POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt
En las últimas semanas se llevaron a cabo reuniones entre directores de algunos hospitales y autoridades del Organismo Ejecutivo debido a que un grupo de los primeros considera que la administración de la ministra Lucrecia Hernández Mack no ha dado suficiente apoyo a esos centros de salud.
En ese contexto La Hora publicó, la semana pasada, un reportaje sobre la crisis que atraviesa el Hospital General San Juan de Dios, donde a pesar de contar con los recursos financieros, no han mejorado significativamente las condiciones del lugar ni la atención a los pacientes. En la publicación de evidencia que además del desabastecimiento ocasionado por los procesos burocráticos establecidos en la Ley de Contrataciones, el centro de salud no tiene capacidad, recursos humanos ni equipo suficiente para atender de forma adecuada la alta demanda de sus servicios por parte de la población.
En seguimiento a esa situación, este vespertino entrevistó al coordinador general de los hospitales del Ministerio de Salud, Francisco Theissen, para conocer las acciones que se están tomando para transformar la red hospitalaria pública.
¿Qué planificación se ha hecho hasta ahora para mejorar la condición de hospitales?
Realmente el proceso de cada una de las unidades hospitalarias, que son 44, las tenemos divididas en hospitales regionales, distritales, departamentales y los dos nacionales. A cada uno de ellos se le asignó un presupuesto de acuerdo a su producción hospitalaria y su Plan Operativo Anual (POA), que se efectuó en 2017.
Se le dio apoyo al 100 por ciento de las unidades para que fortalecieran su presupuesto. Al Roosevelt y al Hospital General se les dio un apoyo de lo que habían gastado en 2016 e iniciaron su presupuesto sin deuda. Esto les ayuda, con un fortalecimiento de 500 millones para todos los hospitales, luego de una planificación y definición del gasto presupuestario. Con ello se lograron abastecer entre un 85 y 95 por ciento y se les ha ido haciendo su desembolso. El presupuesto va ejecutado en un 42 por ciento. Esto hace que el abastecimiento se mantenga alto.
Con eso, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) está garantizando el funcionamiento básico de las unidades hospitalarias, pero la gestión hospitalaria es descentralizada y desconcentrada. Es decir que se les trasladan los recursos, pero en la medida en que ellos mejoran su gestión se ven las diferencias entre los que administran y los que no, y por eso es que unos mejoran y otros se quedan estáticos.
Además, en apoyos inmediatos, la Ministra y los equipos estamos trabajando y operativizando el Modelo Incluyente de Salud (MIS). El modelo no puede funcionar si no estamos inmersos cada uno en su nivel: comunitario, centros de salud y hospitales.
¿Hacia qué hospitales se han priorizado los aportes?
Partiendo del análisis de variables como las enfermedades transmisibles y no transmisibles que debemos controlar y monitorear, el incremento de violencia de cualquier tipo, cada uno de los hospitales están siendo fortalecidos. En este momento son nueve áreas las que están dentro del MIS, lo que refleja es que estos hospitales tienen un incremento presupuestario de acuerdo a un análisis que se hizo y se les está dando fortalecimiento financiero al hospital de San Benito, Petén; Zacapa, en el lado de oriente; Cuilapa y Hospital Roosevelt. En el área de la costa sur hay un apoyo para el hospital de Escuintla, en la costa para Mazatenango, en Huehuetenango y Sololá. Esas son acciones a corto plazo.
Se está haciendo un fortalecimiento de recursos, tanto económicos como humanos, pero esto es un paradigma de gestión porque si los hospitales no gestionan no funciona el modelo. Además, la demanda de cama para pacientes es constante. A nivel poblacional lo que sucede es que hay una superpoblación en Guatemala, estamos hablando de más de 16 millones de guatemaltecos.
Entonces, no pueden decir los directores que no se les está dando apoyo porque por primera vez en muchas gestiones se da este apoyo, en más de ocho años.
¿Qué papel juegan los directores? ¿Han visto deficiencias en sus gestiones?
La gestión del director va destacar en la capacidad que él tenga para la compra de su equipo, en el marco de la Ley de Contrataciones, porque la responsabilidad de ellos ante la Contraloría General de Cuentas (CGC) es para cada unidad. Ninguno en el Ministerio compramos equipo.
Si ellos hacen una mala gestión en las compras es responsabilidad directa de cada director, pero no pueden decir que no se les está aportando ni apoyando porque el MIS es un proceso integral, no es un proceso aislado.
¿Qué planes hay a mediano plazo?
A mediano plazo, el otro año extendemos a 21 hospitales este apoyo, más otro proyecto de construcción. Tenemos como meta presidencial los departamentos de Huehuetenango, Escuintla y la construcción del hospital de Villa Nueva. Este hospital se está terminando, estamos haciendo la planificación de arranque para tener recurso humano y equipamiento. Este hospital va tener 130 camas generales y 28 de intensivo.
Como le decía, a los directores los tenemos monitoreados día a día. Usted va a un hospital y ve que está lleno, pues sí, está lleno, pero es que la población así lo demanda, por eso a largo plazo se está planificando la construcción de cuatro hospitales para los próximos dos años.
¿Es un proyecto que está firme?
Sí
¿En qué áreas se construirían estos hospitales?
En las áreas más saturadas: Cobán, Mazatenango y Jutiapa, que son los tres primeros, pero hay que destacar que la inversión a hospitales se está dando en base a diagnósticos y la gestión propia de cada director. El problema es el crecimiento poblacional, pero ahí también es donde entran los programas de alimentación y de control prenatal.
Usted comentaba que el incremento de la población es un problema para la estructura de los hospitales. ¿De qué forma el MIS resuelve o aporta a esta situación?
En el MIS hay un modelo de mejora de estilo de vida. Por ejemplo, si identificamos a una familia con problemas de desnutrición, se implementan programas de educación a la familia, se le hace un control de salud, se dan vitaminas, hay control prenatal. Así, en el futuro no llega al hospital con complicaciones. El MIS no va vaciar los hospitales, pero va mejorar la capacidad de respuesta de los hospitales.
No es que no se necesite infraestructura, porque sí hay varios lugares que lo necesitan. Si encuentra tres centros de salud en un mismo lugar estos van a trabajar y toda esa consulta de pacientes se iría para el centro de salud más cercano. El hospital ya no ve infecciones sino padecimientos más graves. Esto ya está funcionando en Sololá.
Dentro de los proyectos que usted menciona está la construcción de hospitales, en vista del aumento de la población y que la estructura de red hospitalaria no se acopla a las necesidad. ¿Por qué no se pensó en ampliar algunos hospitales como el Hospital Roosevelt o el San Juan de Dios?
El tema es espacial. Si usted ve el Hospital General es de siete niveles en una manzana. Ya no tiene para donde crecer. También el Roosevelt es un hospital que ya no tiene a donde crecer.
El Roosevelt fue inaugurado en 1956, pero es un hospital que ha soportado varios terremotos, cuenta con una estructura para mil camas y se ha ampliado internamente por la demanda espontánea. Pero si la consulta general se refiere a los centros de salud va a ayudar, por eso es que ahora se están fortaleciendo cinco redes metropolitanas de salud.
En ese orden la red metropolitana va a tener especialistas y, entonces, hay personas que ya no tendrán la necesidad de llegar al hospital, sino que les van a dar seguimiento en los Centros de Salud. Ahí van a desconcentrar la consulta general.
Ese es el rol del MIS y por eso es que los hospitales están incluidos. No puede haber modelo incluyente si usted quita esa pieza que es el tercer nivel.
¿Al inicio de la gestión se consideró un aumento a la asignación presupuestaria de los hospitales?
Se dieron Q450 millones a los 44 hospitales; al Roosevelt, Q50 millones y al General, otros Q50 millones. Por eso es que pasaron más solventes al ejercicio fiscal 2017. Pero ahora también se hace un aumento de presupuesto adicional. Por eso digo que no podemos ver el problema de forma aislada, es algo integral que hoy se está concretando en un modelo incluyente.
Si se han hecho las asignaciones presupuestarias, ¿cuáles son las deficiencias que han identificado en la gestión de directores?
Nosotros mantenemos un monitoreo, somos una unidad de coordinación y supervisión hospitalaria. Usamos una herramienta de evaluación que abarca el área gerencial administrativa y asistencial, detectamos el problema y vemos la brecha. Cuando hay problemas de fondo se les dan instrucciones y, si no, se piden auditorías internas para las correcciones. Es decir que sí se evalúa y prueba de ello es que se han cambiado gerentes, jefes de área, directores de hospitales, porque si tienen recursos, pero no los saben ejecutar es un problema de gestión y capacidad. Es la Ministra quien puede hacer cambios así.
¿Consideran que la crisis hospitalaria ha disminuido?
Encontramos una cartera con un déficit de Q500 millones aproximadamente. Nosotros estamos heredando un problema de una gestión de más de cuatro años. Se hizo el análisis, se definió que se necesitaban alrededor de Q500 millones y se distribuyeron dentro de la red hospitalaria y en el segundo nivel también. Gracias a eso, una serie de hospitales pasaron con deuda en cero.
Posteriormente se hizo un análisis y hubo un incremento de Q1 mil millones al presupuesto de Salud. En consecuencia, se está definiendo un apoyo mayor a las unidades hospitalarias. Eso nos ha dado una mejora de más del 50 por ciento de la capacidad de respuesta. O sea que sí hemos avanzado.
Considerando que la gestión actual durará solo cuatro años y que luego vendrá un nuevo equipo que podría dar continuidad o no a estas acciones, ¿cree que se están sentando las bases para que esta priorización continúe?
No, esto es una política de salud para la población, es casi imposible quitarlo. Una política de salud es la que responde a programas y proyectos sociales, son proyectos de Estado y no pueden quitarse porque responden a un problema de población, no desaparecen.
¿Cuánto tiempo tomaría ver un sistema recuperado o en buenas condiciones que responde a la población del país?
Tenemos un déficit hospitalario muy alto y debería hacerse una política de rescate de diez años. A corto plazo ya se está haciendo. Esta ya es una repuesta. A mediano plazo se construirán cuatro hospitales. Yo diría que ahora se está rescatando una buena parte, pero si la población sigue con la misma tasa de fecundidad no va funcionar. Se debería hacer conciencia de la cantidad de hijos que se pueden tener. Las condiciones de vivienda se vuelven subrurales en el área urbana, son altos riesgos y por eso es que hay condicionantes sociales también pero también hay responsabilidad individual, de cuidar la salud y el estilo de vida y el estilo de vida también es lo que el modelo incluyente busca mejorar.