El ambiente desolador con tres cadáveres en la carretera, el clima extremadamente cálido y el riesgo de una nueva erupción del Volcán de Fuego, no fueron impedimento para que una delegación de trece miembros de las Fuerzas Especiales Policiales (FEP), a cargo del Oficial de Policía Nacional Civil (PNC), Francisco Armando Rodríguez Vásquez, llegara hasta la aldea El Rodeo, donde rescató a una bebé y a decenas de personas que podían morir. La decisión del Oficial Rodríguez estuvo firme: rescatar a las víctimas, a pesar de que su propia vida y la de su equipo estaba en riesgo.
POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt
El video se hizo viral: un grupo de policías de las FEP hicieron una cadena humana para rescatar a una niña que estaba dentro de una casa cubierta de ceniza. El líder de la delegación estaba adentro, otro esperaba en una escalera para entregarle a la niña a uno de sus compañeros.
Detrás de esta historia que conmovió a decenas de guatemaltecos, existió compromiso de parte de un grupo de servidores públicos, que no dudaron en abandonar su misión para “servir a la población”.
La decisión la tomó el Oficial Francisco Rodríguez, quien dirigió a su grupo de policías a la zona de riesgo, a pesar de que estaba consciente de los riesgos que existían.
“Una de las misiones de la Policía Nacional Civil es el servicio a la población. Es nuestra misión, no podíamos dejar a las personas que pedían auxilio. Yo tomé la decisión de regresar -al área de riesgo. Los compañeros me respaldaron y nos fuimos, gracias a Dios logramos rescatar a varias personas”, relata Rodríguez.
UNA JORNADA QUE PARECÍA NORMAL
La jornada de los policías inició el domingo pasado al mediodía, cuando fueron desplegados a la aldea El Rodeo. No se imaginaban que la situación fuera tan compleja, hasta que llegaron a la carretera, donde encontraron a tres personas muertas.
“Creímos que era un domingo normal, estábamos en nuestra sede, en la Avenida Bolívar, en la 40 calle de la zona 3 de la capital; como a las dos de la tarde nos dijeron que fuéramos a la aldea El Rodeo, pero nunca imaginamos lo que estaba pasando, llegamos al lugar. En la carretera nos dimos cuenta que era una situación grave, porque habían tres personas muertas. Caminamos y encontramos a unos socorristas, que dieron la alerta que había erupción, regresamos al lugar de inicio”, explica el Oficial.
Agrega que después les notificaron que se trataba de una falsa alarma, sin embargo, casi nadie quería regresar, ellos tomaron el riesgo de volver y no ser indiferentes al clamor de auxilio de las personas.
“Nadie quería regresar, pero había personas pidiendo auxilio. Tomé la decisión de volver con los elementos a mi mando, nos fuimos con dos bomberos y un –delegado- de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres. Era muy difícil el acceso, la lava estaba al nivel del techo de las casas y a otras las sobrepasó. Llegamos hasta donde estaban y empezamos a evacuar a las personas que estaban del otro lado, había una señora con una bebé”, explica el Oficial.
“Hicimos una cadena para evacuar a las personas. El vapor calentaba la lámina, nosotros colocábamos madera para –evitar que la calidez destruyera la lámina pronto. Como mando tenía que ver qué hacía, indicar por dónde y cómo –hacer las cosas”, indica Rodríguez.
De acuerdo con el entrevistado, la recuperación de la niña y de decenas de personas en esas circunstancias que describe como una “experiencia dura”, les dejó la satisfacción de servir a la población, de salvar vidas, evitar muertes y dar lo mejor de ellos mismos.
El Oficial agrega que la dureza de las imágenes (familias enteras muertas), le conmovió, sin embargo, considera que él y los elementos a su cargo hicieron lo humanamente posible para evitar que más víctimas perdieran la vida en el desastre natural.