Rodeado de libros, algunos de ellos repasados en horas de la tarde o en tiempos libres, Eduardo Cot Aju recibió recientemente la visita de La Hora Voz del Migrante en su librería ubicada en la zona 1, durante la entrevista el guatemalteco relató su historia de superación y su pasión por el Popol Vuh, que finalmente logró plasmar en una tesis de estudio de Licenciatura en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Eduardo nació en la aldea de Chuinimachicaj de Patzún, Chimaltenango, que durante la época del Conflicto Armado Interno resultó afectada. Esta situación, provocó el desplazamiento de su familia primero hacia las montañas del país a donde partieron en búsqueda de refugio y luego hacia unas fincas en donde trabajaban y eran maltratados, según relató.

Mientras observaba con atención hacía un lado, explicó que con el tiempo retornaron a su pueblo, pero la pobreza en la que vivían lo aturdía y a corta edad ya lo hacía cuestionarse y preocuparse por su realidad.

“Después fui a la escuela y mi padre nos dio una idea que aún llevo en mi mente, porque me dijo: estudiá, si no vas a seguir estudiando seguramente vas a vivir igual que nosotros y si vos estudiás y logras salir vas a empezar a ayudar a tus hermanos para poco a poco ir saliendo”, anotó.

A la vez recordó que, en 1994 un compañero le consiguió un trabajo en zona 1 en una librería, sin embargo, fue en ese momento que se enfrentó a una serie de retos, el primero dejar la comunidad y establecerse en la ciudad, además, que no sabía hablar español porque en su aldea únicamente se comunicaba en idioma maya.

ESTUDIABA POR LAS NOCHES Y DURANTE EL DÍA TRABAJABA

Al empezar a trabajar, recordó que su jefe le ayudó a comunicarse y también lo incentivó a querer aprender más y superarse. Aunque eso implicó trabajar de día y estudiar por las noches, eso nunca lo detuvo porque estaba decidido a salir adelante.

Al mismo tiempo, trató de ayudar a sus hermanos a que se superaran, porque la meta era que, si ellos lo conseguían, el resto de la familia los seguiría y así fue como casi todos sus hermanos se graduaron.

“Me atrasé un poco en mis estudios porque tenía que ayudar a mis hermanos, porque si no era así ellos no hubieran logrado estudiar, pero ya en la ciudad el trabajar en el mundo de los libros y el campo era una contradicción y yo quería saber más”, dijo.

La misma persona que le dio trabajo le recomendó que si decidía sumergirse en el mundo de la lectura lograría grandes metas, pero eso requirió de un enorme esfuerzo para Eduardo, porque debió empezar por lo más sencillo para superarse cada vez más.

Todo este esfuerzo requirió de un sacrificio y cada vez se retaba e imponía metas que lo llevaban a cuestionarse y buscar más conocimiento, todo con la guía de la persona con la que trabajaba.

EL HÁBITO DE LA LECTURA Y EL POPOL VUH

Con el tiempo la lectura se convirtió en parte de su vida y hasta ahora desconoce cuántos libros ha leído, son tantos que los preferidos los tiene separados en la librería que posee en la zona 1, la cual abrió en parte motivado por su gusto a leer, pero principalmente con documentos de su verdadera pasión: el estudio del Popol Vuh.

Eso también lo motivó a seguir con su familia en la aventura de los libros y por eso decidió impulsar su librería, aunque reconoce que el trabajo es complicado porque muy pocas personas están acostumbradas al hábito de la lectura.
“Estar aquí para mí no es un trabajo, ésta es una pasión la que vivo”, afirmó.

Con los años, se incorporó a la Dirección de Libreros de Guatemala en donde fue Presidente por seis años, momento en el que se presentó una oportunidad de trabajo por la que debía contar con un título universitario, pero no lo tenía, esto lo llevó a estudiar, primero como Periodista y después una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

Eduardo no deja de mencionar que el centro de su lectura es y siempre ha sido el Popol Vuh, razón por la que cada vez leía más versiones del ancestral texto, en búsqueda de ampliar sus conocimientos; lo cual incluso motivó a que su tesis de estudios se relacionara a este tema.

“Es necesaria una interpretación de semiología del Popol Vuh, para descubrir los mensajes ocultos en su narración”, apuntó en referencia a la tesis presentada y titulada “Una interpretación semiológica de Xibalbá en el Libro Sagrado de los Quichés el Popol Vuh”.

MENCIÓN ESPECIAL POR SU TESIS DE ESTUDIO EN LA USAC

El documento que elaboró le valió una mención especial en la Escuela de Ciencias de la Comunicación y ahora que finalizó sus estudios de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, su meta es seguir superándose, éxito que destaca no hubiera sido posible sin el apoyo de su familia.

Eduardo es consciente que, sin la determinación y el consejo de su padre de seguir estudiando, nada de lo que ha logrado sería posible. Por otro lado, se siente orgulloso de que sus hijos sigan con sus estudios y cuando se presenta la oportunidad vuelve a visitar a sus padres, porque jamás ha olvidado sus raíces.

La librería Popol Vuh está ubicada en la 9 avenida entre 13 y 14 calle de la zona 1 de Guatemala, sitio a donde Eduardo llega todos los días desde Chimaltenango, en donde vive junto a su familia. Por la tarde, deja su recinto de libros para regresar a los brazos de su familia y, aunque deja el sitio, la lectura lo acompaña a todos lados.


EL POPOL VUH

El Popol Vuh, es considerado como un los libros más importantes y con un gran valor histórico y espiritual, que también ha sido llamado como “Libro Sagrado”, que destaca una serie de relatos que busca explicar el origen de la creación, ascendencia, historia, cosmología entre otros.

En ese sentido el escritor guatemalteco Adrián Recinos, señala que el manuscrito original no se divide en partes o capítulos, puesto que el texto corre sin interrupción desde el principio hasta el final.

El texto del Popol Vuh se conserva en un manuscrito bilingüe redactado por fray Francisco Ximénez, quien se identifica como transcriptor y traductor del Libro Sagrado.

“Después fui a la escuela y mi padre nos dio una idea que aún llevo en mi mente, porque me dijo: estudiá, si no vas a seguir estudiando seguramente vas a vivir igual que nosotros y si vos estudiás y logras salir vas a empezar a ayudar a tus hermanos para poco a poco ir saliendo”.
“Me atrase un poco en mis estudios porque tenía que ayudar a mis hermanos, porque si no era así ellos no hubieran logrado estudiar, pero ya en la ciudad el trabajar en el mundo de los libros y el campo era una contradicción y yo quería saber más”.
EDUARDO COT

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