VÍCTIMAS SE PREGUNTAN EN DÓNDE VIVIRÁN AHORA

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Los desastres y tragedias están presentes en la vida de los guatemaltecos. El huracán Mitch, las Tormentas Stan, Agatha, el terremoto de San Marcos, el deslave de El Cambray II y ahora la erupción del Volcán de Fuego han dejado centenares de fallecidos y destruido la vida de los sobrevivientes.

Estas tragedias van acompañadas del fenómeno de la migración, a la cual recurren los damnificados quienes ante la falta de respuesta del Estado y la falta de acción que les restituya sus viviendas y su modo de subsistencia dejan sus lugares de origen.

Hasta el cierre de esta nota, la erupción del Volcán de Fuego ha dejado decenas de fallecidos. Las escenas de la emergencia son tristes y caóticas y un panorama desolador espera a las familias que ahora se sienten cobijadas por las muestras de solidaridad de los guatemaltecos, pero que amanecerán ante un futuro incierto, como ha ocurrido en otros años, cuando ya haya pasado lo más duro del desastre.

“Mi esposa salió corriendo, ella vio como la lava envolvió a la gente… ella ya no daba más”, dice Walter Mijangos, uno de los pobladores afectados por la erupción del Volcán de Fuego, uno de los más activos de Guatemala desde 2002.

Mijangos dijo que no hubo un proceso de evacuación para los pobladores. Decenas de personas intentaron escapar de la inminente nube de materiales volcánicos y se refugiaron en sus viviendas, pero el resultado fue fatal.

Contrario a lo que afirmó el presidente Jimmy Morales, el afectado dijo en una entrevista al noticiero Guatevisión que no se les informó de la actividad volcánica como el mandatario aseguró en una conferencia de prensa.

¿A DÓNDE VAMOS A IR A VIVIR?

Sin poder contener las lágrimas y con una expresión de tristeza, Mijangos exclamó ante las cámaras, “¿a dónde vamos a ir a vivir?… si no tenemos nada, que nos ayuden porque no tenemos a dónde ir a dar, todo se nos acabó, todito se nos quedó adentro, todo lo material”.

Aunque lamenta las pérdidas materiales, el guatemalteco afirmó que se siente agradecido porque a su familia no le sucedió nada, sin embargo varios de sus vecinos no lograron salir a tiempo y aún se encuentran desaparecidos.

UN ESCENARIO CAÓTICO

Horas después de la tragedia del domingo, el fotorreportero Johan Ordóñez describió la situación como fue caótica en las cercanías a la aldea El Rodeo, Escuintla, una de las zonas más afectadas por la erupción del Volcán de Fuego.

Ordóñez ascendió al lugar más afectado por el material que expulsa el coloso acompañando al primer grupo de rescatistas que continuaban con las peligrosas tareas de rescate.

El fotógrafo dijo que mientras acompañaba a los rescatistas encontraban viviendas soterradas por la arena volcánica y en las que se calculan vivían entre 7 u 8 personas. “Está muy crítico”, indicó.

Asimismo mencionó el caso de una señora que había perdido a sus hijos y su vivienda. “La señora está inconsolable”, resaltó.

SOCORRISTAS AFECTADOS

El lunes 4 de junio el ánimo de los rescatistas era variado, algunos miembros de Bomberos Voluntarios se observaban afectados porque aún no localizaban a algunos de sus compañeros, “eso lo tiene con la moral baja”, dijo Ordóñez. El resto se mantenía con el impulso de entrar, sin embargo, debían esperar para realizar su ingreso, el cual se estaba haciendo por grupos.

En el área se podían ver casas sepultadas por las cenizas y animales muertos. El primer fallecido que encontraron cuando Johan subió era un niño y luego hallaron dos adultos.

LA ERUPCIÓN COBRA VÍCTIMAS E INCONTABLES DESAPARECIDOS

La erupción más fuerte de los últimos 40 años del Volcán de Fuego empezó con la caída de ceniza en lugares aledaños al coloso, que se ubica a unos 50 kilómetros de la capital de Guatemala. No hubo evacuación a tiempo y solo algunos pobladores de las aldeas El Rodeo y Los Lotes lograron escapar de uno de los eventos más catastróficos ocurridos en el país.

Al cierre de edición de esta nota, la emergencia ya había cobrado un estimado de 99 personas fallecidas, 192 desaparecidos, más de 3 mil evacuados y dos millones de afectados principalmente en Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, según cifras proporcionadas por las autoridades.

Los videos que circularon en redes sociales mostraron a las familias huyendo con desesperación de la ceniza y materiales volcánicos, algunos con sus familias, otros en soledad y sin creer lo que veían. Los vuelos nacionales e internacionales del Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA) fueron interrumpidos por varias horas la tarde del domingo 3 de junio, día de la tragedia.

CONGRESO RATIFICÓ ESTADO DE CALAMIDAD Y APROVECHÓ EL MOMENTO

Tras la solicitud del Ejecutivo, el Congreso ratificó el Estado de Calamidad el 4 de junio, con el que las autoridades cuentan con un fondo disponible para emergencias que sirva para solventar los gastos en los que las instituciones incurran para reaccionar a la tragedia ocurrida en los alrededores del Volcán de Fuego.

El ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada, explicó que con la ratificación del Estado de Calamidad el Ejecutivo contaría con Q192 millones, que corresponden al techo presupuestario de un fondo para emergencias, aunque en caja existía un poco más de Q300 millones acumulados.

El martes y miércoles, los diputados del Congreso aprovecharon para agendar temas polémicos y algunos que buscan impunidad, tales como el transfuguismo, financiamiento electoral, ley de ONG y la de competencia.

DESDE EL HURACÁN “MITCH” EN 1998 HASTA EL DESLAVE DEL CAMBRAY II EN 2015

El huracán Mitch fue considerado en 1998 como una de las peores catástrofes naturales ocurridas en Guatemala y los efectos del mismo alcanzaron a Honduras y El Salvador que dejó varias personas fallecidas, heridas y desaparecidas.

En 2005, con la Tormenta Stan, se registraron más de un centenar de víctimas mortales, unas 40 mil personas fueron afectadas y un número indeterminado fueron reportadas como desaparecidas. Cerca de 200 comunidades sufrieron serios daños en las viviendas y su infraestructura.

En tanto el terremoto de San Marcos, ocurrido en 2012, causó la muerte de 45 personas y dejó a decenas de damnificados.

Mientras que la noche del 1 de octubre de 2015, decenas de personas quedaron sepultadas en El Cambray II, ubicado en Santa Catarina Pinula, un municipio cercano a la capital. De acuerdo con la Conred fueron 280 personas las que murieron soterradas.

Además, más de 70 personas fueron declaradas como desaparecidas por la Coordinadora Nacional para Reducción de Desastres (Conred). Las imágenes del dolor y desesperación de los sobrevivientes no tardaron en generar la solidaridad e inmediatamente connacionales en el extranjero empezaron a movilizarse para obtener ayuda.

Tras estos hechos, el apoyo de los connacionales llegó a varias familias afectadas, sin embargo muchos no lograron sobreponerse y según analistas, este uno de los motivos de la migración de decenas de personas.

El presidente Jimmy Morales refirió que el Gobierno tiene la capacidad de reaccionar a esta tragedia, aunque los daños y la dimensión de la tragedia aún no han sido cuantificados.

ASÍ ES LA POBREZA DE CHIMALTENANGO, ESCUINTLA Y SACATEPÉQUEZ

Lo ocurrido ante la erupción del Volcán de Fuego deja expuestas a decenas de familias, muchas de ellas viviendo en la línea de la pobreza.

Hasta el 2014, según un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 60 por ciento de la población vivía en condiciones de pobreza.

Entre 2000 y 2014, la pobreza total aumentó en 2.9 puntos porcentuales, pasando de 56.4% en 2000, a lo registrado en el año de elaboración de la muestra.

A nivel nacional, Chimaltenango reporta un 60.5% de incidencia en pobreza, Escuintla con un 41.4% y Sacatepéquez con un 36.5%.

Los tres departamentos ahora guardan relación porque son los que resultaron más afectados de la emergencia registrada el 3 de junio recién pasado, las regiones afectadas quedaron inhabitables.

En tanto los cultivos de café, frijol, caña de azúcar, hortalizas y otros productos, podrían ser los más dañados, aunque hasta ahora las autoridades no dan cuenta de las pérdidas en ese aspecto.

LUEGO DE TRAGEDIAS, PERSONAS BUSCAN OPORTUNIDADES FUERA DE GUATEMALA

Úrsula Roldán, del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT), explicó que los últimos desastres naturales lo que hicieron fue debilitar la economía campesina y local.

Sobre este tipo de tragedias, indicó que la mayor problemática es que los más afectados son personas con menor capacidad económica y por eso se deterioran aún más sus condiciones económicas.

“Tanto el Stan como el Huracán Mitch para el caso centroamericano y Agatha, lo que ha hecho es que provoca que estas economías ya no tengan la posibilidad de regenerarse y entonces la gente va perdiendo sus medios de vida y lo que provoca es que la gente tenga que buscar otras oportunidades fuera de Guatemala”, dijo Roldán.

Como muestra de ese proceso migratorio, la entrevistada señaló estudios en los que ha participado y que apuntan a que estos desastres han motivado la migración.

AUSENCIA DEL ESTADO, ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE LA EMERGENCIA

Al igual que Roldán, Jorge Santos, de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala (Udefegua), cree que este tipo de eventos impacta aún más en poblaciones que subsisten en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Luego de la emergencia, la situación de inequidad y pobreza de las poblaciones que sufrieron por la muerte, la destrucción de su vivienda y de sus cultivos, se profundiza aún más, pues durante la tragedia se ven acompañados, sin embargo después quedan desamparados.

“Aquí lo que subsiste es una ausencia del Estado previo al hecho, durante el hecho y se profundiza aún más, una vez terminada la emergencia”, opinó Santos.

GOBIERNO Y CONGRESO TIENEN UNA RESPONSABILIDAD GRANDE

El presbítero y director de la Casa del Migrante, Mauro Verzeletti, indicó que desde hace 20 años, fecha que coincide con el Huracán Mitch, se ha registrado un incremento de los flujos de personas migrantes.

“Creo que en está erupción del volcán ahora realmente está causando un impacto muy grande en la vida de los guatemaltecos y principalmente en una región que hay mucha gente”, anotó.

La responsabilidad que tiene el Gobierno y el Congreso para responder a la tragedia ahora, a decir de Verzeletti, es muy grande y una de las soluciones podría ser proveer de una vivienda a las personas que ahora lo perdieron todo, esto a través de propiedades en Extinción de Dominio.

APORTES SON TEMPORALES

La guatemalteca Nissi López, residente en Nueva York, opinó que la mayoría de personas busca migrar porque no existen posibilidades que se adapten a las necesidades que tienen en su lugar de origen.

“Todas las personas que se quedaron de estas familias que sobrevivieron, claro, la mayoría lo perdieron todo…hasta donde tengo entendido esa área se quedó cubierta…buscan opciones y con desespero salir a buscar oportunidades a otros lugares”, indicó.

Aunque se envíe ayuda, resaltó que ese aporte que reciben es temporal, pero cuando se termina todo es cuando la necesidad se agudiza.

MIGRANTES SE ESTÁN ORGANIZANDO PARA AYUDAR

El connacional Bryant Paredes, desde Estados Unidos, dijo a La Hora Voz del Migrante que en ese país se están organizando para ayudar a los damnificados.

En su caso, refirió que viajará al país para conocer la magnitud de la tragedia y la necesidad, “estamos tristes pidiendo a Dios por toda la gente de Guatemala… estamos viendo que se pueda tratar el tema del TPS porque hay muchos guatemaltecos que ya desde antes están tratando de llegar a Estados Unidos”, manifestó.


OIM: ATENCIÓN A PERSONAS MIGRANTES VARADAS EN TRÁNSITO

Tras la tragedia, el Organismo de las Naciones Unidas para la Migración (OIM) expresó su respaldo a Guatemala en el ámbito de la migración que se centra en cuatro áreas específicas: gestión de albergues; sistemas de información para monitoreo de personas desplazadas por la erupción; evaluación de infraestructura dañada y atención a personas migrantes varadas en tránsito.

La OIM reiteró su determinación de aportar a la resiliencia de las y los migrantes por desastres naturales a fin de apoyar al cumplimiento y restitución de los derechos de todas las personas afectadas durante esta catástrofe, previo al proceso de reconstrucción.

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