Por Denis Aguilar
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Médicos del Hospital Roosevelt pidieron hoy a las autoridades investigar las causas de la muerte violenta del doctor Carlos Mejía, jefe del Departamento de Medicina Interna y Clínica de Enfermedades Infecciosas de ese nosocomio. Tras su fallecimiento, Mejía se convirtió en el primer donante de córneas en Guatemala.
«Queremos exigir realmente a las autoridades superiores del Ministerio de Gobernación, del Ministerio Público que las investigaciones se hagan y que concreten lo que pasó con el Dr. Carlos Mejía», dijo el director del Hospital Roosevelt, Carlos Soto.
Ayer por la tarde Mejía falleció en un hecho violento en la zona 2 y según información de la Policía y de socorristas, su muerte se debió a una bala perdida.
La máxima autoridad de ese hospital dijo que no creen en esa tesis y esperan que se notifique tanto al Hospital Roosevelt como al Ministerio de Salud sobre lo que realmente ocurrió.
Soto informó que tras su muerte, el destacado médico se convertirá en el primer donante de córneas en Guatemala. «Él donó hoy sus córneas al banco y va a ser la primera donación que el banco va a tener», dijo.
REPUDIAN HECHO
Los médicos de ese hospital repudiaron el hecho que le quitó la vida al Dr. Mejía y mostraron su rechazo a la violencia generalizada que se vive cada día en el país.
También reconocieron la vida laboral y académica del médico quien fungía como jefe del Departamento de Medicina Interna y de la Clínica de Enfermedades Infecciosas del Hospital Roosevelt desde 1989.
Mejía fue un destacado estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), en donde se graduó con honores. También realizó estudios en la Universidad de Berlín, Alemania y fue presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala del 2010 al 2012.
El fallecido médico fue consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), también coordinador del proyecto VIH-SIDA impulsado por el Fondo Mundial de la Lucha contra el SIDA, Malaria y Tuberculosis. Coordinó un programa de prevención del VIH para Unicef.
El Hospital decretó tres días de duelo por la muerte de Mejía, en los cuales también se suspenderán actividades sociales y científicas. Los demás servicios del hospital operarán con normalidad.
«El vacío es profundo, la pérdida es irreparable, una luz que brilla nos la apagaron», dijo Soto al referirse a la pérdida del profesional.
