POR JOSÉ PABLO DEL ÁGUILA
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La Unidad de Extinción de Dominio del Ministerio Público (MP), adscrita a la Fiscalía contra el Lavado de Dinero, embargó Q34 millones 798 mil 833 vinculados al extitular de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), Marco Tulio Abadío Molina y a su hijo, Junior Vinicio Abadío Carrillo.

Según la Fiscalía, los más de Q34 millones provienen de transferencias que el exsuperintendente realizó desde cuentas de la SAT a dos bancos del sistema, lo que constituye el delito de lavado de dinero.

Estos hechos ocurrieron cuando Abadío Molina fue jefe de la SAT, entre octubre de 2002 y enero de 2004. Las pesquisas establecen que el exfuncionario y su hijo triangularon cuentas bancarias con las de la empresa Litografía Free Hands, que es propiedad de Abadío Carrillo.

El dinero sustraído de las arcas de la SAT fue invertido por Abadío Molina y Abadío Carrillo a plazo fijo en un banco del sistema. Además, también se adquirieron bonos hipotecarios, “siendo éstas una de las formas en que se benefició la familia Abadío y terceras personas”, informó el MP en un boletín de prensa.

Las investigaciones del dinero embargado iniciaron luego de una denuncia que presentó la Intendencia de Verificación Especial (IVE) por transacciones sospechosas que realizaron Abadío Molina, Abadío Carrillo y otras personas involucradas en el lavado del dinero.

El dinero pasará a ser administrado provisionalmente por la Secretaría Nacional de Bienes en Extinción de Dominio (Senabed) mientras culmina el proceso judicial para determinar si el monto embargado pasa a manos del Estado.

LEY
Aunque el lavado de dinero ocurrió antes de que entrara en vigencia la Ley de Extinción de Dominio (aprobada en 2011), el MP asegura que esta normativa sí se puede aplicar para embargarle bienes al exsuperintendente porque la misma establece que los procesos de extinción de dominio se deben iniciar “no importando el tiempo en que hayan ocurrido los hechos delictivos”.

EN LIBERTAD
En 2007, el Tribunal Quinto de Sentencia Penal condenó al exsuperintendente de la SAT a 30 años y seis meses de prisión por los delitos de concusión, fraude y lavado de dinero u otros activos por el desfalco millonario a la institución que dirigía.

Sin embargo, en abril del año pasado, Abadío Molina recobró su libertad luego de que un juez de Ejecución Penal le otorgara una redención de la pena.

Su hijo, Abadío Carrillo, aún sigue cumpliendo la pena que le fue impuesta.

JEFES DE LA SAT EN PRISIÓN
Actualmente, hay otros dos exsuperintendentes de al SAT ligados a proceso penal por actos de corrupción. Se trata de Omar Franco Chacón y Carlos Muñoz, ambos ligados a proceso penal por el Caso La Línea y Traficantes de Influencias.

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