De acuerdo con la PDH, en estos casos los oficiales de alta no denuncian, precisamente por temor a represalias, la Oficina del Procurador ha actuado de oficio, donde conoce que existen anomalías.

“Los oficiales de alta no denuncian, sino que nosotros hemos abierto algunas denuncias de oficio, porque de las redes sociales nos llega información, porque son víctimas de acoso o por la instrucción de una orden. Nosotros tenemos que abrir denuncias de oficio, pero que ellos que están de servicio es muy difícil que denuncien”, explica una delegada de la PDH.

Algunas de las represalias, según la PDH, son los traslados de policías de un lugar a otro, ausencia de descansos, jornadas extenuantes, retención de policías, entre otros. (Lea el recuadro Casos públicos ¿Ilegalidad y coacción?).

La PDH explica que a los casos que conocen les dan seguimiento para saber si hubo violación a los derechos humanos, en algunos casos el PDH ha declarado la violación de los derechos de los policías.

Por su parte, Víctor Porras, de la asociación Orgulloso de mi PNC, refiere que los policías han recibido amenazas e intimidaciones para no expresarse públicamente sobre la situación precaria y las condiciones en las que realizan su labor.

“El miedo más grande que tiene el policía son las destituciones porque esta administración se ha caracterizado por destituir a las personas sin justificación alguna. También hay muchos ascensos fantasmas que no aplican, pero los nombran y los ponen en puestos clave”, indica Porras.

El representante de la Asociación agrega que en la gestión de Degenhart fueron destituidas tres personas que participaron en manifestaciones.

“Los policías son coaccionados por temor a recibir una destitución -provoca- que cualquier orden que venga del Ministerio la cumplan; temen quedarse sin ingresos para su familia”, reitera.

POLICÍAS SON SERES HUMANOS; MINISTRO DEBE SER DESTITUIDO

A criterio de Porras, el Ministro de Gobernación debe ser destituido por todo lo que ha hecho en la PNC; si esa destitución no se efectúa la situación podría empeorar.

El entrevistado argumenta que ningún Ministro ha reconocido los derechos de los policías y esto se refleja en las condiciones “infrahumanas” en las que continúan realizando su trabajo.

Por otro lado, la PDH solicita al Ministro y al Director de la institución policial que traten a los policías como seres humanos y piensen en que tienen familia y derechos.

“Los policías son seres humanos y lamentablemente para muchos, la necesidad los lleva a prestar sus servicios. Últimamente hemos notado que se les han estado quitando sus descansos, hay una denuncia reciente de la policía de turismo; de forma anónima se denunció que les quitaron los descansos. En el caso del Ministro, tal vez nunca ha prestado sus servicios como policía, ignora que ellos tienen familia y derecho a descansar, las jornadas han sido muy largas”, reitera.

La PDH lamenta que a los policías se les ha ofrecido aumentos y bonos, pero no les han cumplido. La oficina del Ombudsman reitera la importancia de que las autoridades no olviden que también deben velar por el bienestar de la PNC, que tiene una misión importante: proteger a la ciudadanía, pero difícilmente podrán cumplir por las condiciones en las que llevan a cabo su labor.

“Quisiéramos pedir como institución que velen -por los derechos de los policías-. Tienen dos misiones el Director y el Ministro: una es el cumplimiento de -brindar seguridad-, pero la otra es la responsabilidad y el bienestar de su personal, que no utilice a su gente negativamente, sino que también cuide a -los policías- porque son su responsabilidad”, se indica.

MINGOB NO TIENE RESPUESTA

La Hora consultó al Ministerio de Gobernación por las coacciones, amenazas y destituciones que ha ordenado del personal policial que se ha negado a acatar órdenes ilegales, aunado a las denuncias de la PDH, las remociones y ascensos irregulares.

Fernando Lucero, portavoz del Mingob, respondió: “No tenemos ninguna opinión al respecto”.

*Nombres ficticios para proteger la identidad de los policías.

Casos públicos ¿Ilegalidad y coacción?

– El pasado 23 de enero, los agentes de la PNC que estaban asignados a la sede de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) fueron retirados de ese lugar y posteriormente se conoció que fueron enviados a diferentes departamentos del país, sin considerar la distancia de su lugar de origen.

– El 21 de enero pasado, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart anunció que la Inspectoría General de la PNC investigaría a los policías que detuvieron a Juan Ramón Lau López, hijo del diputado Juan Ramón Lau Quan, así como a quienes difundieron un parte policial a periodistas, donde se describía el actuar de Lau López. El caso generó críticas porque los agentes consignaron en el informe policial las razones por las que pusieron a disposición de un juzgado al hijo del congresista; horas más tarde la PNC y Lau Quan emitieron una versión similar, desmintiendo el primer parte policial.

– El 16 de septiembre del año pasado, una agente de la PNC se infiltró en una actividad de la Corte de Constitucionalidad (CC) para tomar fotografías a periodistas. La joven que estaba asignada a la División de Información Policial (DIP), que trabaja con la Dirección General de Inteligencia Civil (Digici), se quedó sola ante los señalamientos por su actuar irregular, ninguna autoridad la respaldó y se le prohibió que hablara con los medios de comunicación, según fuentes consultadas.

– El 27 de abril de 2018, agentes de la PNC fueron retenidos en sus instalaciones, tras la verificación de una empresa ubicada en el condominio donde vive el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart. La diligencia la hicieron en apoyo a un caso bajo investigación de la CICIG.

– El 4 de julio del año pasado, mediante un oficio, los miembros de la PNC fueron notificados para que se abstuvieran de: participar en manifestaciones, proporcionar información de la situación institucional a los medios de comunicación, y compartir y distribuir información relacionada a inconformidades.

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