Por Redacción La Hora
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En el encuentro realizado por el Banco Mundial y el Ministerio de Finanzas sobre el impacto de las políticas urbanas, la representante de la entidad en Guatemala, Homa-Zahra Fotouhi, destacó el crecimiento de las ciudades, con la migración de millones de personas buscando una vida digna. Por ello, gestionar adecuadamente este acelerado proceso de urbanización es uno de los retos de política pública más importantes, indicó.
Según dijo Fotouhi, se estima que para 2050, el 70 por ciento de los centroamericanos vivirá en ciudades. Esto supone un 25 millones de personas más que demandarán vivienda, empleos, servicios e infraestructura urbana.
De acuerdo con Fotohui, el instrumento para cambiar esta realidad son las políticas urbanas, a través de las cuales se puede transformar ciudades poco productivas, altamente congestionadas y costosas, en ciudades inclusivas, resilientes y productivas.
Agregó que las ciudades pueden ser motores de crecimiento económico y un vehículo para la reducción de la pobreza.
El Banco Mundial y el Ministerio de Finanzas organizan el encuentro “Políticas Urbanas que transforman vidas y Economías” hoy y mañana en el que expertos nacionales e internacionales analizan el impacto social y económico de las políticas urbanas y de vivienda.
Durante estos dos días, los participantes expondrán cuáles son las principales tendencias mundiales en materia de política urbana y de vivienda y cómo estas se aplican a la realidad de Guatemala y Centroamérica, para mejorar aspectos clave como la resiliencia y la prevención de la violencia.
CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES, UN RETO
Según la información del Banco Mundial, se estima que en 2030 el 70 por ciento de la población en Centroamérica vivirá en áreas urbanas de Centroamérica.
La entidad señala que uno de los retos ante esta situación es la persistencia de la pobreza. En 2011, el 50.1 por ciento de la población guatemalteca vivía con aproximadamente US$5.5 al día.
De acuerdo con ese ente, el 29 por ciento de los residentes urbanos viven en asentamientos informales en Centroamérica.
La región también se caracteriza por la baja calidad de la vivienda. En el país, el 37.3 por ciento de las viviendas están en zonas de riesgo o presentan hacinamiento. Costa Rica está en un lugar opuesto, con solo el 0.4 por ciento de sus viviendas en esta situación.
Otro punto que destaca el Banco Mundial es la vulnerabilidad de la región ante los desastres. Entre 1970 y 2010, los daños y pérdidas acumuladas por estos fenómenos fueron de US$80 mil millones.
Mientras que, en contraste, pocos recursos se invierten para la mejora de la infraestructura, en Guatemala, únicamente el 1.6 del PIB.
Por otro lado, el Banco Mundial también señala las oportunidades de la región ante sus desafíos. El país tiene el segundo lugar en pobreza en América Latina, en tanto, también es el segundo país que recibe más remesas.
También señala la necesidad de priorizar, de introducir el cambio de manera incremental y la coordinación. “Las instituciones requieren trabajar de forma multisectorial, multidisciplinaria, combinando fuentes de financiamiento y cooperando entre los distintos niveles de gobierno”.
Combinar las fuentes de financiamiento es indispensable. Según el BM, la vivienda representa hasta el 50 por ciento del portafolio de las entidades de microfinanzas.
Finalmente señala que la relación de confianza y roles diferenciados entre sector privado y público es imprescindible. El marco legal e institucional es clave pero sin financiamiento es estéril.