Por Denis Aguilar
daguilar@lahora.com.gt

Luego de que ayer la Cámara del Agro presentara un pliego de peticiones, entre las cuales se encuentra el congelamiento del salario mínimo para el sector agrícola y la reducción del Impuesto Sobre la Renta (ISR), los analistas Luis Linares, Abelardo Medina y el sindicalista José Pinzón cuestionaron dichas propuestas, mientras que el economista Hugo Maul señaló que para mantener el empleo no se debería dar un aumento.

El coordinador del área laboral de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), Luis Linares, aseguró que el salario mínimo debe mantener una política de incrementos graduales de forma moderada, esto con el fin de recuperar poder adquisitivo para los trabajadores.

“Esto tiene un efecto positivo sobre el mercado interno, sobre la dinámica de la economía y el congelarlo obliga a que posteriormente, debido a las mismas cuestiones sociales, los incrementos sean más fuertes y más difícil de absorber por parte de las empresas en lugar de que si son moderados y sostenidos cada año”, dijo Linares.

Sobre el ISR, Linares recordó que hay estudios que indican que Guatemala debe mejorar la calidad de gasto, a través de una carga tributaria, la cual debe ser más progresiva. Además, mencionó que dicho impuesto en Guatemala es uno de los más bajos de la región, por lo que considera que sería negativo bajarlo.

Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), mencionó que en algunos países el sector agrícola tiene beneficios tributarios, pero esto se debe a que dicho sector en esos países garantiza la seguridad alimentaria interna, caso contrario a lo que ocurre en Guatemala en donde el agro se dedica más a la exportación.

“Han estado quejándose porque es cierto que en los últimos años el tipo de cambio disminuyó y eso les redujo el margen de ganancia, eso no es problema tributario, es un problema de la falta de planificación de la política cambiaria por parte del Banco de Guatemala”, dijo Medina.

Medina indica que del sector agrícola son pocos los que pagan impuestos y que eso pocos están pidiendo beneficios tributarios para tener una ganancia más apropiada.

Asimismo, expresa que se podría estar a favor de la petición de Camagro si la producción de este sector se dedicara específicamente a la garantía de la seguridad alimentaria. Medina dice que no se debe compensar con aspectos fiscales una falla monetaria.

“El planteamiento que realizan es injusto, cuando los precios de los productos internacionales que ellos venden han tenido ganancias extraordinarias por el tipo de cambio, nosotros nunca vimos que ellos dijeran que le suban los impuestos”, resaltó Medina.

En tanto José Pinzón, de la Central General de Trabajadores Guatemaltecos (CGTG), indicó que no les extraña que se realice una propuesta así de parte del sector privado, ya que ha sido una costumbre de este grupo de no reconocer el trabajo digno que hacen las personas en distintos sectores.

“Rechazamos y condenamos esa actitud, la rechazamos porque no es humana la explotación hacia el trabajador, no es algo digno y se viola la dignidad de las personas”, dijo Pinzón, resaltando que debería haber mayor conciencia social sobre la explotación en contra del sector laboral.

POSTURA

El director del área económica del Centro de Investigaciones Económicas y Nacionales (CIEN), Hugo Maul, indicó que es prudente no aumentar el salario mínimo en el sector agrícola ni en otro sector.

Según dijo, el sector agrícola ha pasado uno de sus peores momentos en los últimos años, debido a la caída de los productos de exportación, además del clima de conflictividad y de falta de seguridad jurídica en el área rural.

“Si lo que se desea es mantener de alguna manera el empleo agrícola asociado a los grandes productos de exportación me parece que los más prudente sería que no aumentaran el salario mínimo en el sector agrícola, así como en ningún otro sector”, dijo Maul.

Además, mencionó la compensación salarial que hubo en 2017 sobrepasa las tasas de inflación que se están registrando en este año, lo que significa que un congelamiento del salario desde el punto de vista del poder adquisitivo estaría justificado.

 

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