Por Joseline Ayala
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El proceso de selección de los integrantes de la terna para el cargo de Procurador de los Derechos Humanos se ha visto afectado por varios errores cometidos, tanto por los diputados integrantes de la sala de trabajo, como por el mal manejo de procesos administrativos.
De acuerdo con el analista político independiente, Renzo Rosal, el que existan tensiones y dificultades en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso evidencia que existen intereses políticos supremos y fuertes por delegar a un magistrado de conciencia débil, endeble y manipulable.
«Ya de por sí el proceso que está realizando el Congreso es complejo y delicado además de ser un paso clave por la elección que se trata, para evidenciar la línea que el país va a seguir cuando se lleve a cabo el proceso de selección del nuevo fiscal general del Ministerio Publico», dice Rosal.
Rosal asegura que debido a las presiones y a los problemas que atraviesa la sala de trabajo y que obedece a intereses externos, podría llegarse al extremo de que el proceso pueda llegar a repetirse por la lucha de poderes que presionan por un procurador que siga la misma corriente del sistema actual.
La diputada Sandra Morán asegura que el último inconveniente que sufrió la sala de trabajo fue que el departamento de dirección legislativa no notificó al candidato José Córdova sobre las tachas que fueron presentadas en su contra, por lo que no pudo presentar sus pruebas de descargo a tiempo.
«Nosotros estamos tratando que todo este desorden que ha habido y errores no afecten el proceso, el proceso debe concluir con una terna de personas idóneas que permitan que el pleno elija al procurador, aquí el tema es lograr la idoneidad», explicó Morán.
La diputada asegura que la sala de trabajo ha atravesado algunos inconvenientes, pero que lo que se busca es designar a una persona idónea, por lo que el proceso de revisión de las pruebas de cargo y de descargo continúa mañana.
Por su parte, el diputado Eduardo Zachrisson indicó que los procesos de transparencia no pueden ser cuestionados, pero sí acepta que se han retrasado en el proceso y han incumplido el cronograma que se trazaron.
«Efectivamente ha habido interpretaciones sobre que hubo un cronograma que no se cumplió y que se hizo uno nuevo, que dirección legislativa intervino en unas notificaciones, pero todo eso va arreglado y en camino, esto afecta por el hecho de que da la impresión de que no hay coordinación», señaló.
Además varios congresistas denunciaron diferencias entre los integrantes de la sala de trabajo y la presidenta de la misma, Patricia Sandoval.








