Por Eder Juárez
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El Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, manifestó que estamos pasando por uno de los años más difíciles para los Derechos Humanos, porque hay un menosprecio e indiferencia de parte de las altas autoridades, lo cual es lamentable en un país con tanta desigualdad.
Según Rodas, hay mucho por hacer y una esperanza es ver el proceso electoral en el que se tendría que constituir el tema de los Derechos Humanos como el centro de todas las propuestas de los candidatos a elección popular. Las declaraciones del PDH se dan en el marco de la conmemoración del Día de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El magistrado de Conciencia agregó que los Derechos Humanos en Guatemala se continúan violando y muchas veces por omisión, es decir que el Estado no cumple para garantizar el bien común y “sin el bien común, no se logra mantener una vida digna y la dignidad es el centro de los Derechos Humanos, sin esa dignidad y esa igualdad es difícil y para todo ello se requiere sin lugar a duda una justicia independiente”.
Además refirió que hay una gran brecha entre lo mínimo de un vida digna para la mayoría de los guatemaltecos que por el grado de desigualdad existente, es que es necesario repensar el modelo económico que permita el desarrollo equitativo, con un Estado incluyente con más solidaridad, tomando en cuenta a las poblaciones históricamente rezagadas, en especial mujeres e indígenas.
“Hay una asignatura pendiente en cuanto al tratamiento de los niños y jóvenes, en donde solo hay reacciones y no una proactividad”, señaló.
Asimismo indicó que el Estado, “no es capaz de garantizar la vida ni la integridad de las personas, tampoco el goce de una vida digna, ni se ha dotado de las capacidades para el acceso universal a los servicios de salud y educación”.
Según Rodas, la violencia política del pasado ha sido sustituida por la violencia armada de agentes y organizaciones no estatales, como narcotraficantes, maras, mafias de trata de personas y cuerpos y aparatos clandestinos de seguridad señaló un comunicado de dicha institución.
“La violencia política del pasado se organizaba para cambiar o defender el sistema. En cambio la violencia criminal del presente se organiza para medrar de las debilidades del sistema. La principal debilidad de nuestro sistema es la desigualdad social, la corrupción y el crimen sin castigo, la impunidad” manifestó.