POR KIMBERLY LÓPEZ
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Desde marzo de 2016 a la fecha, el actuar de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) ha tomado distintos enfoques. Por decirlo de una forma, pasó de la coerción a dejar en manos de los contribuyentes la decisión de ponerse al día, o no, a través de las exoneraciones. En medio de críticas de sectores como el empresarial, los ganaderos y el propio presidente Jimmy Morales, el titular de la Superintendencia, Juan Francisco Solórzano, ha logrado una serie de avances, aunque también pareciera haber dejado de lado medidas que empezaban a surtir efectivos positivos.
Juan Francisco Solórzano Foppa asumió como superintendente en marzo de 2016, con la idea de implementar una serie de acciones que, en resumen, buscaban que quienes antes evadían sus responsabilidades tributarias ahora no tuvieran otro camino que cumplir con lo que les corresponde. De esa forma, propuso Solórzano Foppa, los contribuyentes recuperarían la confianza en una institución que había quedado sin credibilidad después de haberse destapado “La Línea”.
Cinco meses llevaba en el cargo, cuando el superintendente aseguraba que utilizaría intervenciones y todo tipo de medidas legales para hacer que se cumpliera el pago de impuestos. “Nosotros vamos a utilizar absolutamente todas las medidas legales necesarias para hacer que se cumpla la obligación del tributo de impuestos para que el país y el Estado puedan funcionar”, dijo en una entrevista a La Hora.
Asimismo, contaba con un plan de fiscalización que ahora ha quedado de lado para dar paso a una nueva estrategia de recaudación: apelar al cumplimiento voluntario de los contribuyentes.
NO MÁS FISCALIZACIÓN
Dentro de las medidas anunciadas por las autoridades para aumentar los regímenes de fiscalización en los compromisos tributarios figuraban acciones como la apertura de un espacio para que personas denunciaran a colegios que no entregan facturas, por ejemplo. Sin embargo, esta y otras medidas a cargo de la Intendencia de Fiscalización quedaron en suspenso desde hace meses y no se les dará seguimiento en el resto del año, según el superintendente Solórzano Foppa.
“Ahora tenemos pocos resultados porque cambiamos el plan de fiscalización, entonces ya no le dimos seguimiento”, dijo el Superintendente al ser consultado sobre los avances en la recepción de denuncias por incumplimiento de obligaciones.
Según explicó, a partir de que cambiaron el plan de fiscalización del resto del año para atender el tema de devolución de crédito fiscal, se ha dejado de dar seguimiento a estas medidas que estaban asignadas a la Intendencia de Fiscalización.
“Había un plan para darle seguimiento al tema, pero ahorita lo debimos cambiar para poder enfocarnos en devolución de crédito fiscal y ahorita ya no se va a dar seguimiento a la fiscalización por el momento”, aseguró.
Solórzano parece tranquilo cuando responde a los cuestionamientos sobre la forma en la que ha dirigido la institución. Explica que si bien es cierto que las medidas de fiscalización dejaron de ser la prioridad durante un tiempo, ahora es el momento de tomar acciones frente a aquellos contribuyentes (grandes o pequeños) que dejaron pasar la oportunidad de ponerse al día con la institución y siguen con compromisos pendientes.
El apoyo del Organismo Ejecutivo, dice, se ha evidenciado en la forma en que lo han dejado trabajar, de una forma independiente. Esto implica que Solórzano no ha sido presionado por sus decisiones al frente de la SAT, según dice. Sin embargo, públicamente hace tiempo que Morales no le muestra respaldo a sus logros, como sí lo hacía en un principio.
RESULTADOS EN RECAUDACIÓN
Las cifras de recaudación que ha logrado la SAT hablan y evidencian que al comparar el desempeño de la institución entre el 2016 y 2017, este año los resultados son más bajos que los del año pasado.
En el período enero-agosto 2016, la recaudación efectiva era solo Q78 millones menos que la meta de recaudación para esos meses. En cambio para enero-agosto del año en curso, la brecha acumulada es de Q644 millones.
En otras palabras, la recaudación efectiva está por debajo de la meta en ese monto, explica el economista Erick Coyoy.
Según los datos de la SAT, comparados en los últimos dos años, fue mejor el desempeño en 2016 de lo que ha sido en 2017. En ese año ayudó al cumplimiento de la meta el cobro mediante las intervenciones judiciales, pero en 2017, es la exoneración de multas por pagos atrasados. Es decir que en ambos años ha habido medidas extraordinarias para mejorar los ingresos.
“Al final de 2016, la recaudación aumentó 8 por ciento respecto a la de 2015. Pero en 2017, a recaudación acumulada a agosto es solamente 5 por ciento mayor que la de un año atrás. Y para alcanzar la meta en 2017, los ingresos también deberían crecer al 8 por ciento como el año pasado”, indica el analista.
Si se mantiene la tendencia actual de aumento del 5 por ciento anual, la meta no se alcanzará a diciembre, agrega. Para lograr la meta de este año, los ingresos deberán crecer por arriba del 10 por ciento en los meses finales y así compensar la brecha registrada hasta agosto, lo cual parece poco posible.
La meta total del 2017 hasta ahora suma Q39 mil 171 millones, frente a un recaudo de Q38 mil 408 millones. Lo anterior provoca una brecha fiscal de Q762.7 millones.
REDUCCIÓN DE ACCIONES JURÍDICAS
Durante el 2016, cuando la estrategia de la entidad recaudadora se enfocaba en dar continuidad a los procesos judiciales que habían iniciado en gestiones pasadas y en acciones coercitivas, la SAT logró Q1 mil 314 millones 209 mil 692 por intervenciones judiciales. En cambio, durante 2017 los ingresos apenas han llegado a Q22 millones 125 mil.
Mientras otros aplaudieron la rigidez de la SAT al tomar estas medidas e intervenir a una serie de empresas, el presidente Jimmy Morales manifestó su malestar con las acciones de la institución.
“No quiero meterme a ese tema y les voy a decir por qué. Soy Presidente de la República y no puedo yo socavar a las mismas instituciones. Creo que la SAT ha hecho muy buenas cosas, creo que hay otras que deben mejorarse y una de las cosas que deben mejorarse es el trato legal que se le da a todos los temas. Tiene que tener una justa medida y una justa dimensión porque, si no, se corre el riesgo de perder la certeza legal en inversiones. Hay casos muy delicados que si no se tratan de la forma correcta nos van a pasar una factura muy grande en temas económicos e internacionales”, dijo el mandatario en una entrevista con La Hora publicada en mayo, al referirse a las acciones judiciales que desde el inicio de su gestión, empezó a implementar Solórzano Foppa.
Al tiempo, Adrián Zapata tuvo que renunciar a su cargo como jefe de la Intendencia de Asuntos Jurídicos, la que se encargaba de esas acciones que preocupaban a Morales.
Desde entonces, la intendencia ha mantenido un perfil bajo y los ingresos por intervenciones se redujeron drásticamente pues estas acciones cesaron.
La intendencia se ha manejado de forma muy discreta, fue nombrada en el cargo, Guisela Viana, quien fue asesora de Zapata.
Hoy la SAT es distinta a la institución que fue durante la gestión de Otto Pérez Molina, pero también tuvo un giro se está alejando de la institución que empezó a ser con la llegada del superintendente Juan Francisco Solórzano.
MEDIDAS SERÁN RETOMADAS
Una vez otorgado un tiempo para que aquellos que no estaban al día con la SAT, lo hagan, dice Solórzano Foppa, dejará de lado el crédito fiscal y retomará las acciones coercitivas.
“No recuerdo la fecha exacta de la salida de Zapata, pero coincidía con los períodos de exoneración. Nosotros dijimos que íbamos a respetar los períodos de exoneración para los que quisieran ponerse al día. Ahora estamos en una etapa en la cual, posterior al 19 de septiembre estamos revisando toda la cartera, la cartera fue afectada positivamente, tuvimos muchos casos judiciales”, expresó el superintendente.
Además de eso, advirtió que ahora seguirán trabajando casos y replantear una nueva estrategia, una que les permita usar todas las acciones legales para hacer efectivo el pago de los contribuyentes.
“Publicamos la información del crédito fiscal, hicimos público nuestro estado patrimonial, también empezamos a trabajar públicamente los resultados de metas de recaudación buscando ser transparente”, recordó el titular de la SAT.
CRÍTICAS HACIA LA SAT
El sector ganadero pidió hace más de un mes al mandatario que destituyera al superintendente, en un discurso frente al presidente Jimmy Morales. Luego ante a la crítica generada a partir de esa petición, José María Vera, presidente de la Federación de Ganaderos de Guatemala (Feguate), aclaró que el sector organizado ganadero no estaba pidiendo que se destituya a algún funcionario y aseguró que están dispuestos al diálogo para buscar soluciones a las peticiones que están realizando.
“El licenciado Foppa en algunos momentos ha hecho unos comentarios muy fuertes y eso ha generado el rechazo de muchos ganaderos, pero nosotros entendemos que él está haciendo su trabajo”, justificó.
También dijo que no buscan privilegios fiscales y que están dispuestos a pagar impuestos si dicho sector se llegará a formalizar.
EMPRESARIOS PIDEN SOLUCIONES MÁS “AMIGABLES”
Para algunos los empresarios, la gestión de Solórzano Foppa ha tenido ciertas tachas pero también aciertos. El principal problema que a criterio de algunos representantes del sector privado, se presentó en la gestión del Superintendente es la judicialización apresurada de casos contra empresas.
“Hay pasos que ha dado el Superintendente para que la recaudación sea una recaudación eficiente, no sólo en ese lado sino también hemos visto que ha apoyado al sector exportador con un documento para la devolución del IVA”, según el presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), Antonio Malouf.
Según la instancia empresarial, “como todo ser humano”, Solórzano ha tenido aciertos y desaciertos.
“Ha habido casos donde se pasa directamente a un tema judicial cuando se puede ver un tema y una oportunidad de hacerlo amigablemente”, explicó Malouf respecto a las intervenciones realizadas a varias empresas. No obstante, dijo, el balance es positivo.
Con el tiempo las medidas coercitivas se han ido reduciendo, las acciones de fiscalización han quedado en segundo plano, de igual forma las intervenciones judiciales; la SAT ha dejado de llegar a sus metas de recaudación y, por ahora, la esperanza es que las medidas a tomar en el 2018 denoten una mejora en los números de la recaudación.
¿CÓMO VA LA BRECHA FISCAL?
En cuanto a la brecha fiscal para este año, autoridades de la SAT estiman que al finalizar el 2017, esta ascendería a Q1 mil millones. En tanto, el crecimiento económico alcanzará un 3 por ciento, según las autoridades del Banco de Guatemala (Banguat).
El intendente de recaudación, Abel Cruz, informó que la SAT calcula una brecha de mil millones de quetzales. Sin embargo, los resultados de recaudación de este año son mejores a los obtenidos el año pasado.
Cruz indicó que los factores que han afectado la recaudación, en términos generales, son externos y no responden al funcionamiento de la institución o a las decisiones tomadas por las autoridades.
Según el intendente, factores como la baja en el crecimiento económico, el tipo de cambio y el arancel de pollo fueron los que influyeron en esta cifra.
“Nos ha afectado en aduanas el tipo de cambio, estamos importando lo estimado, pero a precios más bajos”, indicó en una nota publicada ayer en La Hora.
Por otro lado, dijo, el factor más importante es el del crecimiento económico, pues el Banco de Guatemala ya está haciendo una estimación a la baja del Producto Interno Bruto (PIB) que la SAT había estimado en un 3.8 por ciento.