Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Rebeca Champney, es una mujer migrante de Cobán que decidió abandonar Guatemala en búsqueda de un futuro mejor y alejada de la violencia que hace algunos años estuvo cerca de acabar con su vida, hoy, que destaca la ha llevado a participar a favor de connacionales buscando ser una voz de cambio para quienes no pueden hacerlo.

_2Champney, decidió migrar de Guatemala en 2004, luego de ser víctima de un incidente armado, en el cual recibió un disparo en el rostro, aunque sobrevivió, las secuelas de la violencia la llevaron a buscar otro lugar para vivir, ante el temor de considerar que el país no era seguro para sus hijos.

De acuerdo con la entrevistada, si bien su migración fue por la vía legal, el abandonar el país en esas condiciones ante el temor a la violencia, sí representó un momento triste en su vida.

«Estaba casada con un ciudadano americano. Huyendo de la violencia en la que mi familia y yo estábamos sujetos a vivir en Guatemala. Intenté sobrevivirla en Guatemala, pero cuando recibí un balazo en la cara, sobreviví, pero decidí que era hora de emigrar a lo que creía que era un mundo más seguro para mis hijos», dijo.

En ese país, asegura que ha sufrido de discriminación, no solo por ser migrante sino también por ser mujer y buscar un espacio para sobresalir, aunque afirma «tenemos que caminar doblemente esforzadas».

Asimismo, relató que lo más difícil de sobrellevar ha sido el identificarse a una cultura que no conocía, por lo que ha trabajado incluso más duro de lo que mujeres residentes en ese país hacen y que lo ha realizado con el fin de sacar adelante a sus hijos.

PARTICIPÓ EN MANIFESTACIÓN MASIVA

Por otro lado, Champney al igual que cientos de personas de diferentes regiones de Estados Unidos, se unió recientemente a una de las manifestaciones más grandes efectuadas en los últimos días.

«Quise expresar mi descontento ante el abuso de poder hacia el sector de la mujer y las minorías. Creo que si me quedo callada es hacerme cómplice, y hay muchas mujeres y minorías que no tienen opción a pronunciarse, es justificable y entiendo esas posturas personales», indicó.

Para la entrevistada, el participar en la marcha, significo ser una voz de apoyo para las mujeres latinas indocumentadas y también por aquellas que han sido agredidas bajo diferentes circunstancias.

Si puedo intentar un cambio, creando conciencia lo haría, como fue el caso de formar parte de la Marcha de la mujer en Washington DC en enero pasado, aseguró.

Para viajar, Champney relató que se debió enfrentar a diversos obstáculos, entre ellos la distancia de la manifestación pues para llegar viajó más de 3 mil kilómetros desde Los Ángeles hasta Washington.

«Mis jefes al ver mi ímpetu de ir me regalaron para Navidad mi boleto -aéreo-, ya a finales de noviembre del año pasado yo sabía que iba porque iba», enfatizó.


ES COLABORADORA DE LA FUNDACIÓN “EL LUSTRADOR”

La entrevistada agregó que siempre se ha sentido atraída por el periodismo y fotografía, además es poeta y declaró que se desempeña en todo tipo de actividades. Champney también ha logrado colaborar para la organización sin fines de lucro “El Lustrador” del guatemalteco René Corado.

«Estaba casada con un ciudadano americano. Huyendo de la violencia en la que mi familia y yo estábamos sujetos a vivir en Guatemala. Intenté sobrevivirla en Guatemala, pero cuando recibí un balazo en la cara, sobreviví, pero decidí que era hora de emigrar a lo que creía que era un mundo más seguro para mis hijos».

«Quise expresar mi descontento ante el abuso de poder hacia el sector de la mujer y las minorías. Creo que si me quedo callada es hacerme cómplice, y hay muchas mujeres y minorías que no tienen opción a pronunciarse, es justificable y entiendo esas posturas personales».
REBECA CHAMPNEY

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