POR REDACCIÓN LA HORA/AP/dpa
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Con una estimación por encima de las mil personas, ayer ingresó a Guatemala la caravana de migrantes hondureños que desean llegar a Estados Unidos en busca de oportunidades que les permitan generar las condiciones necesarias para una mejor calidad de vida. Las personas pernoctaron anoche en Esquipulas, Chiquimula, luego de superar los obstáculos que intentaron colocar las autoridades guatemaltecas para impedir su ingreso; y así continuar hoy con su camino hacia el “Sueño Americano”.

Mientras que la política no puede ser ajena a esta situación, por ejemplo, hoy el presidente Donald Trump amenazó a su homólogo hondureño, Juan Orlando Hernández, de detener la ayuda económica a ese país si no frena la caravana.

«Estados Unidos ha informado con firmeza al Presidente de Honduras que si la gran caravana de personas que se dirigen a Estados Unidos no es frenada y llevada de vuelta a Honduras, no se dará más dinero o ayuda a Honduras, ¡con efecto inmediato!», escribió en Twitter.

Honduras y Estados Unidos guardan una estrecha relación en la región, incluso, cuando la reelección de Hernández, a finales de 2017, era fuertemente cuestionada a nivel internacional y generaba muestras de rechazo en las calles de esa nación con manifestaciones, muchas veces reprimidas, el Departamento de Estado reconoció el triunfo electoral a pesar de las denuncias de fraude.

LAS CONDICIONES EN HONDURAS

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) establece que la migración irregular es impulsada por distintas causas.

En la región centroamericana, la falta de oportunidades, la economía, las dificultades para tener acceso a un trabajo, la violencia, corrupción, entre otros, impulsan a sus ciudadanos a buscar mejores oportunidades en Estados Unidos.

Las malas perspectivas económicas son el principal motivo por el que los hondureños buscan abandonar su país, de 9,4 millones de habitantes, según una encuesta reciente del Centro de Estudios de Inmigración. La violencia fue el segundo motivo más mencionado, citó la agencia AP recientemente.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, un organismo de Naciones Unidas, proyecta este año para Honduras un crecimiento económico de 3,9 por ciento. Según la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social de Honduras, el desempleo alcanza 6,7 por ciento, aunque casi la mitad de los hondureños en edad laboral están desocupados, y por lo tanto tienen ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades.

PRIMER OBSTÁCULO SUPERADO

Los hondureños partieron de San Pedro Sula el sábado y tras ser advertidos de que impedirían su paso, tanto en Guatemala como México, la convicción de los migrantes y la falta de obstáculos legales para que transiten por Centroamérica les permitió dar el primer paso e ingresar a Esquipulas.

Tras permanecer unas dos horas en la frontera con Guatemala, los migrantes hondureños, que superaban en número a la policía, empezaron a caminar y los uniformados no pudieron hacer mucho para detenerlos. Las patrullas se limitaron acompañar la caravana dentro de Guatemala, reportó la agencia AP.

A unos dos kilómetros de la ciudad de Esquipulas, departamento de Chiquimula, había unos 250 policías que según el Comisario Julián Maxia tenían la orden de detener la caravana y permitir el ingreso al país sólo si los migrantes presentaban su documentación legal en los controles migratorios. Sin embargo, estos no se registraron.

Los hondureños rogaron a la policía dejarlos entrar. “No somos delincuentes, no vamos a robar, no vamos a hacer maldad”, gritaban. La policía no utilizó la fuerza para detenerlos.

Tras unas tres horas detenidos por segunda vez, lograron entrar a Esquipulas para dormir y así hoy continuar el viaje.

Los migrantes esperan atravesar suelo guatemalteco y mexicano con el objetivo de hacerse de una nueva vida en Estados Unidos. A su paso por Guatemala, algunos policías y varios vecinos les entregaron agua fría para tratar de combatir el calor; otros utilizaban sus vehículos para llevarlos unos kilómetros de su marcha.

UNA REALIDAD RETRATADA EN CADA HISTORIA

Además, la agencia AP recolectó las historias de algunos de los migrantes que integran la carava y que dibujan el panorama y las condiciones que ha empujado a estas personas a arriesgarse y buscar llegar a Estados Unidos con miras a construir un mejor futuro para sus seres queridos.

Marvin Ramírez, de 35 años, residente de Ocotepeque, Honduras, dijo, entre lágrimas, que migraba porque en su país no podía vivir; su pequeño hijo Marvin de 7 años había muerto hacía un año por la falta de asistencia médica por un problema de apéndice. “Me decían que fuera a uno y a otro lugar, pero se murió porque no lo atendieron”, dijo.

Keilin Umaña tiene 21 años y está decidida a seguir adelante. Un bebe en su vientre fue su motivación, dice. Tiene dos meses de embarazo y está separada del padre de su hijo. Es enfermera, pero no puede vivir en Honduras debido a la situación de violencia que padece en su país.

“A mi casa nos llegó una nota donde decía que no podía quedarme, que tenía que irme, sino me iban a matar”, explica. “Estuve escondida un tiempo, es porque tengo este tatuaje en la mano, no es de pandillas, mire, es el nombre de mi papa y mi mamá”, dice mientras muestra su brazo.

La mujer lleva cuatro días caminando. “A veces me siento mal, pero tengo que seguir adelante”, agrega. “No somos delincuentes, somos migrantes”.

Carlos Cortez, un agricultor, de 32 años, también forma parte del grupo. Llegó con su hijo de 7 años y salieron a pie de su país porque, asegura, “allá ya no se puede vivir. Somos pobres y no podemos sostener a la familia”.

El hombre y el niño cargan una pequeña mochila con una mudada y en las manos cada uno trae un bote de agua pura. “Cada día gano unos cinco dólares. No me alcanza para darle de comer a mi familia”, explica, antes de agregar que no tiene miedo de que lo separen de su hijo en la frontera, “eso no va a pasar, no pueden hacerlo”, asegura con timidez.

TRUMP AMENAZA CON CORTAR FONDOS

El primer paso fue dado y los hondureños lograron pasar la noche en Esquipulas en sitios improvisados, a la espera de continuar con su camino, mientras que el aspecto político y diplomático de esta situación se hace presente cada vez más, tras las advertencia de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, hoy el propio presidente Donald Trump abordó el tema y lanzó una amenaza.
No es la primera vez que la Administración de Trump amenaza con retirar las ayudas a los países centroamericanos si no frenan los flujos migratorios hacia Estados Unidos.

Bajo la estrategia para América Central, Estados Unidos ha comprometido en la región del Triángulo Norte -Honduras, Guatemala y El Salvador- más de 2 mil 600 millones de dólares en asistencia desde 2015 hasta 2018.

Esta no es la primera caravana de migrantes de estas características. La última que llegó a la frontera con Estados Unidos desató la primavera (boreal) pasada la ira de Trump, que ha hecho de la mano dura en inmigración una de las señas de identidad de su Gobierno.

El mandatario amenazó al Gobierno mexicano con hacer saltar por los aires el acuerdo de libre comercio Nafta, en renegociación en ese momento, si no frenaba a los migrantes. Ante la llegada de estos a la frontera, ordenó el despliegue allí de la Guardia Nacional.

Justo la semana pasada, los Gobiernos de los países del violento Triángulo Norte, celebraron junto con México y Estados Unidos una conferencia de dos días en Washington para analizar cómo frenar los flujos migratorios desde esa zona hacia el país norteamericano.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, instó a Honduras, Guatemala y El Salvador a hacer más esfuerzos para frenar la inmigración ilegal hacia su país. «Si no pueden llegar legalmente, no deben venir», manifestó Pence.

LA RELACIÓN EE.UU. – HERNÁNDEZ

Pero Honduras ha sido uno de los países que mantiene una relación más estrecha con el gobierno estadounidense. En particular, el presidente Juan Orlando Hernández.

En 2017, tras una serie de modificaciones legales que le permitieron buscar la reelección (situación que había ya provocado un golpe de Estado en 2009), Hernández ganó las elecciones presidenciales al opositor Salvador Nasralla, tras ir abajo en los conteos preliminares, lo cual provocó el estallido de protestas, represión y la preocupación de la comunidad internacional.

Tras varios días de incertidumbre y llamados para diálogo que permitiera salir de la crisis a los hondureños, el Departamento de Estado de Estados Unidos reconoció la victoria del mandatario.

Karla Maldonado tiene solo 16 años y es una integrante de la caravana, está decidida a migrar. La adolescente viaja con su prima Gabriela Natareno, de 27. “Yo estudiaba primero básico, pero me voy porque quiero algo mejor”, explicó. La joven confía en que podrá llegar a Estados Unidos y aseguró que no tiene miedo de que las separen.

La advertencia de Trump llegó apenas cinco días después de que el vicepresidente Mike Pence les asegurara a los mandatarios de Honduras y Guatemala y al vicepresidente salvadoreño que Estados Unidos incrementaría su ayuda para combatir la inmigración ilegal y generar crecimiento económico si los tres países hacían su propio esfuerzo.

Natareno dijo que la culpa la migración es del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, “que mantiene al país sumido en la pobreza y la corrupción”.

“Yo hasta le mandé una carta para que nos ayudara y nunca hizo nada”, sostuvo.

CARAVANA DEMUESTRA LAS NECESIDADES DE LOS HONDUREÑOS

Según la socióloga Jenny Argüello, las autoridades trataron de presentarlo como un movimiento político, pero los migrantes son gente con mucha necesidad. Quieren huir de la violencia, enfrentan aumento en los precios y desempleo. “De mi comunidad se fueron veinte y un vecino se regresó todo triste con su mochilita porque cuando llegó ya se habían ido. Ahí se ve que la necesidad de salir es prioritaria. La gente tiene la decisión tomada y sólo oír que surge la posibilidad se lanzan”.

Amnistía Internacional criticó la amenaza de Trump por medio de su directora para las Américas, Erika Guevara Rosas, calificándola de «xenófoba» y «racista».

«Las personas tienen derecho a buscar asilo. La Administración Trump de nuevo amenaza principios básicos de derechos humanos y dignidad humana en un tuit», añadió Guevara Rosas en la misma red social.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, urgió entretanto a respetar «los derechos y la seguridad» de los integrantes de la caravana y, también en Twitter, pidió investigar «el posible involucramiento de traficantes de personas» en ella.

«Independientemente de si hay temas políticos o si la caravana está organizada por políticos, como se ha sospechado, lo que encontramos a nuestras puertas son personas con necesidad de atención y cuidado», dijo a dpa la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala en un comunicado.

CIFRAS

6,7 por ciento
Es la tasa de desempleo en Honduras

3,9 por ciento
Es el crecimiento económico proyectado para Honduras

9,4 millones
Habitantes registra Honduras

“Me decían que fuera a uno y a otro lugar, pero se murió porque no lo atendieron”
Marvin Ramírez

“A mi casa nos llegó una nota donde decía que no podía quedarme, que tenía que irme, sino me iban a matar”
Keilin Umaña

“Yo hasta le mandé -al presidente Juan Orlando Hernández- una carta para que nos ayudara y nunca hizo nada”
Gabriela Natareno

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