Por D. Gámez y G. Ortíz
dgamez@lahora.com.gt y gortiz@lahora.com.gt
Pepián, kak’ik, un tamal, chuchitos, pupusas y otras comidas tradicionales son algunos de los platillos típicos que probablemente haya degustado en más de una ocasión en Estados Unidos.
Más allá de ese sabor único de la gastronomía de un país, la responsabilidad de esos restaurantes se encuentra en las manos de personas que en la búsqueda de un mejor futuro decidieron emprender su propio sueño americano.
Llevar a las mesas estas creaciones implica esfuerzo y sacrificio, en algunas ocasiones trabajar en descansos y por horas prolongadas para preparar los platillos que llevan impreso un recuerdo de su país natal.
La Hora Voz del Migrante cuenta en este reportaje la historia detrás del éxito de Luis Mejía, propietario del restaurante Luna de Xelajú en Brooklyn, Nueva York, así como de Rony Ordóñez y Sandra Díaz de Antojitos Nuly de Zacapa.
Las calles de Estados Unidos están llenas del sabor de diferentes gastronomías, restaurantes que en muchas ocasiones atienden todos los días del año y cuyos empleados trabajan por largas jornadas y que requieren de la organización de sus propietarios para lograr el éxito.
Impuestos, permisos para operar, personal de trabajo, comprar ingredientes para preparar los platillos, son solo algunas de las responsabilidades que migrantes en Carolina del Norte, Los Ángeles, Washington, Nueva York y Zacapa en Guatemala han asumido.
LUIS MEJÍA, EL HOMBRE DETRÁS DEL ÉXITO DEL RESTAURANTE “LUNA DE XELAJÚ”
Luis Mejía siempre se destacó por su empeño y lucha y desde Queens, el guatemalteco originario de Escuintla, ahora residente en Nueva York, deja claro que Guatemala está presente en esa ciudad con el sabor de su restaurante “Luna de Xelajú”.
No obstante, esas bases del éxito las forjó en su primer trabajo, que era de lavaplatos y haciendo limpieza. Fue después que obtuvo otros empleos y finalmente decidió abrirse espacio por su propia cuenta, aunque implica que trabajó en largas jornadas.
“Yo vine con la idea de superarme, de sacar a mi familia adelante, en esa época la familia eran mis hermanos y yo quería que ellos tuvieran un diferente nivel de vida y esa era la intención, pero a medida que estaba trabajando estaba ahorrando mi dinero y siempre tenía aquello de superarme”, explicó.
Luna de Xelajú tiene ahora 14 años de llevar el sabor chapín al paladar de cientos de personas que llegan a ese lugar.
“GUATEMALA RESTAURANT”, UN ESFUERZO POR CONSERVAR EL LEGADO DE LA ABUELITA CLARITA
En el centro de Los Ángeles, California, el Guatemala Restaurant es un comercio que representa más que el emprendimiento del connacional Carlos Roberto Calderón.
Para Calderón, Guatemala Restaurant, es un lugar para degustar platillos típicos, convivir y recordar entre chapines o personas de diferentes partes del mundo. También significa mantener vivo el legado de su abuelita Clarita.
En entrevista para La Hora Voz del Migrante, Calderón recordó que la idea de iniciar un restaurante fue para conservar el legado de “la abuela Clarita”. “Desde que todos sus nietos tenemos memoria disfrutaba con alimentar a los invitados que llegaban a casa y a celebrar con los mejores platillos las fiestas familiares”, indicó.
La abuela de Carlos migró a Estados Unidos en mayo de 1969, luego regresó a Guatemala, pero dejó abiertas las puertas para que sus nietos migraran a ese país. Carlos fue de los últimos miembros de su familia en trasladarse a Estados Unidos.
Emprender un negocio de este tipo fue toda una aventura para Carlos. Uno de los momentos que más recuerda es cuando escogió el nombre de este. “El nombre de Guatemala Restaurant lo escogimos de una lista de 23 distintos nombres y como decidimos ser “creativos” optamos por el nombre del país”, comenta entre risas.
En ese aspecto, añadió que el fenómeno del Internet le ayudó a designar ese nombre para el restaurante, porque así era más sencillo que lo ubicaran en la web.
El restaurante se especializa en la elaboración de platillos típicos de Guatemala, ya que a consideración de Calderón es importante conservar y promover los sabores del país entre la comunidad migrante.
PEPIÁN Y CHILES RELLENOS, PERO TAMBIÉN MOMENTOS DIFÍCILES
Carlos aún tiene presente la apertura del Guatemala Restaurant hace 10 años, uno de los momentos que considera más especiales vividos durante esta travesía. Además, rememora los platillos elaborados para ese importante día en su carrera.
“Hace 10 años el momento de la apertura, ver el sueño convertido en realidad y por supuesto atender nuestro primer cliente. Ese día mi madre ayudó a hacer los chiles rellenos y a preparar pepián, fue que nos diera su bendición”, respondió Calderón, al preguntarle sobre el momento más feliz vivido en su restaurante.
Pero también ha enfrentado vicisitudes y barreras en los 10 años que el Guatemala Restaurant ha funcionado. Carlos mencionó que en 2011 estuvo a punto de cerrar el negocio que tantas veces hizo a los guatemaltecos recordar su país o a personas de otros lugares conocer de la gastronomía chapina.
“Estuvimos a punto de cerrar en el 2011, la crisis financiera llegaba a castigarnos y pagar la renta era muy difícil, debimos despedir gente y reinventar el negocio”, destaca.
MÁS QUE RAPIDEZ, ES UN NEGOCIO FAMILIAR
Carlos enumeró los retos y las principales tareas de las cuales depende la calidad de sus platillos. Personalmente escoge los productos que se utilizarán en el restaurante, además, debe seleccionar las especias que se necesitan y asegurar la tenencia de chile cobanero.
Aunque son varios los platillos que Guatemala Restaurant ofrece, Calderón resalta el café que se sirve en el lugar, “y lo servimos con champurradas, ricos atoles y por supuesto mole de plátano, rellenitos y torrejas”.
Los platos más vendidos en el negocio son: el caldo de gallina criolla, chiles rellenos, gallina en crema con loroco, pepián de gallina y una carne asada marinada “con nuestra receta familiar”, hilachas, carne guisada, revolcado, kak’ik, carne adobada, garnachas y mixtas, además, antojitos como tamales colorados, chuchitos, tamalitos de chipilín, tacos, enchiladas chapinas y postres tradicionales.
Con su experiencia y vivencias, Carlos no duda en motivar a los guatemaltecos que lo deseen a emprender un negocio, en especial un restaurante en Estados Unidos o incluso Guatemala.
El Guatemala Restaurant se ubica en el corazón del centro de Los Ángeles, en el 743 S Unión Ave, Los Ángeles CA 90017. Atiende todos los días de la semana de 10 de la mañana a 8 de la noche de lunes a viernes y los fines de semana hasta las 9 de la noche.
EL SABOR DE “EL CHAPÍN” EN CAROLINA DEL NORTE
Los olores y sabores del país también están presentes en Carolina del Norte y llegan de la mano del guatemalteco Rony Ordóñez y su familia, quien llegó hace varios años, procedente del departamento de Jutiapa.
“El Chapín” cumplió tres años de abrir sus puertas al público. A decir del entrevistado, la idea surgió por la experiencia que desarrolló trabajando en un restaurante en Estados Unidos e incluso en Guatemala por algún tiempo, donde los bajos salarios y la ilusión de obtener mejores ingresos lo motivaron a dejar su país.
De momento la situación migratoria de su familia aún no se ha logrado regularizar, pero eso nunca le ha impedido que busquen superarse.
“De todas maneras hay que trabajar, realmente la fe es grande y confiamos en Dios que será el que nos pueda ayudar y poner de nuestra parte lo que está en nuestras manos también, porque no nos podemos quedar estancados sin por lo menos intentar salir adelante. Nosotros como guatemaltecos somos emprendedores y siempre buscamos como hacer caminar la situación”, afirmó.
ERA AGRICULTOR EN JUTIAPA
Antes de destacarse en la cocina, Ordóñez era agricultor en Jutiapa. El maíz y frijol eran las cosechas del año, pero con el tiempo sobrevivir con esto ya no fue tan sencillo y esa fue la razón que lo llevó a la ciudad de Guatemala y luego a Estados Unidos.
Señala que en ese país siempre ha trabajado en restaurantes y en el negocio que ahora tiene, lo ayudó su jefe, con quien trabajó por trece años, quien lo apoyó con la mayoría de créditos y contratos de renta. “Porque al no tener papeles uno tiene que buscar alternativas”, explicó.
Esa es la historia detrás de su triunfo y el de su familia. En el restaurante, el visitante puede encontrar comida tradicional guatemalteca como pollo en jocón, pepián, pacayas forradas, caldo de mariscos, caldo de pata, pollo, chuchitos y otros platillos que no se puede perder si visita “El Chapín”. También cuenta con servicio a domicilio.
Todos los productos que utiliza son frescos y naturales como la cocina guatemalteca. Preparar todos estos platillos requiere de tiempo, por eso, antes de abrir al público por las mañanas ellos ya están preparados.
“Por el momento no hay otro lugar como este y por el momento somos los únicos y al principio la mayoría de gente que venía era de allá –Guatemala–, hasta que nos dieron la oportunidad de abrir el negocio, conforme al tiempo ya hay de otros países, e incluso de aquí de Estados Unidos”, refirió.
CONSTRUCCIÓN DE ESTADIO BENEFICIARÍA A RESTAURANTE “CASA RÍOS”
Originaria de Nueva Santa Rosa, Santa Rosa y tras un largo camino lleno de alegrías y obstáculos, Livi Marisela Muñoz, relató a La Hora Voz del Migrante sus inicios al frente del restaurante Casa Ríos, un negocio que ya suma 8 años de ofrecer platillos tradicionales de México, Guatemala y otras nacionalidades a la comunidad de California.
“La idea me pareció genial, porque a mí en general, lo que se trata de la cocina y la comida me gusta… bueno dije está bien, mi esposo me dijo yo voy a trabajar mi imprenta y tú el restaurante”, recordó la entrevistada sobre los inicios de su restaurante. Aunque para empezar su negocio también debió vender artículos de plata, oro, cristal, entre otros, para obtener los elementos que necesitaba.
Para Muñoz generar ahorros para las temporadas bajas de clientela fue uno de sus principales obstáculos y enseñanzas durante los primeros años del negocio, ya que debió utilizar fondos provenientes de la imprenta de su esposo para superar esas barreras. Aun así, tenía que encontrar la manera de solventar otros gastos como la compra de los insumos para la cocina.
Ahora la meta de Livi es innovar e incrementar el número de platillos de diferentes nacionalidades, debido a que enfrente de su negocio se está construyendo un nuevo estadio de fútbol. “Si Dios nos lo permite viene una gran bendición, en dos años estará terminado el estadio y yo hago de cuentas que mi restaurante va a ser demasiado pequeño para lo que viene”.
Las estimaciones de Muñoz se basan en que en el área donde funciona el restaurante se encuentra un complejo en el cual varios artistas musicales se presentan, lo cual influye en la cantidad de personas que llegan al negocio al terminar los eventos; con los partidos de fútbol, se incrementaría el flujo de visitantes, asegura.
SANDRA DÍAZ, LA GUATEMALTECA DETRÁS DEL SABOR DE ANTOJITOS NULY
A unos 150 kilómetros de la ciudad capital de Guatemala, viajando por la carretera CA9, se encuentra Antojitos Nuly que ofrece a sus clientes en Zacapa diversidad de platillos.
Los clientes pueden encontrar desayunos, refacciones, almuerzos o algún antojito que deseen solicitar. Para preparar los alimentos, arreglar el lugar y demás, su propietaria, Sandra Díaz, necesita de unas dos horas previas a abrir al público para tener todo listo, dijo a La Hora Voz del Migrante.
Entre las preferencias de quienes la visitan está la carne de res o cerdo a la plancha que sirve acompañada de fideos o arroz, chirmol de tomate y ensalada verde. El plato incluye bebida y tortillas por un precio total de Q17.
Otros de los platillos que tienen alta demanda son las quesadillas, enchiladas, panes con carne asada, churrasquitos, además del famoso pan de canela que entre sus clientes es de los preferidos y que debe su sabor único a una receta de familia.
Para Díaz, toda esta labor absorbe gran parte de su tiempo porque mantener un restaurante no solo es cocinar, implica toda una logística de preparación.
“Uno siempre tiene que estar ahí, porque hay responsabilidad de que la gente haga las cosas como uno quiere, además yo ya tengo acostumbrada a la gente a un sabor especial y eso no lo puede hacer cualquiera”, explicó.
SU MAMÁ EN EE. UU. LA AYUDA A SEGUIR
Preparar sus menús es una pasión, asegura Díaz, y eso es porque en su caso siempre le ha gustado cocinar. Tener un restaurante siempre fue un reto, que sin el apoyo de su mamá, económico y emocional, que vive en Estados Unidos este sueño no sería posible, afirmó.
Aunque se encuentra lejos, la madre de Díaz le recalca lo importante que es aprovechar su tiempo, la felicita y alienta a seguir como emprendedora. La zacapaneca descansa solo los domingos, trabaja de lunes a sábado y su vida laboral inicia desde muy temprano.
Según afirma, la clave del éxito de su restaurante se debe a que solo utiliza ingredientes frescos. Además, siempre busca consumir productos que ofrecen vendedores de las tiendas locales y el mercado, como una forma de apoyar a las personas del municipio.
“Me gusta apoyar a la gente de aquí, entonces lo que yo necesito lo compro en el mercado y en las tiendas del lugar. La gente está luchando por hacer dinero por salir y tener su comida, usted sabe que los propietarios de esos negocios grandes tienen mucho dinero y venden las cosas a un precio mayor, mientras nuestros vecinos lo venden a un precio más bajo y uno les ayuda”, afirmó.
RONALD ARCHILA Y SU CAMINO EN LA GASTRONOMÍA
El camino con la gastronomía empezó para Ronald Archila hace 10 años en Guatemala. Luego ese anhelo continuó en una universidad de Estados Unidos y esos conocimientos son los que ahora lo motivan a querer abrir un restaurante a futuro en Guatemala.
“Ese es mi sueño, estoy estudiando para poder tener mi propio negocio, del por qué lo quiero abrir allá es porque quisiera darle oportunidades a tantos jóvenes y a personas que no pueden trabajar, o que no les dan la oportunidad”, señaló.
“En realidad no hay un restaurante guatemalteco que la gente americana haya probado y se haya interesado tanto en el sabor de Guatemala con su cultura, porque cada receta en Guatemala es de diferente departamento, porque cada comida tiene una historia y realmente la gente no lo sabe”, explicó.
En la actualidad, el entrevistado tiene tres años estudiando cocina en Estados Unidos, esa pasión por la gastronomía nació en Archila desde pequeño porque incluso, si podía elegir, pedía libros de recetas por juguetes.
EL SALVADOR Y “LA CHIQUITA RESTAURANT” EN ESTADOS UNIDOS
El Salvador tampoco se queda atrás cuando de sabor se trata y la empresaria salvadoreña Dora Escobar lo ha logrado patentar muy bien, porque con el tiempo ha sido reconocida como una de las mujeres más emprendedoras de la región de Maryland en Estados Unidos.
Escobar llevó a dicha región el sabor de platillos como pupusas de queso, panes con pollo, ceviches, fajitas de carne, camarones, pollo y mixtas que se sirven en “La Chiquita Restaurant”.
El restaurante ofrece a sus clientes variedad de menús de desayunos, almuerzos y cenas de lunes a domingo de 7:00 a 23:30 horas.
“Yo vine con la idea de superarme, de sacar a mi familia adelante, en esa época la familia eran mis hermanos y yo quería que ellos tuvieran un diferente nivel de vida y esa era la intención, pero a medida que estaba trabajando estaba ahorrando mi dinero y siempre tenía aquello de superarme”.
Luis Mejía, restaurante Luna de Xelajú.“Nosotros como guatemaltecos somos emprendedores y siempre buscamos como hacer caminar la situación”,
Rony Ordóñez, Restaurante El Chapín“Uno siempre tiene que estar ahí, porque hay responsabilidad de que la gente haga las cosas como uno quiere, además yo ya tengo acostumbrada a la gente a un sabor especial y eso no lo puede hacer cualquiera”
Sandra Díaz, Antojitos Nuly“Estuvimos a punto de cerrar en el 2011, la crisis financiera llegaba a castigarnos y pagar la renta era muy difícil, debimos despedir gente y reinventar el negocio”, destaca.
Carlos Roberto Calderón, Guatemala Restaurant.