POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt
René Corado es reconocido por su obra «El Lustrador», en la que relata su niñez como un niño limpiabotas que emigró a Estados Unidos para conseguir sus sueños. Ahora ese niño es un adulto exitoso, un biólogo encargado de la Western Foundation of Vertebrate Zoology, en California, quien no olvida sus raíces y busca la manera de ayudar a sus compatriotas.
Corado vino al país en fecha reciente para presentar la nueva edición de su libro en español e inglés y en versión ilustrada, pues aseguró que de esa manera la lectura se hace sencilla para quienes no son bilingües, o no saben leer.
La fama no lo ha cambiado. El biólogo también quiere aportar para mejorar el futuro de niños y niñas que se ven obligados a trabajar, como él lo hizo, para mantener a su familia. Es por ello que ha participado en distintos proyectos sociales en la ciudad capital y en el Progreso, de donde es originario.
Parte de las ventas del libro de Corado son dirigidas a la Fundación El Lustrador, que promueve la educación formal de la niñez y en el nororiente del país.
Además, ha apoyado distintas causas, por ejemplo, recientemente comenzó a colaborar con el pago del salario de la persona que se encarga de preparar la refacción escolar de los menores que viven y trabajan en el basurero de la zona 3 de la capital.
«Mi sobrina me habló, ella da clases en la escuela de ese lugar, y vi la necesidad que había. Estuvimos platicando de estas familias que trabajan en el basurero y para ellos es un poco difícil aportar en esto de la escuela. Vamos a empezar con 50 familias, creo que son más, pero por ahora aportaré con ellos y luego espero poder ayudarlos a todos», aseguró.
Al observar la realidad de pobreza a la que miles de niños aún deben enfrentarse cada día, Corado recuerda con nostalgia su niñez, pero en vez de entregarse a la tristeza prefiere actuar. «A mí me toco que comer de la basura en el mercado de La Parroquia y me identificó con los niños del basurero porque ellos hacen lo mismo y siento que soy yo quien está recibiendo la ayuda».
Con emoción expresó: «Esto me da la oportunidad de ayudarme, eso me sirve para olvidar esos momentos de hambre y de extrema pobreza».
Las oportunidades para servir a los demás no faltan en Guatemala y Corado siempre está dispuesto a poner de su parte. Además de la ayuda que brinda a las familias que habitan en el basurero, también donó inmobiliario para computadoras a una escuela ubicada en El Jocotillo, zona 6.
Según explicó, la institución había recibido las máquinas, pero no tenía dónde colocarlas.
El interés de Corado es promover la educación, ya que considera que es un factor clave para evitar la migración. «Mi idea es educar para no migrar, no quiero que los niños migren a Estados Unidos, muchos piensan que se hace dinero allá», dijo.
También señaló que la educación es la responsable del desarrollo en una sociedad y ejemplificó con su propia experiencia de vida. «Yo siempre digo que la educación es la que abre la puerta de los sueños», indicó.
Además de aportar para la educación de la niñez guatemalteca, Corado también tiene otra misión en Estados Unidos, pues en su comunidad las autoridades recurren a él que pueda compartir anécdotas y experiencias con niños migrantes no acompañados, quienes escuchan su historia y encuentran un apoyo en su proceso de adaptación a ese país.
El próximo año, según informó el entrevistado, será cuando se conozca quién será el productor de la película basada en el libro de su vida.
«Mi sobrina me habló, ella da clases en la escuela de ese lugar, y vi la necesidad que había. Estuvimos platicando de estas familias que trabajan en el basurero y para ellos es un poco difícil aportar en esto de la escuela. Vamos a empezar con 50 familias, creo que son más, pero por ahora aportaré con ellos y luego espero poder ayudarlos a todos».
«Mi idea es educar para no migrar, no quiero que los niños migren a Estados Unidos, muchos piensan que se hace dinero allá».
RENÉ CORADO