Por José del Águila
jaguila@lahora.com.gt

Pobladores del Estor, Izabal, y de otras comunidades aledañas inauguraron la primera clínica móvil en la comunidad de Sepur Zarco. Dicha clínica es parte de las medidas de reparación del Estado, a través del Ministerio de Salud Pública, luego de que se lograra la sentencia por violencia sexual contra quince mujeres q’eqchi.

_2La clínica es atendida por tres auxiliares de enfermería comunitaria. Joel Juc, uno de los enfermeros, informó que actualmente se ofrecen servicios médicos para tratar síntomas de fiebres, catarros, tos, vómitos, diarrea y enfermedades de la piel, entre otros.

Según refiere Juc, diariamente se atienden, en promedio, de 50 a 70 personas.

El Centro de Salud se encuentra instalado en un terreno de 15 cuerdas que está ubicado a inmediaciones de la vía principal que atraviesa la comunidad de Sepur Zarco.

Meelyn Mejía, del equipo multidisciplinario de Mujeres Transformando el Mundo(MTM) -entidad querellante del Caso Sepur Zarco-, dijo que esta clínica será la primera que opere en los 45 años que lleva un grupo de la población q’eqchi de estar asentado en comunidades el Estor, Izabal, y de Panzós, Alta Verapaz.

“Esta es la primera clínica que está funcionando en Sepur Zarco desde que ellos -las comunidades- están asentados aquí, que son más de 45 años. Aquí no había ninguna atención y hoy vemos que, diariamente, vienen de 50 a 70 personas a buscar soluciones a los problemas de salud, y esto no se daba antes. Entonces, ¿qué hacían las familias?, ¿cómo hacían para sobrevivir?”, cuestiona la profesional.

En total, la clínica móvil está presta a ofrecer sus servicios a un aproximado de 15 mil personas que viven en Sepur Zarco y de más comunidades aledañas.

Margarita Chub, una de las quince mujeres q’eqchi del Caso Sepur Zarco, asegura sentirse contenta con la inauguración de la clínica, no obstante, indica que las comunidades no abogan únicamente por la instalación de una clínica móvil, sino por la construcción de un centro de salud formal.

“La clínica es parte de nuestra lucha y estoy contenta porque sabemos que nosotros, aquí en la comunidad, tenemos mucha necesidad, hay muchos niños enfermos. Pero todavía no estoy satisfecha, voy a estarlo cuando ya esté instalado un hospital formal”, manifestó Chub.

No obstante, MTM asegura que uno de los principales problemas que impide la construcción de un Centro de Salud o cualquier otro proyecto de infraestructura es la falta de certeza jurídica de la comunidad Sepur Zarco, ya que la misma está asentada en propiedad privada.

“Sepur Zarco es una comunidad que no tiene certeza jurídica. El Estado no puede invertir un quetzal en terrenos donde no tengan certeza jurídica”, puntualiza Mejía.

La representante MTM muestra su preocupación por el hecho que la falta de certeza jurídica, que fue una de las causas que detonó el conflicto armado en Sepur Zarco y en comunidades vecinas, aún no se ha solucionado hasta la fecha.

“Esta lucha ha sido de años, la certeza jurídica fue el detonante del conflicto armado aquí en las comunidades, ¿por qué? Porque comunitarios se estaban organizando para poder legalizar estas tierras, pero qué paso, los eliminaron. Y hoy por hoy no tenemos certeza jurídica, son tierras privadas y ahí el Estado no puede intervenir, más que buscar algún dialogo y hacer un acercamiento con herederos y herederas”, dice Mejía.

En total, la comunidad de Sepur Zarco abarca un terreno de 39 caballerías, según información de MTM.

Además del Centro de Salud, se incluyen otras medidas de reparación como: la construcción de un monumento que represente la búsqueda de justicia de las mujeres queqchi’es, continuar con el trámite de tierras a favor de las comunidades e instalar un establecimiento de educación media bilingüe para niñas, adolescentes y mujeres, entre otras.

“Esta es la primera clínica que está funcionando en Sepur Zarco desde que ellos -las comunidades- están asentados aquí, que son más de 45 años. Aquí no había ninguna atención y hoy vemos que, diariamente, vienen de 50 a 70 personas a buscar soluciones a los problemas de salud y esto no se daba antes. Entonces, ¿qué hacían las familias?, ¿cómo hacían para sobrevivir?”.
MEELYN MEJÍA -MUJERES TRANSFORMANDO EL MUNDO (MTM)-

““La clínica es parte de nuestra lucha y estoy contenta porque sabemos que nosotros, aquí en la comunidad, tenemos mucha necesidad, hay muchos niños enfermos. Pero todavía no estoy satisfecha, voy a estarlo cuando ya esté instalado un hospital formal”.
MARGARITA CHUB

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