Por Redacción La Hora

Familiares y amigos de Enrique Corral, el exmisionero jesuita que se unió a la lucha armada en Guatemala, recordaron su vida e hicieron un repaso a su legado y sus aportes al movimiento social en Guatemala.

Corral, quien falleció en marzo pasado, fue recordado en palabras del sacerdote jesuita Ricardo Falla, de Luis Pedro Taracena, el dirigente Pablo Ceto y Daniel Pascual, del Comité de Unidad Campesina (CUC), entre otros invitados, quienes hablaron de su compromiso con los marginados en Guatemala: campesinos, indígenas, obreros.

En el homenaje, realizado en el Paraninfo Universitario y organizado por el colectivo de la Fundación Guillermo Toriello, estuvieron presentes su esposa Laura Hurtado, amigos y familiares. En la presentación sobre su vida fue recordado como un “internacionalista revolucionario y promotor de la paz”.

Oriundo de Matute, “La Rioja” en España, Corral provenía de una familia rural. Vino a Centroamérica en la década de los 60 y se quedó a vivir en Guatemala en la década de los 70, cuando se integró al Ejército Guerrillero de los Pobres, uno de los cuatro grupos guerrilleros más importantes que surgieron en esa época.

Falla quien conoció a Corral “cuando aún estaba en formación” como misionero y era su superior, lo recuerda como un intelectual concreto. “No puedo recordar a Enrique sin recordar a Fernando Hoyos”, señala y los compara con Hunahpú e Ixbalanqué, los dos héroes del Popol Vuh “que parece que eran iguales, pero eran muy distintos”.

El dirigente Pablo Ceto recordó que a Enrique lo conoció en la comunidad jesuita de la zona 5. Durante el homenaje, dijo que hay cosas que no sabía de él, su origen, del área rural “él traía eso, me parece que nunca lo perdió y cuando las condiciones lo obligaron, él decidió estar al lado de los indígenas, principalmente a partir del 76, después del terremoto” indicó.

También resaltó su aporte a la formación del CUC, organización que le dedicó su asamblea realizada el pasado 15 y 16 de mayo.

Según Ceto, de Corral nació la idea de que el CUC se llamara Comité de Unidad Campesina y no “Comité de Solidaridad” como se había propuesto inicialmente, después su apoyo se canalizó en procesos de formación y contenidos.

Corral traía esa alma abierta de los oprimidos, de los desplazados, marginados, y ese entusiasmo de construir algo grande para resolver la situación, eso lo traía de su propia cuna, acá encontró terreno fértil, anotó Ceto.

Luego de los Acuerdos de Paz, Corral fundó la Fundación Guillermo Toriello, para apoyar a los exguerrilleros en el proceso de reinserción social y económica dentro de la legalidad. Falleció el pasado 3 de marzo en su natal España, a donde había regresado para recibir tratamiento médico a una enfermedad.

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