POR KIMBERLY LÓPEZ
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El caso de corrupción en contratos estatales de construcción en el que se vincula al exministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, es apenas un ejemplo de lo que las deficiencias institucionales y la debilidad de las normativas han ocasionado al Estado, aseguran analistas consultados.

Empresas particulares y de cartón, exfuncionarios, constructoras y telefonías figuraron como participantes de un conglomerado de corrupción durante la gestión de Sinibaldi. Según investigaciones de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público (MP), Sinibaldi habría creado al menos tres empresas de cartón para enriquecerse ilícitamente entre el 2012 y el 2014, lo que se supone lo benefició con aproximadamente Q69 millones 264 mil 622.94.

ESTADO DEBILITADO

Según Ricardo Barreno, politólogo y analista independiente, la estructura destapada en las investigaciones no constituye un caso aislado, sino que refuerza la lectura de que existe Estado con muy poca capacidad de prevención y de acción para fortalecer las instituciones y sus normas.

A decir del analista, el caso Sinibaldi se adhiere al resto de condiciones que han cooptado al Estado. «De la cooptación del Estado, lo más preocupante es quiénes han sido los actores», señaló.

Dentro de las debilidades institucionales, explicó Barreno, destaca la del sistema de justicia. En la medida en que CICIG y MP han dado a conocer los casos de corrupción, se va evidenciando poco a poco el nivel de cooptación que ha alcanzado al sistema, advirtió.

EL SISTEMA CADUCÓ

La analista independiente, Stephanie Rodríguez, por su parte señaló que casos como este demuestran que el sistema conformado desde hace años caducó y que actualmente no está funcionando.

«Como este caso saldrán muchos más y no solo en ministerios, sino en el Estado completo», lamentó. Por tanto, dijo, es necesario hacer cambios profundos y reformas legales, por ejemplo, reformas a Constitución, a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, ahora más que antes.

«El sistema ha sido debilitado históricamente y si no hay controles vamos a estar en dos años en la misma situación, en cuanto al tema de reforma de Estado creo que los controles fiscales también son un tema importante», agregó.

REFORMAS «COSMÉTICAS» NO FUNCIONAN

No obstante, no se trata de hacer reformas «cosméticas» sino profundas en las distintas normas que rigen los partidos políticos y el sistema, explicó Jorge Wong, analista y coordinador del área Ciencia Política de la Universidad de San Carlos.

«La corrupción está tan arraigada que se forma de una forma corrupta, es mentira que vamos a cambiar con cambios cosméticos», señaló.

Al igual que el resto de profesionales consultados, Wong se refirió a este caso como uno de tantos que quedan por conocer, no como un evento aislado.

«La corrupción es generalizada en Guatemala, este es un caso que se destapa ahora, pero si vemos bien creo que podrían surgir otros de instituciones como la universidad, las municipalidades, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y otros», indicó.

Wong destacó a la población como un actor importante en la medida en que se van conociendo casos similares.

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