Por Margarita Girón
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La Casa del Migrante en Guatemala realizó ayer el Festival de la Hermandad y la Paz, en el marco del Día Nacional del Migrante. Esta edición celebró el trabajo que durante 25 años han realizado los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos y la Casa del Migrante.

De acuerdo a la información brindada por los organizadores, el evento se realiza todos los años, el primer domingo del mes de septiembre. Esta edición reunió a grupos de danza regionales, proyectos de teatro y otras expresiones artísticas, así como la participación de emprendedores que ofrecieron platillos representativos de El Salvador, Nicaragua, Honduras, Ecuador, México, Brasil y Guatemala.

La actividad también incluyó una eucaristía celebrada por misioneros Scalabrinianos y el obispo Adilson Pedro Busin, de Porto Alegre, Brasil. Uno de los temas que resaltaron en el evento fueron las denuncias por las violaciones a los derechos humanos que los migrantes sufren por las políticas migratorias de Estados Unidos.

El procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, durante la conferencia de prensa ofrecida por los organizadores, dijo: “valoro mucho esa solidaridad y ese acompañamiento que muchas veces llenan el vacío que el Estado por falta de voluntad no hace”, al referirse a los misioneros y su labor con los migrantes y refugiados a nivel regional.

Los misioneros resaltaron que en los 25 años de trabajo, han atendido a migrantes de tránsito, retornados, desplazados víctimas de violencia, solicitantes de asilo y refugiados provenientes de toda la región centroamericana y de otros continentes. La Casa del Migrante brinda hospedaje, alimentación, atención psicosocial, orientación legal y laboral, atención médica y dental a las personas que solicitan ayuda a la misión.

“El festival que celebra el Día del Migrante está hecho para crear conciencia y manifestar que entre los migrantes no existen fronteras. Esta es una fiesta en la que participan hermanos de Honduras, El Salvador, México, Nicaragua, Brasil, Ecuador y muchas veces lo que impide este tipo de convivencia entre naciones, son las leyes migratorias”, señaló el presbítero Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante en Guatemala.

“Las acciones inhumanas sobre inmigración del presidente estadounidense Donald Trump son preocupantes, ya que tienen el potencial de socavar los derechos humanos de los migrantes, principalmente de las niñas, niños y adolescentes, separándolos de sus padres y exponiéndolos en situación de vulnerabilidad y tortura psicológica”, expresaron los misioneros.

Asimismo, Verzeletti destacó que el gobierno de Guatemala debe preocuparse por crear políticas públicas para que los guatemaltecos puedan vivir dignamente y no tengan que salir de su país.

“Jimmy Morales debe pensar bien las decisiones que toma, porque la impunidad y la corrupción generan pobreza y migración forzada”, señaló el presbítero.

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