Ante la presencia de decenas de feligreses, esta mañana se celebró la beatificación de los mártires, el Padre Tulio Maruzzo, de la orden de Franciscanos Menores y el laico catequista Luis Obdulio Arroyo, miembro de la Tercera Orden Franciscana.

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

La Santa Eucarística estuvo presidida por el Cardenal Giovanni Angelo Becciu, quien llegó al país como enviado del Papa Francisco para presidir la celebración católica.

En medio de algarabía generada en la feligresía por la beatificación de los mártires, decenas de personas llegaron de diferentes lugares del país para asistir a la actividad que se realizó en el municipio de Morales, Izabal, jornada que inició con diversas actividades. La Santa Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal Giovanni Angelo Becciu a partir de las 10 de la mañana.

La causa de beatificación fue promovida por la Provincia Veneta de los Frailes Menores, que inició en 2005. Tanto el cuerpo del Padre Tulio y de Luis Obdulio Arroyo fueron trasladados a la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, de Quiriguá, donde hoy son venerados como beatos, según información de la Orden de los Franciscanos Menores.

LA VIDA DE LOS MÁRTIRES

El Padre Tulio nació en Lapio, municipio de Arcugnano (Vicenza, Italia) el 23 de julio de 1929 y fue educado en una familia cristiana. En 1939 entró en el colegio seráfico de los Frailes Menores de Veneto en Chiampo, de acuerdo a la Orden de los Franciscanos Menores.

En 1951 emitió su profesión y lo ordenaron como sacerdote en 1953, posteriormente fue en diciembre de 1960 que llegó como misionero a Guatemala.

Mientras vivió en el país, estuvo en las parroquias del Vicariato de Izabal y su campo de acción fue la pastoral, donde siempre se caracterizó por su dedicación y entusiasmo por el bien de los fieles.

El Padre Tulio también es recordado porque se mostró sensible a las quejas de los ciudadanos que veían cómo eran expropiadas sus tierras. Su obra como pastor se dirigió a socorrer la pobreza que se propagaba, a consolar los desalentados y, sobre todo, a iluminar las conciencias para ratificar con claridad los derechos de la justicia de acuerdo a los dictámenes evangélicos, según información de la Orden de Franciscanos Menores.

Sus acciones siempre lo llevaron a oponerse a los poderosos del lugar que habían decretado la supresión.

Mientras que al catequista Luis Obdulio Arroyo siempre se le recuerda como el fiel compañero del Padre Tulio. Nació en Quiriguá en 1950 y se desempeñaba como chofer en el municipio de Los Amates. Cuando tenía 26 años se integró a la Tercera Orden Franciscana, además de ser catequista en su parroquia.

Ambos fueron asesinados la tarde del 1 de julio de 1981, cuando retornaban de una reunión en la localidad de Los Amates. En ese lugar tanto el Padre Maruzzo como Arroyo fueron víctimas de una emboscada.

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