Por Kimberly López
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Según datos publicados por el Banco de Guatemala (Banguat), el país recibió 8 mil 192.20 millones de dólares por concepto de remesas familiares durante 2017. La cifra supera los ingresos del mismo rubro durante 2016. Sin embargo, el aumento de las remesas no logra traducirse en mejoras de la calidad de vida y desarrollo de las familias beneficiarias.

En 2017, los ingresos por concepto de remesas alcanzaron los 8 mil 192.20 millones de dólares. Es decir, incrementaron en 1 mil 32 millones de dólares en 2017, con respecto a 2016, año en el que se registraron 7 mil 159 millones de dólares.

No obstante, el aumento de las remesas en los últimos años no se ha traducido en mejoras evidentes en la calidad de vida de las familias que reciben dichos ingresos. Esta situación se debe, en parte, a que en su mayoría estos recursos alcanzan para cubrir las necesidades más básicas de las familias y no les deja opción de invertir. Asimismo, tiene que ver con la  falta de educación financiera, según expertos en el tema.

Úrsula Roldán, investigadora del Instituto de Investigación y Proyección Social sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT), explicó que estos recursos son utilizados principalmente para suplir las necesidades básicas de ingresos de familias rurales.

Según Roldán, las remesas tienen pocas posibilidades de convertirse en propuestas para el financiamiento de actividades económicas que pudieran dar sostenibilidad a las familias. Por esa razón, agregó, es que se requieren políticas nacionales para apalancar procesos de inversión territorial, eso sería lo ideal.

EDUCACIÓN FINANCIERA ES NECESARIA

Asimismo, el economista Erick Coyoy enfatizó en la importancia de la educación financiera.

Coyoy explicó que ha habido intentos para orientar a las familias hacia un gasto más productivo.

Lo que ha tratado de hacer la Superintendencia de Bancos (SIB) es reforzar la educación financiera, antes se trataba de contactar a migrantes para darles información de los usos productivos de esos recursos, explicó.

Según el analista, la mayor parte de los recursos es para consumo y una mínima parte es para inversión o usos más productivos.

El analista también explicó que la subsistencia ha sido el principal uso de esas remesas, el problema es que no son recursos sostenibles y  en algún momento podría detenerse, así como ha crecido súbitamente en algún momento podría dejar de ingresar.

No obstante, a pesar del hecho de tener altos ingresos por remesas, la población sigue saliendo del país. Por ese motivo, resulta importante evaluar hasta dónde las remesas significan desarrollo cuando muchas de las personas que han migrado o que reciben remesas mensualmente cuentan con el conocimiento básico en inversión, alimentación y otro tipo de áreas, explicó Aracely Martínez, antropóloga de la Universidad del Valle de Guatemala.

Martínez dijo que ante la ausencia del Estado en muchas comunidades, las remesas de migrantes pueden ayudar a resolver ciertos problemas, pero no es obligación del migrante resolver las carencias de sus comunidades, es ahí donde juega la responsabilidad del Estado, enfatizó.

 

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