POR JOSÉ DEL ÁGUILA
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Un total de mil 665 casos de menores de edad en conflicto con la ley penal ingresaron este año al Organismo Judicial (OJ), según estadísticas del Centro de Información, Desarrollo y Estadística Judicial.

Zoel Franco, analista del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales (IECCP), señala que es la falta de acceso a servicios básicos lo que promueve la actividad delictiva a temprana edad.

De acuerdo a las estadísticas del OJ, los delitos en los que más incurren los menores son: extorsión, con 149 denuncias ingresadas; robo agravado, 120; hurto, 67; hurto agravado, 76; homicidio, 51 y homicidio en grado de tentativa, con 35 casos remitidos.

Según Franco, uno de los delitos que ha mostrado un repunte significativo en los últimos años es el de extorsión. El experto asegura que las condiciones de precariedad en la que subsisten los jóvenes los colocan en situaciones de riesgo ante la actividad delictiva de pandillas y demás grupos criminales.

“Los perfiles de los menores que son aprehendidos indican que cuentan con baja escolaridad, provienen de lugares empobrecidos, no tienen acceso a la salud, vivienda y la recreación ya es considerada un lujo. Eso los constituye en blancos fáciles de estructuras criminales y es ahí donde los captan para cometer este delito –de extorsión–”, dijo.

Asimismo, indicó que en la actualidad, además de las pandillas, ya se han desarrollado otros grupos que tienden a captar jóvenes para la incidencia criminal, y señala que es un tema pendiente de ser investigado.

El experto también afirma que una de las razones por las que los jóvenes son captados por grupos fuera de la ley es que, dentro de la “industria criminal”, su edad les facilita el aprendizaje de la criminalidad y pueden ser explotados con mayor facilidad.

“Esto sucede porque es más fácil que ellos aprendan –a delinquir– y van a ser más explotados. Dentro de la industria criminal, ellos cobran menos”, agregó.

Édgar Celada, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), señaló que otro de los factores que promueven la actividad criminal a temprana edad es la desintegración familiar, que en varios casos es provocada por razones de trabajo.

“Una de las razones es la ruptura del patrón familiar, el impacto que tiene la descomposición de la familia en aquellos sectores de la sociedad en los que, por razones de trabajo, papá o mamá se ausentan, migrando dentro del país o afuera del mismo”, indicó el experto.

Celada opinó que, contrario a lo que exigen algunos sectores, el problema no se resolverá aplicando sanciones más severas a los menores en conflicto con la ley penal.

“La sociedad guatemalteca tiene que encontrar formas de dar soluciones, no es posible que se piense solo en el castigo y que eso sea considerado una solución. Hay que ir a las causas y si tiene que ver con falta de empleo, de oportunidades y de desintegración familiar, hay que ir a esa causa”, apuntó.

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