POR DOUGLAS GÁMEZ
dgamez@lahora.com.gt

De enero a marzo, 15 mil 762 guatemaltecos retornaron al país desde Estados Unidos y México, la cifra representa una reducción del 23.2 por ciento de deportados; aunque es pronto para determinar si es una reacción directa a las políticas migratorias del presidente Donald Trump, pareciera que los temores de la comunidad latina en Estados Unidos se han transferido a sus familias en el sur.

_1aJorge Peraza, jefe de la Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), es claro en advertir los riesgos de tratar de explicar las variaciones del flujo migratorio hacia Estados Unidos con apenas transcurridos tres meses de la administración Trump.

Sin embargo, pone en claro factores comunes y su combinación, como la pobreza, la falta de oportunidades, la violencia y enfatizando en la debilidad institucional de la región; como detonantes para que los connacionales decidan emprender el tortuoso camino a un país que a pesar de los discursos hostiles ofrece la posibilidad de una vida mejor y no para ellos, sino para sus seres queridos.

En la siguiente entrevista con Diario La Hora, de forma pausada, clara y didáctica, Peraza aborda las políticas migratorias de Trump, el comportamiento del Triángulo Norte y aunque no duda en resaltar la voluntad del Gobierno de Guatemala para atender a los migrantes, reitera que la institucionalidad del país debe ser fortalecida aún más.

“La Hora” ¿Cuáles han sido los efectos de las políticas de Trump en el Triángulo Norte?

Peraza: Pese a que se han tomado algunas acciones por el Ejecutivo (órdenes ejecutivas) en los EE. UU. también vemos que otros poderes han solicitado cambios de decisión u opinión.

En los medios vemos todos los días decisiones, muchas veces son revertidas por la misma institucionalidad estadounidense, entonces, es difícil medir el impacto porque uno no puede afirmar en este momento que tal o cual decisión se está realmente implementando, se anunció, se revirtió y así está la dinámica, entonces ante un escenario tan cambiante, para un Organismo como el nuestro que trabaja de la mano con los países de donde vienen los migrantes, lo que hay que monitorear es cuál es el impacto de las decisiones de manera real.

Hablamos del descenso de los retornados desde México, que para nosotros es una foto de aproximación a lo que está sucediendo, podría ser que ante la poca claridad del escenario migratorio en el principal país destino –que es– EE. UU., las personas pueden estar postergando su toma de decisión sobre migrar o no migrar, partiendo del entendido de que muchas de estas personas están migrando por razones económicas y de reunificación familiar.

Peraza menciona en este aspecto que buscan realizar un diagnóstico del impacto de las políticas migratorias de Trump en conjunto con organizaciones de la sociedad civil de los tres países del Triángulo Norte.

_1bL.H.: Aunque es pronto pero ¿Cuál es el comportamiento de los migrantes? ¿Están buscando nuevos destinos?

Peraza: Sí se identifica un nivel de temor en la comunidad latinoamericana instalada en los EE. UU. y ese temor rápidamente se comunica a sus familiares, a sus comunidades y quizás esto esté vinculado, y digo quizás, porque no tenemos mecanismo científicos de alguna manera para comprobar que la gente –por el temor– en este momento esté postergando la decisión de migrar.

Hace algunos dos años más o menos veíamos una ampliación de las rutas, particularmente vinculado con las personas que migran por asuntos de violencia, entonces México, Costa Rica, Panamá, están recibiendo más solitudes de refugio, esto es un indicador de que si ante las dificultades en la ruta las personas que sí o sí deben salir de su lugar de origen están identificando nuevos lugares de destino.

Sucedió durante la época de la guerra, las personas usualmente migran hacían los países vecinos, con la esperanza también de poder volver en algún momento. Entonces esa es la situación, a mí me gusta distinguir entre las razones por las cuales emigra la gente, porque la verdad es que a partir de eso uno puede entender diferentes comportamientos; usualmente una persona migra por un cúmulo de factores.

Pero esos catalizadores hay que entenderlos para ver finalmente que la gente tiene miedo por su vida, por así decirlo, va a buscar refugio, no puede estar postergando la decisión de migrar, mientras los que están yéndose por razones económicas o por razones de reunificación familiar pueden postergar una toma de decisión en ese sentido.

L. H.: ¿Se respetan los Derechos Humanos de los migrantes durante el retorno a la región?

Peraza: En el área donde yo creo que se ha hecho un trabajo más claro, más preciso, es en el tema de asegurar el respeto de los derechos de los niños niñas adolecentes.

Sé que en algún momento hubo cuestionamientos sobre la forma en que se procesaban a las personas en los EE. UU., no obstante hay todo un esquema para el debido proceso que se debe seguir, dependiendo de cada uno de los estados de los EE. UU. para iniciar un retorno o una deportación y ahí las autoridades consulares, por ejemplo de Guatemala, en los EE. UU., deben velar por el respeto de los derechos humanos, uno de los retos es que –aumenten– las representaciones diplomáticas consulares de Guatemala, o de los países del Triángulo Norte en los EE. UU.

L.H.: ¿Cómo ve las acciones de las autoridades guatemaltecas ante el tema migratorio?

Peraza: El análisis general es que hay una intención de tener una mayor capacidad de respuesta ante las dimensiones del fenómeno migratorio guatemalteco.

Lo vemos en el plano de la necesidad de definir proyectos de reintegración para todas esas personas que están siendo retornadas al país, son pocas alternativas, se están consolidando proyectos y definitivamente hay mucho más que hacer.

Quizás el tema migratorio estuvo un tanto abandonado en algunas de las administraciones anteriores y aquí hay que reconocer la administración actual del presidente Morales. Recuerdo el discurso cuando asumió y habló sobre el tema migratorio como prioritario en varias ocasiones; darle un cambio a algunas políticas pasivas que eran antes y no se estaban tomando acciones proactivas.

Peraza se toma su tiempo y a continuación explica como la institucionalidad guatemalteca para los migrantes pueden fortalecerse.

Por ejemplo, una entidad como Conamigua (Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala) tiene que tener un papel relevante con el tema de atención a los guatemaltecos que están en el exterior y que están siendo retornados; sabemos que hay dificultadas con nombrar su cabeza –Director Ejecutivo–, el tema de la documentación y pasaportes, –que es– una forma de garantizar los derechos de los guatemaltecos en el exterior, hay que resolverlo. Puedo dar fe, que de parte de la Dirección General de Migración hace bastante tiempo se está tomando acciones, se tomaron acciones para que no se cayera en este nivel de falta de pasaportes, pero trabas administrativas y burocráticas del sistema han impedido ser más efectivos.

Lo que yo creo, y donde hago el llamado a las autoridades de todo nivel, –incluyendo– el Congreso, que identifiquen cuáles son las necesidades de los guatemaltecos en el exterior y que haya un consenso político para apoyarles y asegurarles de que por acciones u omisiones no se van a vulnerar a los migrantes a un mayor nivel.

L.H.: ¿Qué debe de hacer Guatemala para romper esa barrera, para poder generar lo mínimo para los migrantes y que no sea una estadística más o que solo nos enfoquemos en sus remesas?

Cuando uno ve que en Guatemala el último estudio de remesas, desde 2016, casi un 11% del Producto Interno Bruto es de las remesas, es una llamada de atención, porque es parte importante de la economía; pero no puede ser que no se reconozcan esos derechos de la población migrante.

Insisto en la necesidad de fortalecer la institucionalidad dado el caso de Conamigua, porque en otros países las experiencias de Viceministerios que tienen que ver con la población de connacionales en el exterior son buenas.

Le doy el ejemplo de Ecuador y el Salvador que tienen dentro de las Cancillerías por ejemplo viceministerios que llevan lo relativo a la población en el exterior, a partir de ahí se logran incentivar y desarrollar propuestas muy concretas que permiten que una persona que está siendo retornada a un municipio se le brinden servicios para que se pueda dar su reintegración social y ser una persona clave en el desarrollo de las comunidades.

L.H.: ¿Qué están haciendo los países del Triángulo Norte por sus connacionales? ¿Pudieron haber hecho más?

Peraza: Aquí la gran pregunta es si los países del Triángulo Norte tienen recursos para dar una respuesta de acuerdo a esas dimensiones que estamos viendo, porque ni México que tiene tantos recursos le tomó mucho tiempo fortalecer la institucionalidad para más o menos atender el volumen de mexicanos que estaban en los EE. UU.

Aquí volvemos a ¿cuánto le costaría a Guatemala abrir un consulado por estado?, o por lo menos vamos a priorizar los quince principales, yo sé que la Cancillería anunció que iba abrir tres o cuatro consulados más, no sé si lo ha concretado, los consulados son clave en asegurar los derechos – de los migrantes.

Aquí también debemos poner atención en la parte de recepción, la participación de autoridades como la SOSEP son fundamentales para el tema de unidad familiar y niñez, el Ministerio de Trabajo; entonces el gran dilema que hay es si se puede atender las cifras que actualmente estamos enfrentando. Yo diría que hay una buena intención política, a veces un poco descoordinada entre todas las diferentes instancias que tiene que participar porque es un concurso de organizaciones que tienen que unirse en este esfuerzo de respuesta y a veces no están debidamente articuladas coordinadas, Guatemala viene un poco atrás por lo que hablábamos.

Antes no se le había dado a nivel del Ejecutivo la relevancia que el tema migratorio tiene y veamos la ventaja que tenemos ahora, porque si esa disminución se mantiene, pues le dan una oportunidad a los países del Triángulo Norte para fortalecer los programas que tienen en El Salvador, Honduras y si han definido programas más concretos. Nosotros lo que queremos asegurar acá es acompañar a los países para que identifiquen experiencias que son exitosas en los tres países y que puedan compartirlas, establecer programas similares; siempre hay variaciones entre la institucionalidad de cada país, cuestiones como el hecho que en El Salvador exista un Viceministerio del Exterior le da un peso político mayor en la agenda del Ejecutivo, así de sencillo y son cosas que yo creo que a futuro hay que absorber acá en Guatemala.

Peraza aún aborda más temáticas y aspectos de la migración, reitera en la conversación que es necesario que los países respeten los derechos de los migrantes en sus territorios así como lo exigen a otras naciones, sin duda la protección y la visión de los connacionales desde un ángulo más humano y no como una remesa más.

“Sí se identifica un nivel de temor en la comunidad latinoamericana instalada en los EE. UU. y ese temor rápidamente se comunica a sus familiares, a sus comunidades y quizás esto esté vinculado”, Jorge Peraza, jefe de Misión de la OIM.

“Cuando uno ve que en Guatemala el último estudio de remesas, desde el 2016, casi un 11% del Producto Interno Bruto es de las remesas es una llamada de atención”, Jorge Peraza, Jefe de Misión de la OIM.

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