POR KIMBERLY LÓPEZ
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En sus últimas apariciones públicas el presidente Jimmy Morales ha destacado en sus discursos que existe una judicialización de la política, que no se respeta el derecho de presunción de inocencia, y que debe perseguirse el delito y no a la persona. Todos estos puntos coinciden en una inconformidad de parte de Morales hacia la forma en la que se imparte la justicia actualmente.
No obstante, el discurso pone en duda la legítima intención de Morales de respaldar la lucha contra la corrupción y resulta poco objetivo, tomando en cuenta los señalamientos en su contra, así como de sus familiares, indican analistas consultados.
“Es importante considerar que en un sistema democrático, la independencia de poderes debe respetarse. Pero al mismo tiempo, esa misma independencia debe promover el trabajo coordinado. Principalmente cuando vemos una agenda orientada hacia el combate contra la corrupción y la necesidad de fortalecer la institucionalidad en materia judicial”, comenta el analista Ricardo Barreno.
El politólogo explica que la coyuntura está evidenciando que los intereses particulares continúan condicionando la agenda presidencial. Las investigaciones en contra de su hermano e hijo, parecen estar desvirtuando la agenda, añade.
Jorge Wong, politólogo independiente, explica que Morales al estar implicado en investigaciones al igual que sus familiares, tiene sentimientos encontrados con el sistema de justicia en Guatemala.
A manera de recomendación, Wong explica que desde su cargo Morales debería abstenerse de emitir ese tipo de opiniones y dejar que los procesos continúen. No obstante, han sido varias las veces en las que el discurso del mandatario toma esa línea, independientemente del evento en el que se encuentre.