Motivado por el drama y las imágenes de llanto y dolor de decenas de personas afectadas por la trágica erupción del Volcán de Fuego, el guatemalteco Marvin Otzoy de la Fraternidad Guatemalteca en Reno Nevada, viajó hasta el lugar denominado como la zona cero, en Escuintla, con la finalidad de dar aliento y apoyo a los damnificados que se vieron afectados por la emergencia del pasado 3 de junio.

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Otzoy, de Fraternidad Guatemalteca, explicó a La Hora Voz del Migrante que la idea de acercarse a los damnificados era conocer de las necesidades que tienen los sobrevivientes.

“Nosotros hemos traído alivio más que todo comestibles, arroz, frijol, azúcar, sal, aceites, espaguetis, café, pastas de dientes, papel higiénico, medicinas, entre otros artículos que tienen como propósito ayudar a los afectados”, destacó.

El entrevistado conoció la realidad de las personas que resultaron afectadas y destacó que varios le comentaron en el lugar de la tragedia, su esperanza por encontrar aún a familiares desaparecidos el 3 de junio pasado.

Además, comentó que, con la intención de ayudar a la causa de los vecinos, se pagaron algunas horas de maquinaría para las personas que aún persisten en el lugar en busca de sus familiares o seres queridos.

Según el entrevistado, percibió mucha necesidad, desconcierto y temor entre las personas por no encontrar a sus seres queridos.

“Ver la magnitud del desastre entristece, de verdad, dice uno, pobre gente como no les iba a pasar lo que sucedió si prácticamente estaban viviendo en la orilla y probablemente confiados de que no iba a pasar lo peor, porque estaban acostumbrados a vivir con la amenaza”, destacó.

MIGRANTES SE PLANTEAN PROYECTOS DE AYUDA
Los comentarios recibidos por su visita fueron de agradecimiento por la intención de ayudar y buscar conocer más de la realidad que viven los afectados, explicó Otzoy, además, su experiencia servirá de base para que más migrantes se sumen al apoyo de las comunidades que aún viven en los albergues.

“Desde la comunidad migrante sabemos que la necesidad va más allá de cubrir estas emergencias, nosotros hemos identificado que lo importante es atacar estructuralmente la pobreza del país, en este caso particular es de ubicarla en lugares adecuados para que construyan sus aldeas”, destacó.

Ahora la meta, a decir de Otzoy es buscar fuentes de trabajo para los afectados que les permita salir adelante a partir de cooperativismo entre los pobladores, tomando en cuenta que muchos se dedicaban a la agricultura, avicultura y otros oficios, los cuales ante su nueva realidad no podrán continuar.

UNA EXPERIENCIA DE ACERCAMIENTO
Los proyectos a su parecer deben ser a largo plazo y no solo de momento y, en ese sentido es que ha podido conocer de varias propuestas de desarrollo para sus comunidades.

“De repente surgen proyectos de apadrinar familias en extrema pobreza o niños que se han quedado huérfanos o apadrinar adultos mayores que también se hayan quedado desprotegidos, es decir necesidades hay muchas”, dijo.

Visitar el sitio a decir del entrevistado, significó una experiencia importante porque ese acercamiento le permitió conocer a los afectados y así mantener mayor comunicación de ahora en adelante, sobre todo mientras inician el proceso para volver a sus vidas antes de la tragedia.

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