POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Diariamente decenas de niñas, niños y adolescentes (NNA) ingresan a las 21 cárceles del país, expuestos a riesgos como violencia sexual, motines y otros hechos que podrían poner en riesgo su integridad. A pesar de los casos documentados en los que la niñez ha sido víctima de delitos, no existe un abordaje integral del tema.

Los antecedentes de violencia sexual públicos datan del año 2014, cuando un niño que en este entonces no alcanzaba los diez años, fue violentado sexualmente en la cárcel de Puerto Barrios, en Izabal.

En esa ocasión se desconocía si el menor de edad fue violado por su padrastro, sentenciado por violación, o por un grupo de reos.

En tanto, en octubre de 2009, La Hora reveló las violaciones sexuales que se cometían contra niñas y adolescentes, en el Sector 11 del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18.

Mientras que en julio de 2016, un grupo armado ejecutó al reo Byron Lima y a otros presidiarios en la cárcel de Pavón. En esa ocasión había varias familias de visita, incluyendo niños.

Sin embargo, a pesar de los antecedentes, no existe un abordaje integral, ni protocolos de seguridad establecidos.

La Hora intentó obtener una reacción del portavoz del Sistema Penitenciario (SP), Rudy Esquivel, pero no fue posible obtener respuesta.

 

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