Con la ilusión de encontrar un futuro distinto al que Guatemala le ofrecía, Sandy relató para Soy Migrante, un sitio de la Organización Internacional de Migrantes (OIM), que aunque establecerse en otro país es complicado, con valor y determinación es posible hacerlo y salir adelante como en su caso.

Por Redacción La Hora
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Según la guatemalteca, su deseo de migrar surgió luego de una situación de separación compleja, por lo que analizó trabajar y elevar sus ingresos económicos para darle una mejor educación a su hijo de 7 años.

“Ser madre soltera en una comunidad en los alrededores de Sanarate, El Progreso, es muy complicado desde la perspectiva económica, se hizo muy difícil ganar dinero y poder mantener a mi hijo”, explicó la connacional.

La migrante guatemalteca reconoció que vivir en Estados Unidos no es nada sencillo, en primer lugar porque no conocen a nadie y segundo por el idioma inglés. Además, mencionó que ahora entiende las ventajas de la cercanía de su familia, pero eso, hasta ahora no puede ocurrir, principalmente por su estatus migratorio.

Sin embargo, explicó que tras tres años viviendo en EE.UU., ha logrado conformar una familia, con quienes ha sentido apoyo y le han ayudado a complementar su vida.

“Nunca imaginé trabajar en el área en la que me desempeño, manicure y pedicura. Al negocio llegan personas de muchas nacionalidades; gente con diferentes caracteres y costumbres. Sin embargo, mi personalidad me ha ayudado a ganar muchos clientes y a las buenas propinas, eso me ha permitido mejorar el ingreso de mi familia en Guatemala y sobre todo, para que mi hijo pueda ir a la escuela”, detalló.

MIGRANTES ENCUENTRAN UN TRABAJO DIGNO

Asimismo, explicó que uno de los aspectos que más le gusta de EE.UU., es que las personas tienen la oportunidad de encontrar un trabajo digno.

Y aunque ahora su vida avanza con mayor claridad, la guatemalteca reconoce que extraña la comida y conocer más de su país, pero sin recursos reconoce que es difícil visitar lugares turísticos.

“Desde los 16 años migré a la ciudad, renté una habitación y encontré trabajo en una maquila. De alguna manera ya estaba familiarizada con la idea de adaptarme a nuevos ambientes y zonas urbanas”, anotó.

Sandy finaliza su relató y menciona que adaptarse a nuevas costumbres, ciudades y su entorno es sencillo, sobre todo si se compara al sacrificio que significa dejar a su familia para darles mejores oportunidades económicas.

El sitio electrónico Soy Migrante de la OIM, recopila varias historias de migrantes de diferentes países, entre ellos Guatemala, El Salvador y Honduras.

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