POR REDACCIÓN LA HORA
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Este martes, en el reportaje “Sin rastro de las cien capturas de ISIS que según el Gobierno realizó”, publicado por La Hora, el secretario de Inteligencia del Estado de Guatemala, Mario Duarte, reveló el caso de unos ciudadanos sirios que ingresaron al país con documentación falsa y que fueron procesados penalmente para luego ser deportados; una situación similar a la de la familia Bitkov, pero quienes han recibido un trato diferente y utilizados por el Gobierno para atacar a la CICIG.
Analistas consultados por este vespertino sobre qué se puede entender de esa actitud del gobierno de Jimmy Morales, coinciden en que la situación de la familia rusa únicamente ha sido una herramienta para desacreditar la lucha contra la corrupción y el papel de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
“Le puedo citar el ejemplo de varios ciudadanos de origen sirio que fueron detenidos en 2016 con documentación falsa, por lo cual fueron procesados y sujetos a un proceso penal. Estos individuos fueron deportados de acuerdo con nuestras leyes”, dijo Duarte en el reportaje publicado ayer.
A finales de 2017, el Ministerio Público solicitó al Tribunal de Mayor Riesgo “A” penas de cinco a veinte años de prisión, así como la expulsión de cinco personas, contra cuarenta y un presuntos integrantes de una estructura criminal que facilitaba documentación falsa a ciudadanos de distintos países para su ingreso y tránsito en Guatemala. Por este caso conocido como Migración los Bitkov fueron sentenciados por la adquisición y uso de documentos falsos.
Igor Bitkov, Irina Viacheslavovna Bitkova y Anastasia Bitkova, argumentaban que eran víctimas de una persecución política orquestada por el gobierno ruso. Opositores de la lucha anticorrupción y el propio Morales ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre pasado, sacaron a relucir este caso para relacionar el trabajo de la CICIG con el Kremlin y una supuesta injerencia del gobierno de Vladimir Putin.
En 2016, el Estado negó a la familia rusa una petición de refugio que los Bitkov realizaron a la Dirección General de Migración (DGM). Actualmente gozan de medidas sustitutivas mientras se dilucida su situación jurídica tras una resolución de la Corte de Constitucionalidad.
NO HABÍA RAZÓN PARA UN TRATO DIFERENCIADO
Edgar Celada, analista del Instituto de Problemas Nacionales (Ipnusac) indicó que no hay una razón explícita para hacer un trato diferenciado entre rusos y sirios.
A criterio de Celada, el caso de los Bitkov se contaminó con la lucha del Gobierno en contra de la CICIG, en el momento en que sectores conservadores de Estados Unidos pretendieron vincular sin pruebas concretas la situación de los rusos con la presunta injerencia de ese país en las elecciones de Estados Unidos y pretendieron relacionar ambos casos.
“En Guatemala el Caso Bitkov siguió su curso, y ellos deben responder ante la Ley por los delitos por los que fueron procesados y deben responder ante la Ley”, dijo Celada, También acotó que si el Gobierno los ve a ellos (los Bitkov) con simpatía, es por ese intento de desacreditar el trabajo de la CICIG, vinculando a la Comisión en una supuesta conspiración con los rusos en contra de los Estados Unidos.
“Nunca se ha sabido que haya capturas de presuntos terroristas de ISIS en Guatemala, esa es una carta que el presidente Morales se sacó de la manga, quién sabe por qué. Considero que ese tema de los terroristas capturados quedará en la nebulosa del misterio por mucho tiempo”, acotó el analista.
UN INSTRUMENTO NADA MÁS
A criterio del politólogo Renzo Rosal existen dos factores determinantes en la diferenciación que ha hecho el Gobierno entre los ciudadanos rusos y sirios. De acuerdo con Rosal, para los opositores de la CICIG, el Caso Bitkov se convirtió en un estandarte debido a la coyuntura que vive el país.
También señaló que atrás del caso también existe un tema concreto, que es la falsificación de documentos y las redes de abogados que están involucrados en este tipo de estructuras criminales.
Según el analista, el Caso Bitkov fue utilizado por la narrativa anti CICIG como un instrumento que, incluso, llegó a las esferas estadounidenses pues necesitaban colgarse de ciertos y determinados casos.
En cuanto a la criminalización de los ciudadanos sirios, Rosal destacó que el gentilicio de los sirios los hace vulnerables a etiquetas que los catalogan como terroristas. Contrario a los rusos, una familia vinculada con estructuras de poder.
“Los sirios son personas que vienen a esta parte del mundo, que huyen a este lado del mundo huyendo de la pobreza y la guerra”, recordó.
“Los rusos huían de una situación particular, mientras que los sirios huyen por situaciones humanitarias. Sin embargo, a los Bitkov no se les señala el pecado original que cometieron, mientras que a los sirios se les señala sin conocimiento real de los hechos”, acotó Rosal.