POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt
De acuerdo con la Oficina de Valor y Servicio de la Policía Nacional Civil (PNC), un promedio de 360 miembros de esa institución adquirieron una discapacidad cuando evitaron un hecho de violencia o sufrieron un accidente de tránsito mientras laboraban.
“Yo trabajaba en la Comisaría de Guastatoya en el año 2004, cuando a las 8 de la mañana, frente al estadio de Guastatoya secuestraron un microbús. El piloto del bus –que iba secuestrado y era amenazado por delincuentes que le apuntaban con una pistola en la cabeza– nos atropelló –por presión de los asaltantes, para que no los alcanzáramos–. Ese ruletero todavía llevaba dos niños que también iban secuestrados”, relató Daniel Arrivillaga Oliva, ex agente de la PNC.
De acuerdo con Arrivillaga, después de ser afectado por ese hecho de tránsito, se sometió a 17 operaciones y estuvo en recuperación, logró caminar con andador. A la fecha, aún utiliza muletas para movilizarse.
El entrevistado dijo que debido a las lesiones en sus rodillas y los golpes sufridos, le detectaron un tumor que le extrajeron. Durante dos años recibió su salario por parte del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), pero después ya no fue así. Estuvo siete meses sin sueldo, por lo que ante la necesidad económica le pidió al IGSS un permiso laboral que le concedieron, pero fue obligado a firmar una boleta donde el IGSS no asumía ninguna responsabilidad. El exagente volvió a la PNC en labores administrativas, hasta que se jubiló.
FAMILIAS AFECTADAS
El caso de Arrivillaga es uno de los 360 que documenta la Oficina de Valor y Servicio; otros policías han quedado en sillas de ruedas, con discapacidad visual o hasta intelectual, debido a las consecuencias de enfrentamientos armados, por evitar hechos de violencia o al ser atropellados.
Las familias de estas personas también padecen las consecuencias, Marlyn Ibarra, esposa de Ángel Pérez, otro ex PNC, relató que su cónyuge quedó en silla de ruedas desde el año 2010. Ella ha dedicado estos siete años de su vida al cuidado de su pareja, pues lo viste, le cambia de sonda y lo ayuda en todo lo que necesita.
Ibarra también es madre de una niña de 7 años y un niño de 12; recuerda que cuando su esposo adquirió la discapacidad solía decirle que no quería vivir, pero ella estaba a punto de dar a luz a la niña que ahora tiene 7 años, por lo que fue la motivación de su cónyuge para continuar viviendo.
En tanto, el exsubinspector Óscar Osorio, quien a partir del año 2014 utiliza una silla de ruedas para movilizarse, explicó que para sus hijos que actualmente tienen 16, 10 y 7 años, ha sido difícil superar esta situación, principalmente para el jovencito de 16.
Osorio detalló que lo sucedido le ha permitido “acercarse más a Dios”, sin embargo, admite que tiene desafíos que enfrentar en estas circunstancias.
REÚNEN A POLICÍAS
Este día, la Oficina de Valor y Servicio de la PNC reunió al personal policial discapacitado, para motivarlos a ellos y a sus familias.
Norma Hasbun, jefa de esa Oficina, ha reiterado que es importante destacar la labor de los “buenos policías” que se encuentran en estas condiciones, por defender a la ciudadanía.