Por Douglas Cuevas*
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La primera Cumbre de Migrantes y Retornados se desarrolla desde ayer en Quetzaltenango, espacio que ha servido para que colectivos, líderes migrantes, ciudadanía y principalmente guatemaltecos retornados compartan historias y propuestas para ayudar a aquellos que dejan su país en busca de mejores oportunidades de desarrollo.

La reunión que inició ayer y culmina hoy por la tarde, tuvo como lema “Aquí y allá somos comunidad”, y permitió que distintos panelistas relataran la realidad que viven los migrantes en Estados Unidos, donde son objeto de discriminación, no solo por las autoridades, sino también de los ciudadanos que hacen de menos su trabajo y aporte a la sociedad y economía.

Gilda Blanco, originaria de Livingston Izabal y organizadora de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar (ANTH) en el estado de Washington, relató parte de las dificultades que debe soportar la comunidad migrante, para enviar remesas que permitan a sus familiares tener mejores oportunidades.

“Hay un sudor feo detrás de esos dólares”, dice Blanco antes de resaltar que el empleo de trabajadora doméstica es “un trabajo no reconocido, un trabajo que la sociedad no reconoce. Nos dicen limpiar casas, eso… no es trabajo”, añadió.

Durante su exposición en la Cumbre recordó cómo era humillada por el trabajo con el que se ganó la vida y que le permitió salir adelante. Sin embargo, su lucha y perseverancia le ganó el respeto de varios migrantes.

“Conocemos a madres y padres que mandan a sus hijos a las universidades limpiando casas, porque lo hacemos con dignidad es un trabajo digno, lo hacemos con amor. Somos los que cuidamos el centro de sus hogares”, enfatizó la migrante.

Jacobo Gabriel, quien llegó a Estados Unidos en 1992, indicó que debido a las nuevas normas migratorias que puso el gobierno de Donald Trump tuvo que regresar a Guatemala y abandonar a su familia en ese país; ahora su sueño es encontrar un mejor trabajo para traer de regreso a su familia.

Marina Barillas, Willy Barreno y el cineasta Luis Argueta son algunos de los migrantes que también hicieron su intervención durante el primer día de la Cumbre.

Además, también participó Reginaldo Haslett-Marroquín, quien presentó su libro “Shadow of Green Man”. Mientras que el procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, instó al Congreso de la República para que elija lo más pronto posible a los representantes de Conamigua por medio de un proceso transparente.

La Hora Voz del Migrante también participó en la Cumbre, los asistentes obtuvieron ejemplares gratuitos y una foto con la portada conmemorativa.

MÁS QUE REMESAS

Monseñor Álvaro Ramazzini solicitó que los migrantes no sean vistos únicamente como remesas, puesto que son mucho más que tan solo aportes económicos. El religioso también lamentó la salida de Carlos Rodas de la Cancillería, considerando que había alcanzado avances para la creación de una Comisión Nacional de Refugiados.

Actualmente con las recientes funcionarias de migración no se ha tenido un acercamiento porque según Ramazzini “nuestras autoridades no están viendo ese problema”, enfatizó.

ARTE DE MIGRANTES

Durante la Cumbre se abrió espacio para aquellos migrantes que querían plasmar no solo con su voz sus historias, sino también con poemas, fotografías artísticas y hasta “stands” que reflejan los sentimientos y retos de los indocumentados en la búsqueda de mejores oportunidades.

La Cumbre finaliza hoy en horas de la tarde con un concierto musical encabezado por Ishto Jueves y Código 502, acompañados por la tradicional marimba de la municipalidad de Quetzaltenango y Raúl Raymundo en acústico.

*Con información de Grecia Ortiz.

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