POR KIMBERLY LÓPEZ
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Un pleno de diputados señalados por todo tipo de ilícitos, desde corrupción hasta asesinatos, es el que tiene en sus manos el análisis, discusión y aprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Según analistas, ante este escenario el llamado es a fiscalizar e insistir en la aprobación de modificaciones que impliquen avances significativos para cambiar el sistema.
Una vez presentada la propuesta de reformas electorales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), está en manos del Congreso tomar o no en cuenta las solicitudes de los magistrados de dicha instancia. Esta semana el TSE presentó su propia propuesta de reformas electorales.
“Recordemos que para que se apruebe esta reforma electoral se necesitan 105 votos de los diputados, el problema es que estamos hablando de un pleno altamente cuestionado”, comenta el analista y politólogo, Ricardo Barreno.
Según el entrevistado, el actual pleno de diputados goza de un perfil con poca credibilidad y con un alto desgaste. Esto último, debido a que las acciones del Legislativo pareciera responder a una agenda de intereses particulares dejando de lado los temas de Estado.
De esa cuenta, uno de los mayores desafíos en la discusión de dichas reformas es que los diputados respeten el espíritu de aprobar una normativa fortalecida en cuanto a la fiscalización.
El llamado principal, según Barreno, es a que la ciudadanía esté atenta, que participe y que comprenda el nivel de importancia de las reformas a la LEPP. El mismo llamado que ya hizo la presidenta del TSE, María Eugenia Mijangos.
¿REFORMAS SUPERFICIALES?
Hasta ahora, el nivel de profundidad o superficialidad de estas nuevas reformas depende en gran medida del Congreso, destaca la politóloga Stephanie Rodríguez.
Lo anterior, asegura, es preocupante porque algunos diputados no han mostrado la transparencia y respeto a la legalidad que deberían. Es decir, se han ocupado de responder a sus propias preocupaciones e intereses, dejando de lado los temas que la población demanda.
“Es un Congreso en donde no todos, pero sí una gran mayoría viene de procesos reciclados y de asuntos espurios que implican desde corrupción hasta asesinado”, agrega.
Hasta ahora, explica Rodríguez, parece que no tocan los temas torales que a ellos mismos les afectan. “Se están haciendo sus propias reglas de juego, no quieren legislar en algo que no les conviene, pero deberían hacerlo por la ciudadanía”, indica.
Al igual que Barreno, la entrevistada coincide en la importancia de presionar a los diputados a aprobar verdaderos cambios. Me parece que el papel que han mostrado las organizaciones y la sociedad civil ha sido determinante, por ejemplo, cuando los diputados recularon por las reformas al Código Penal, recuerda.