POR DOUGLAS GÁMEZ
dgamez@lahora.com.gt

A los 15 años Osman Arita destacaba en Esquipulas, Chiquimula por su habilidad en el fútbol. Un día decidió dejar el balón e iniciar su recorrido a los Estados Unidos. En el camino pasó por experiencias difíciles, como observar a migrantes fallecidos en el desierto.

Pero Osman tenía la determinación de continuar y encontrar en Estados Unidos las oportunidades a las que aspiraba, principalmente económicas. Ahora desde Nueva York, con estudios en portugués, una esposa y además, como bombero voluntario, nos cuenta su travesía.

Arita recuerda que dos meses antes de cumplir 16 años llegó al país norteamericano, pero para eso debió caminar durante cuatro días y cuatro noches en el desierto.

Menciona que decidió realizar el viaje porque su padre ya se encontraba en ese país, al igual que otros familiares.

“Imagínate yo de 15 años y los veía regresar con una estabilidad económica extraordinaria… estaba en la Sub 17 de Esquipulas y decidí dejarlo todo”, recuerda.

Osman Arita cuenta que ya cumplió diez años de estar en Estados Unidos, lapso en el cual aprendió portugués. En la actualidad trabaja para una constructora, dedicada específicamente en la elaboración de materiales.

UN CAMINO DIFÍCIL

El entrevistado relata que su intención era viajar para tener estabilidad económica a su regreso a Guatemala, además, para conocer otro país.

En cuanto al viaje, menciona que los primeros dos días los percibió como una “aventura”, pero advierte que esa sensación era por su corta edad.

“Fue muy difícil el resto del camino, se escaseó el agua, la comida, tuvimos que tomar agua para ganado, evitar serpientes durante las noches, vimos cadáveres, personas muertas casi al final del viaje, muchos se quedaron atrás, éramos un grupo de 15; solo cinco logramos pasar”, comenta.

LOS PRIMEROS PASOS

Arita considera que su primer año en Estados Unidos fue para descubrir un nuevo sistema y cultura, pero en el segundo año de estadía resintió la lejanía de su hogar.

“El trabajo es constante, no se descansa porque tienes que pagar tus cuentas, siempre hay cosas que mantener y el tiempo pasa más rápido”, aseveró. “El primer año fue una aventura, el segundo fue más difícil y te dan ganas de regresarte a Guate… pero me fui adaptando y ya son diez años”, añadió.

Uno de sus primeros pasos fue estudiar inglés en un centro educativo de Port Chester, Nueva York, motivado por un líder migrante.

Luego el padre de Osman retornó a Guatemala, en ese lapso suspendió sus estudios e ingresó a la academia de Bomberos de Port Chester de la cual se graduó para prestar servicio voluntario a la comunidad.

“Ha sido un recorrido muy bueno, porque pasaron muchas cosas y siento que no fue tiempo perdido, ahora es una nueva etapa, hace cuatro meses me casé, mi meta es tener un matrimonio ante los ojos de Dios, si es posible tener hijos, hacer nuestra casa, salir adelante”, comentó.

En ese sentido, no vacila en decir que su mensaje para los migrantes es que no duden de sus capacidades o se dejen afectar porque las personas les dicen que no alcanzarán sus metas.

“El mensaje es que lo que tú te propones lo consigues, aunque hay personas que no confiaron o dudaron que ibas a triunfar en la vida. Todo se puede en esta vida con la ayuda de Dios”, destacó.

En cuanto a la práctica del fútbol indicó que ya no lo realiza por el tiempo de dedicación que requería. Mencionó que estuvo cerca de ingresar a un proyecto del club de Inglaterra, Manchester United, pero por diversos aspectos no se concretó.

SIN OPORTUNIDADES

Aunque Osman Arita es optimista y expresa su satisfacción de poder desarrollarse en otra nación, cuando es consultado sobre su opinión del flujo migratorio de Guatemala hacia Estados Unidos, lamenta que las autoridades no generen oportunidades para evitar que los guatemaltecos salgan del país.

“Es una gran ayuda para el país –los migrantes- porque lo económico que se logra en este país no se logra en Guatemala, me siento feliz y orgulloso de los migrantes que han triunfado. Espero que Guatemala se dé cuenta que hay mucha gente inteligente, pero que necesita de una oportunidad”, explicó.

En ese sentido, dijo que el Gobierno no “ha entendido” que el país tiene personas con capacidad y de buen nivel, que necesitan de oportunidades para salir adelante.

“Vimos cadáveres, personas muertas casi al final del viaje, muchos se quedaron atrás, éramos un grupo de 15; solo cinco logramos pasar”
Osman Arita

“Espero que Guatemala se dé cuenta que hay mucha gente inteligente pero que necesita de una oportunidad”
Osman Arita

Artículo anteriorMorales: Estamos construyendo para que el “sueño americano” pueda ser guatemalteco
Artículo siguienteFreddy Gularte: El precio de migrar es muy alto, es la soledad