Douglas Gámez
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Durante la presentación del estudio Trabajo informal en Guatemala, el investigador Luis Linares destacó que el sector informal en el país está estancado debido a que el Estado no ha promovido mejoras en sus condiciones laborales, políticas y proyectos para incluirlos en la formalidad.
“Es una radiografía del trabajo informal en comparación de otros años. La situación se mantiene estancada, el porcentaje de trabajadores informales en los cuatro años que estudiamos no se mueve”, indicó Linares.
El especialista en temas laborales explicó que aproximadamente el 82 por ciento de la población trabajadora es parte del sector informal.
“La informalidad es muy heterogénea, hay segmentos que no tienen un contrato y otros que tienen, pero no poseen cobertura de la seguridad social, en ese caso tampoco son trabajadores formales”, detalló.
El investigador mencionó que el número de trabajadores informales aumenta cada año y, a pesar del crecimiento económico y la diversificación de los campos productivos, así como la llegada de más inversiones, el mercado formal aún no logra absorber la nueva fuerza laboral, principalmente a los jóvenes.
LAS CONSECUENCIAS
Linares añadió que el estancamiento de la situación laboral en el mercado informal mantiene los niveles de ingresos precarios en el país, algo que según el entrevistado afecta al sector productivo porque el mercado interno registra un bajo crecimiento.
“No se desarrolla porque la capacidad de compra y consumo de los trabajadores se mantiene baja, esto trae un efecto en la pobreza y mal dinamismo de la economía”, declaró.
El estudio “El Trabajo Informal en Guatemala” fue elaborado por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) con el apoyo de la Unión Europea.
El documento hace un estudio comparativo de las diferentes ediciones de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida y la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos publicados entre el 2010 y el 2014.
Pablo Hurtado, director de Asies, destacó que la investigación tiene por objetivo generar insumos para el Diálogo Social para el Trabajo Decente, que permita desarrollar estrategias para contribuir a la realización de políticas y acciones con ese fin.
“La intención es fortalecer la capacidad de proposición de las organizaciones de trabajadores, empleadores y entidades públicas que participan en procesos para el diálogo laboral”, comentó.
El documento resalta que los departamentos con mayor presencia de trabajadores informales son: Quiché, Totonicapán, Huehuetenango, Sololá, San Marcos y Alta Verapaz. Además, destaca que en esos mismos lugares es donde se registran tasas más altas de desnutrición crónica.
“Es uno de los efectos más dramáticos de la precariedad de ingresos y de la baja calidad del empleo”, señala en una de sus conclusiones.