Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Recientemente Joseline Esteffania Velásquez Morales, una joven estudiante guatemalteca fue incluida en la lista de “BBC” 100 Women 2018, que incluye a las 100 mujeres más influyentes del mundo. El reconocimiento le fue otorgado por ayudar a educar a las niñas y mujeres jóvenes en las comunidades de Guatemala en temas de sexualidad y prevención; ahora Joseline tiene otra misión y es luchar para terminar con los matrimonios forzados en Guatemala.

En una entrevista para La Hora Voz del Migrante, Joseline compartió sus experiencias y motivaciones que la han llevado a trabajar día a día por la dignificación de la mujer guatemalteca, labor que la ha llevado a ser reconocida a nivel internacional por su labor.

ACTIVISTA POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

A sus 26 años, Joseline es una activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y feminista, “me defino como una mujer que tiene rabia y ternura, pero también soy soñadora. Desde pequeña he querido cambiar el mundo y no hacer que suene tan utópico sino convertirlo en algo real”.

Además de estudiar Periodismo y Derecho en la Universidad de San Carlos de Guatemala, escribe poesía y participa en espacios de opinión en medios universitarios.

La guatemalteca relató que su interés por participar en los movimientos pro derechos de la mujer surgió desde su adolescencia. Dentro de su participación como activista ha encontrado a través de los años que existen muchas necesidades para las niñas y adolescentes de las áreas rurales del país, en donde las autoridades de Gobiernos no prestan atención o los esfuerzos no son suficientes para cubrir esas necesidades.

Joseline dijo que su principal motivación es la indignación y la injusticia que vivía en la comunidad en la que creció, “la realidad que yo tenía no era la que tenían muchas mujeres, yo sí tuve acceso a educación, algo que no pasaba con muchas niñas y adolescentes de la colonia donde crecí ni con las mujeres de otras comunidades”. (La activista creció en una colonia de la zona 7 capitalina catalogada como “zona roja”).

Para la entrevistada, plantearse un proyecto de vida es importante, tener acceso a la educación integral en sexualidad ha hecho en ella misma que las metas que se ha trazado sean más tangibles y sea dueña de sus propias decisiones.

Velásquez señaló que una de las realidades que viven muchas jóvenes guatemaltecas son embarazos a temprana edad que las llevan a cambiar sus metas. Esta realidad las retira de la escuela y las obliga a buscar empleos sin remuneración justa, “sí hay una cadena de efectos y eso me motivó, todas estas acciones me llevaron al primer espacio de juventud en donde hablábamos de sexualidad, tener acceso a estos temas sin tabúes, con base científica y laica me permitió conocer a temprana edad cuáles eran mis derechos”, dijo.

Para Joseline, arribar a las comunidades rurales se tradujo en el primer reto, al llegar algunas niñas no tenían zapatos, no iban a la escuela y otras asistían pero no se quedaban porque debían regresar a casa a cuidar de sus hermanos o a ayudar a sus progenitoras en el trabajo dentro de los mercados locales.

“Esta realidad, te toca y entonces te encuentras ante la decisión de cruzarte de brazos o hacer algo por ellas y es lo que yo decidí”, acotó Velásquez.

SU LUCHA

De acuerdo a Joseline, la lucha por la dignificación de los derechos mujeres significa seguir trabajando a diario, “las autoridades no tienen un enfoque definido hacia la juventud, todavía los siguen viendo como mano de obra barata en donde las mujeres son vistas como objetos que hay que proteger y no con potencialidades, ya que no se refuerza la autonomía que tienen como mujeres, para mí hacer estos cambios es un compromiso”.

A través de Go Joven Guatemala, Girls Not Brides y Fondo CAMY, organizaciones que Joseline representa, ha llevado a las comunidades rurales de Guatemala estrategias de incidencia comunitaria a través de los cuales se busca que los líderes de las áreas comunitarias se informen sobre los embarazos a temprana edad y los matrimonios forzados, que a criterio de Velásquez no son vistos por ellos como violencia sino como parte de una tradición y cultura.

“Luego de que las autoridades prohibieran los matrimonios, ya no se casan pero sí se unen y muchas veces con personas que les doblan la edad, pasa esto porque no tienen información, porque experimentan violencia en sus casas y prefieren buscar ese “amor” fuera de casa, incluso hemos detectado que en muchos casos que una adolescente se marche de casa es un alivio porque es un plato menos de comida que hay que servir”, resaltó Velásquez.

Joseline destacó que el trabajo es duro y sobre todo siendo una mujer joven originaria de un sector conflictivo de la capital por ella y por las niñas y mujeres de Guatemala, considera imprescindible visibilizar el trabajo que se hace por las comunidades.

JOSELINE VELÁSQUEZ: DEVOLVERLES LA VOZ PARA QUE SEAN ESCUCHADAS HA SIDO IMPORTANTE

La activista señaló que aunque la organización Go Joven ha llegado a once departamentos de Guatemala, actualmente trabajan específicamente en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango y Puerto Barrios, Izabal. Asimismo, destacó que durante los últimos tres años, han llegado a comunidades de Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz en donde han encontrado contextos difíciles y barreras como el idioma y algunas prácticas culturales en donde aún prevalece el patriarcado y cierta resistencia a los temas de sexualidad.

“Cuando llegas hay una desconfianza, porque han sido áreas atacadas que sienten resistencia a lo desconocido, porque cuando han llegado los han dañado de alguna forma”, acotó.

Durante su gestión como activista, Joseline resaltó que se ha encontrado con todo tipo de experiencias; desde niñas que asisten a los talleres pero no sonríen por ser víctimas de círculos de violencia sexual y costumbres generacionales que afectan el desarrollo de las niñas y adolescentes que asisten a las charlas que imparten.

“Devolverle la voz a esas niñas y adolescentes para que sean escuchadas ha sido importante y para que las autoridades puedan atender a las necesidades de nuestra niñez”.

SER FEMINISTA ES EVIDENCIAR LO QUE NO QUIEREN QUE SE CONOZCA

Para Joseline, ser feminista en Guatemala es llegar a la sensibilidad de muchos que no quieren que se conozca lo que está mal. “A través del movimiento feminista evidenciamos los vacíos, la falta de oportunidades y las áreas donde no quieren trabajar, que una mujer hable, muchas veces hace que los hombres tiemblen, este mundo ya no está hecho solo para los hombres”, destacó.

SOBRE EL RECONOCIMIENTO DE “BBC”

BBC 100 Women dio a conocer su lista de 100 mujeres inspiradoras e influyentes de todo el mundo para 2018. De acuerdo a BBC, a través de ellas se explorarán una variedad de temas, que buscan provocar acciones y el descubrimiento de mujeres en la historia.

Las mujeres incluidas en la lista, se encuentran entre los 15 y los 94 años de edad y son originarias de más de 60 países, la lista incluye líderes, pioneros y activistas.

“Para mí el reconocimiento de BBC es un compromiso, es poder lograr ser alguien en tu comunidad, alguien para tu familia, es romper con esos círculos de violencia es desnudarte ante el mundo para que vean lo que haces, eso me hace feliz, pero también me hace más consciente respecto a lo que me toca, ahora las niñas, adolescentes y mujeres no estamos solas; nos acompañamos y juntas luchamos por nuestros derechos”.

De acuerdo a Joseline, el trabajo que ha realizado por años, es una lucha en conjunto con sus compañeras y es una lucha que no se detendrá, porque las comunidades siguen necesitando que la información llegue. Asimismo, indicó que es importante que se saber necesita unión entre mujeres para evidenciar que hay una problemática que no se está atendiendo.

SUS METAS

Dentro de sus metas están; concluir sus estudios de Periodismo, estudiar inglés y retomar su blog Girasoles y Amapolas, en donde publica artículos con contenido político, social y personal. Además, espera continuar trabajando por las mujeres y niñas de Guatemala.

Artículo anteriorDos caras de la caravana: los que migran y los que se quedan
Artículo siguiente¿Qué sucedería en Guatemala sin la presencia de los Bomberos Voluntarios?