POR JOSÉ DEL ÁGUILA
jaguila@lahora.com.gt

La cantidad de migrantes que viven en Estados Unidos y que han sido detenidos en el interior del país hasta septiembre del presente año aumentó en un 40 por ciento, en comparación con el mismo período en 2016, señaló un informe reciente de Human Rights Watch. La organización calificó este fenómeno como “devastador” para los derechos humanos de los migrantes.

Según el informe, que contiene 109 páginas, muchos de los migrantes que han sido detenidos residen desde hace varios años en EE. UU. y tienen consolidados fuertes lazos de pertenencia en el territorio.

La organización de derechos humanos advierte enérgicamente que, luego de examinar 43 casos de migrantes detenidos, quienes tenían “firmes lazos familiares y de otros tipos en EE. UU.”, se concluyó que su deportación se realizó mediante procedimientos en los cuales se vulneraron sus derechos.

“La cantidad de personas que están siendo deportadas, y los relatos que ofrecen, dejan en evidencia que quienes inmigraron hace tiempo y tienen lazos sólidos con EE. UU., están siendo detenidos y deportados de manera agresiva y sistemática”, aseguró Clara Long, investigadora sénior sobre EE. UU. de Human Rights Watch.

Long señaló que estos casos lo que demuestran es una imagen “implacable y destructiva de la política migratoria de Trump”.

SIN RESPETAR DEBIDO PROCESO
Asimismo, Human Rights Watch señaló que el sistema de justicia de los EE. UU. no respeta “el debido proceso” de muchos migrantes, ya que en ningún momento se les concede una audiencia para oponerse a su expulsión.

“Deberían incorporarse reformas a las leyes estadounidenses, de modo que ofrezcan una audiencia individual e imparcial a toda persona que enfrente una deportación, en la cual se ponderen los vínculos de la persona con familias y comunidades en Estados Unidos frente al interés del gobierno en deportarla”, indica la organización.

Estas deportaciones tienen su origen en dos decretos ejecutivos que firmó el presidente Donald Trump al inicio de su gestión. Estos dejaban sin efecto “una serie de directivas” que establecían que las medidas de control debían enfocarse, particularmente, a personas que habían cruzado la frontera recientemente y que habían sido condenadas penalmente.

Sin embargo con la firma de los nuevos decretos, “casi la totalidad de los migrantes no autorizados en EE. UU. se convierten en un blanco de aprehensión, detención y deportaciones”, reza un comunicado de HRW.

Según estadísticas recogidas por el estudio, entre el 20 de enero y el 30 de septiembre de este año han sido detenidos 31 mil 888 migrantes que no tenían condenas penales. Mientras que el año pasado, en este mismo período, 11 mil 500 personas habían sido detenidas de esta manera.

El llamado que hace la organización de derechos humanos es a que el gobierno y el Congreso de EE. UU. reforme las políticas y leyes antiinmigratorias y apruebe una ley “dream”, que proteja a niños y niñas migrantes y refugiados en el país norteamericano.

 

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