Desde hace un año Alberto envía su aporte en remesas a su familia en el departamento de Santa Rosa, Guatemala, con lo que solventan necesidades del hogar, salud y transporte.
Para Alberto volver al país sería resignarse a recibir y sobrevivir con un sueldo inferior al salario mínimo.
En Guatemala, las remesas son consideradas como un capital importante para la inversión, además, permiten el sostenimiento familiar y estimulan el consumo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
También inciden de manera favorable para que muchas familias no se ubiquen en los rangos de pobreza y pobreza extrema. Un estudio elaborado en 2016 refiere que son más de 6 millones 200 mil personas las beneficiarias de las remesas, unos 2 millones 117 son niñas, niños y adolescentes.
La OIM estima que entre alimentos, mantenimiento, reparación, construcción de vivienda, transporte, salud, educación y telefonía, se invirtió un estimado de US$4 mil 800 millones.
Sin la Caravana de migrantes “Invisible”, el número de guatemaltecos que vive en Estados Unidos que se estima es superior a los 2 millones, las familias en Guatemala verían comprometidos sus ingresos y la forma de vida, porque estos aportes les permiten sobrevivir, según analistas.
El consultor en temas internacionales Aldo Bonilla, afirma que sin migrantes, el país estaría en un colapso total.
Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
Las remesas, según la OIM, no significan solo un vínculo entre las familias, sino que aportan a la reducción de la pobreza en los hogares, además, facilitan tener acceso a la salud y educación.
La encuesta evidenció que solo el 13.2 por ciento de la población receptora de remesas en 2016 logró cubrir la Canasta Básica Alimentaria que a octubre de 2016 ascendía a Q3, 905.64.
Al mismo tiempo destaca que un porcentaje de estos hogares, de no recibir la contribución estaría en condiciones de pobreza o extrema pobreza, pues únicamente el 1.6 por ciento de estas personas podría cubrir la canasta vital.
Además, está comprobado que los jóvenes beneficiarios de estos ingresos tienen más acceso a educación que el promedio nacional, especialmente a la educación secundaria, según el informe.
FAMILIA USA REMESAS EN ALIMENTOS Y GASTOS VARIOS DEL HOGAR
Alberto, de 24 años, no terminó sus estudios y solo realizó el nivel medio. Luego empezó a trabajar en un Centro de Salud y posteriormente como mesero en un restaurante donde apenas devengaba Q2 mil 600 mensuales, a veces con propinas lograba obtener unos ingresos extras, pero no era suficiente.
El joven vivía en donde trabajaba, prácticamente no veía a su familia y fue entonces que decidió migrar. Había escuchado que a sus hermanos les iba bien en Estados Unidos y se decidió.
El viaje lo pagó un amigo que ya estaba en el “norte”, se fue con Coyote y atravesó el desierto de Arizona conocido por sus altas temperaturas. Ahí fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza, finalmente fue liberado con una fianza de US$2 mil 500 que también pagaron sus familiares.
Ahora vive con amigos, extraña a su esposa e hija de un año, pero no duda en que el trabajo y el salario que devenga ahora es mucho mejor del que obtenía en su país. Actualmente labora en un restaurante en donde lava platos.
Alberto cuenta que al menos trata de enviar un poco más de 300 dólares a su familia, aunque a veces es más, todo depende de los gastos que deba efectuar. Su esposa y su mamá se reparten los recursos en las necesidades del hogar, pago de agua, luz, compra de leche, pañales, alimentación del bebé y del resto de familia, incluidos los pasajes y demás.
“Aquí es bonito, no te lo voy a negar, pero el nido de uno hace falta, y pues no me siento tan bien aquí, pero es lo que hay y debo trabajar, esto era lo que quería”, comenta Alberto.
Sin lo que envía Alberto, tanto el bebé como su familia quedarían sin ese ingreso limitándose únicamente a la venta de huevos y gallinas. Hace poco celebraron el cumpleaños de la niña, hubo piñata y pastel, todo con las remesas que su papá envió; cuando se fue, la bebé tenía un mes de nacida.
En ocasiones el papá de Alberto logra sus cosechas, siembra yuca y frijol, pero no siempre le va bien, todo depende del invierno. También trabaja como albañil de la aldea y es músico, pero su trabajo es por temporadas.
El sueño del joven es que con el tiempo pueda adquirir un estatus regular en Estados Unidos, espera obtenerlo, pero su caso aún se dilucida en una Corte Migratoria.
A finales de noviembre una nueva cita le permitirá, ya sea permanecer en el país o volver a la realidad de la que escapó en Guatemala.
REMESAS INFLUYEN EN LA EDUCACIÓN, SALUD, CONSUMO Y ALIMENTOS DE LA FAMILIA
Mientras el éxodo continúa, las remesas siguen aportando a la salud, alimentación y sostenimiento del hogar de la familia.
La OIM apunta a que del total de remesas en 2016, un 25 por ciento, es decir más de US$1 mil 779 millones se usaron para alimentos, mientras que en mantenimiento, construcción, reparación de vivienda fueron US$2 mil 486 millones.
En cuanto a salud, el estudio estima que se destinó una cifra de US$322 millones, en educación unos US$232 millones y US$77 millones a la telefonía.
El resto de los ingresos se distribuyeron en diferentes gastos.
Sin embargo, esa aproximación para 2018 podría aumentar para estos rubros, considerando que hasta septiembre las remesas sumaron US$6 mil 823 millones, es decir casi superaron el dato total de US$7 mil 159 millones reportado en 2016 por el Banco de Guatemala.
OTZOY: SI REMESAS BAJAN DRÁSTICAMENTE SE AFECTARÍAN LOS NIVELES DE EMPLEO
Marvin Otzoy, economista y migrante residente en Estados Unidos, refirió que teniendo en cuenta los indicadores del aporte migrante en cuanto a salud, educación y alimentación se puede decir que estos ingresos son muy significativos para el país, que han llegado a estabilizar las variables económicas de Guatemala.
Otzoy destacó que las mismas inciden en el Producto Interno Bruto y por eso resultaría alarmante si los índices llegaran a verse disminuidos, habría consecuencias, incluso en el tipo de cambio, exportaciones e importaciones.
“Sería desalentador saber que esta inyección importantísima de la economía dejara de llegar. Se alterarían mucho los diferentes niveles de empleo, indicadores de precio al consumidor, tantas otras delicadas de tomar en cuenta”, explicó.
A pesar de todo lo que los migrantes hacen por Guatemala, el entrevistado señala que el Estado valora muy poco lo que hacen por la economía.
Una de las pruebas es que no existen políticas públicas que de verdad beneficien a las personas, principalmente a los connacionales en Estados Unidos donde hace falta mucho por hacer.
“Si las familias receptoras de remesas no las recibieran prácticamente estas familias no tendrían la subsistencia básica que hasta el momento, sufrirían económicamente a falta de ingresos para necesidades básicas de subsistencia y eso es preocupante, porque esas familias se verían impactadas al no recibir remesas necesarias para ellos”, indicó Otzoy.
Por eso el líder migrante destacó la necesidad de que se piense en el aprovechamiento de estos ingresos para prepararse a futuro, “deben existir programas, cooperativas, creación de empresas de migrantes”.
CABRERA: DE EMPEZAR A MERMAR EL APORTE, MIGRACIÓN SERÍA MÁS ALARMANTE AÚN
El guatemalteco Vinicio Cabrera, residente en EE. UU., señaló que es innegable el aporte que brindan desde el extranjero con remesas, “somos el grupo que más ha aportado y de esos ingresos económicos se sostienen varios hogares”.
Sin ese aporte, a decir de Cabrera, se vería aún más la migración de familias, incluso a niveles todavía más alarmantes de los que ya se registran para Guatemala.
“Tengo familiares y a veces hasta amigos o personas que tienen hijos y reciben remesas que los ponen a estudiar para que reciban cursos más avanzados para que puedan adaptarse al trabajo en el futuro”, dijo.
Su ayuda se vuelve más indispensable sobretodo porque las familias, muchas veces, se dedican a la agricultura y siempre necesitan de ese apoyo.
Lo que ahora se ve en la región, en cuanto a migración, según Cabrera, es consecuencia de los modelos que los gobiernos tienen y que no actúan en contra de la corrupción y la delincuencia, prueba de ello es la gente que escapa de esa situación.
POCASANGRE: SIN RECONOCIMIENTO DEL ESFUERZO
Juan Carlos Pocasangre, desde Nueva York, opinó que si las familias dejaran de recibir esta entrada de recursos definitivamente se verían muy afectadas, sobre todo considerando que las mismas superan a otros aportes y eso ya es de mucho valor.
“No habría ni compras, ni productos porque no habría recursos para pagar por los servicios de los familiares de los migrantes, entonces todo sería bajo totalmente”, comentó.
Al igual que Otzoy, el entrevistado considera que lejos de existir un verdadero reconocimiento a ese aporte migrante, existiendo servicios para ellos en el extranjero, de la boca de los políticos no se ve nada más.
Para entender el impacto que tienen en las familias, añadió que se debe recordar que las transferencias monetarias llegan como aporte en los gastos básicos del hogar, educación, vestuario, vivienda y otras oportunidades que se permiten las personas con este apoyo.
Las empresas también se verían afectadas si existiera una disminución, además, menos niños se quedarían sin recibir educación.
“Muchos colegios tienen instalaciones en los municipios porque la mayoría son de familiares migrantes, hay que recordar que para un guatemalteco no es tan fácil pagar un colegio privado, entonces todo se vendría abajo”, aseguró.
CONNACIONALES INFLUYEN EN SALUD Y EDUCACIÓN DE FAMILIAS
Úrsula Roldán, del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar, indicó que al quitar un ingreso a la macroeconomía se crea una desestabilización, porque existen diferencias de consumo.
“Las remesas se contabilizan entre el 11 y 13 del PIB en Guatemala, ese es un rubro de la economía guatemalteca que ingresa a las familias de connacionales”, comentó.
Quienes migran no tienen los servicios básicos del Estado, según Roldán y de ahí la importancia de los aportes en remesas, porque subsidian la educación y salud de las familias.
Al igual que el resto de entrevistados, la experta también cree que el reconocimiento y acompañamiento a los migrantes no es visible ni reconocido, como ejemplo cita lo ocurrido con la caravana de migrantes hondureños, que al final mostró la realidad de cientos de guatemaltecos que salen a diario del país.
El abandono hacia este sector, a decir de Roldán, no corresponde al nivel de aporte que dan al país, “el Estado está ausente, quienes han podido contribuir, en verdad son los Scalabrinianos en manera admirable a través de Casa del Migrante los que han sostenido la ayuda”.
ASIES: POBLACIÓN TIENE DEPENDENCIA A LAS REMESAS
Andrés Navas, investigador y consultor del tema económico de la Asociación en Estudios Sociales (Asies), explicó que los aportes de connacionales llegan a sustituir la falta de ingresos de una familia, de ahí su importancia para ellos y el país.
Para Navas, existe una dinámica compleja con el comportamiento de las remesas, porque hay diferentes formas de uso, principalmente al consumo.
“En términos generales Guatemala tiene una dificultad para ahorrar, porque hay muchas personas que viven el día a día, pero en el caso de las familias que reciben remesas pues tienen una mayor necesidad, y por tanto van a adquirir bienes o en todo caso a atender ciertas necesidades que son básicas”, comentó.
El experto añadió que gran parte de la población tiene dependencia a las remesas y esto es a su vez un indicador alarmante, porque como país se está exportando al capital humano que trabaja.
“Esto nos da a pensar que nosotros estamos promoviendo hasta cierto punto la migración y no estamos generando las condiciones necesarias para que las personas trabajen en Guatemala y generen valor agregado”, comentó.
El pronóstico de crecimiento de remesas para 2019 sería menor al que se ha registrado en otros años y estaría influenciado en parte de las por las políticas migratorias de Estados Unidos.
Lo ideal para el país debería ser que otro tipo de indicadores, turismo, exportaciones muestren aumentos.
“CORREDOR SECO”, MIGRACIÓN Y POBREZA
En departamentos como Quiché, Baja Verapaz, Guatemala, El Progreso, Zacapa, Jalapa, Chiquimula y Jutiapa, que se encuentran dentro del Corredor Seco el aporte en remesas a las familias significa un importante aporte.
Uno de los últimos estudios de Oxfam Guatemala, que se publicó en octubre de este año titulado “Canícula prolongada, hambre prolongada y extendida para el hambre Corredor Seco de Guatemala”, señala que solo en esta región unas 39 mil personas habían migrado, la mayoría hacía Estados Unidos.
Causas como la sequía y la crisis del café estarían influyendo en que más personas decidan migrar a Estados Unidos. En parte, según reportajes anteriores realizados por La Hora Voz del Migrante, esto explicaría las alarmantes cifras de detenciones en la Frontera Sur de EE. UU.
A la situación del país se le debe añadir la última Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) del INE que en 2014 apuntaba que había 9 millones 373 mil guatemaltecos que vivían en condiciones de pobreza, casi un 60 por ciento de la población.
Mientras que en 2006, ocho años antes, el mismo estudio develó que la pobreza llegaba al 51 por ciento del país, unos 6 millones 625 mil habitantes.
BONILLA: SI NO EXISTIERAN MIGRANTES, GUATEMALA ESTARÍA EN COLAPSO TOTAL
Aldo Bonilla, consultor en temas internacionales, comentó a La Hora Voz del Migrante, que las remesas son hoy el mayor apuntalamiento económico al país, sin requerir de ninguna participación del sector industrial, comercial, bancario ni estatal.
“La situación social del país ha llegado a tal extremo que la mano de obra de nuestros connacionales expulsados de su propia tierra debido a las condiciones sociales son quienes sostienen al país económicamente”, expuso.
A decir de Bonilla, si no existieran los migrantes, Guatemala estaría en condiciones de colapso total, y eso es considerado un tema que supera al Estado.
“Las remesas son hoy un medio de supervivencia, familias separadas, niños y jóvenes que, dada la precariedad no tienen la compañía de uno o ambos padres y crecen a la sombra o cuidado de otros familiares, cuando bien les va, apenas estudian en un sistema igualmente precario, mediocre, corrupto, que no les permite avizorar un futuro de bienestar”, anotó.
Bonilla afirma que al final es un riesgo decir que las remesas ayudan a reducir la pobreza, porque las mismas solo permiten sobrevivir.