Por Andrea Jumique
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El guatemalteco Gabriel Aguilar y sus hermanos han entregado durante tres años consecutivos canastas navideñas, a las familias de escasos recursos de la aldea La Toma, en el departamento de Jalapa. A pesar de estar fuera de su país desde hace diez años, no olvida a su comunidad.
Aguilar es originario de la aldea La Toma y decidió migrar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades y sueños. En Guatemala, enfrentó varias limitaciones por la falta de recursos económicos.
“Desde que recuerdo he sido de una familia pobre, entonces tuve que buscar cómo hacerme de un futuro”, comentó.
Según el entrevistado, Nueva York ha sido su nuevo hogar desde hace más de una década y el lugar que ha sido testigo de su esfuerzo y trabajo constante para salir adelante económica y personalmente.
De acuerdo con Gabriel, trabajar en la construcción de garajes para carros, le ha permitido “tener mayor facilidad de vida”.
CANASTAS PARA LAS FAMILIAS Y JUGUETES PARA LA NIÑEZ
Gabriel y sus tres hermanos menores han organizado durante tres años, la entrega de canastas navideñas para los vecinos de su aldea. Dice que su intención es ayudar a las familias que los vieron crecer y que padecen las mismas carencias que él vivió.
“Uno siempre se da cuenta de las personas que necesitan ayuda”, agregó Aguilar.
La intención del connacional es ayudar a más personas que lo necesitan, indicó a LH Voz del Migrante.
A mediados de noviembre, Gabriel se comunica con su tío o su primo, que también viven en la comunidad, para recordarles que deben iniciar con los preparativos del evento. Ambos hacen el listado de “las familias que más necesidad tienen” y luego Gabriel elige a quienes les entregarán la ayuda.
“Uno quisiera ayudarlos a todos, sin embargo, es imposible. Poco a poco hemos hecho el esfuerzo para abarcar a más familias y poder entregar más canastas”, comentó.
Este año la entrega se realizó el sábado 23 de diciembre, en la casa del tío de Gabriel, con la particularidad que además de los víveres, la familia de Aguilar también entregó juguetes a la niñez de la comunidad.
La iniciativa de entregar juguetes surgió al ver que niños y niñas acompañaban a los padres de familia a recoger las canastas navideñas “y ellos solo veían lo que se les daba, pero no lo disfrutaban”, por lo que decidieron entregarles un juguete.
Además de los víveres y los juguetes, la familia Aguilar también compartió una “pequeña refacción” con los vecinos, la cual consistía en un tamal y una bebida. Luego de la comida, los familiares de Gabriel llamaron a quienes les entregarían la canasta con víveres.
Aguilar relató que desde principios de año ahorra, hace una estimación de lo invertido para prepararse y reunir los recursos económicos necesarios.
“Ahora no estoy en una situación económicamente elevada, pero tengo mayor facilidad de vida; cuando puedo ayudo a las personas”, señaló.
Gabriel indicó que no solo para Navidad brinda ayuda a su comunidad, sino que mantiene comunicación con sus familiares para conocer de las necesidades de sus amigos.
“En una ocasión doné dinero para construir una casita para que las personas pudieran escuchar la palabra de Dios, así no tenían inconveniente cuando llueve”, dijo.
Para Gabriel, “el sueño americano” puede alcanzarse por cualquier persona que esté acostumbrada a trabajar “duro”, por lo que aconseja a los migrantes que no cambien cuando mejore su situación económica
“Con el tiempo, que el dinero no los cambie. No deben sentirse más que nadie. Muchas personas cuando vienen acá se olvidan de la familia o del lugar en donde nacieron y eso no debe ser así”, agregó.
En las metas del próximo año, Gabriel se ha propuesto seguir trabajando arduamente para ayudar a más personas. “Esperamos que Dios nos dé salud y trabajo para seguir haciendo lo mismo y así poco a poco irle entregando –ayuda- a más familias”, concluyó.