POR MARIELA CASTAÑÓN
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Detrás del rescate de un niño secuestrado, predominó el esfuerzo de unos 27 investigadores policiales, integrantes de la Fuerza de Tarea contra Secuestros del Ministerio de Gobernación (Mingob) y del Comando Antisecuestros de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes por una semana durmieron dos horas diarias, se alimentaron de comida rápida, trabajaron jornadas extenuantes y permanecieron lejos de sus familias.
Investigadores que participaron en este operativo explicaron que desde el martes 22 de noviembre, luego de conocer la denuncia del plagio del niño, se creó el comité de crisis para atender a la familia y enfrentar a los secuestradores.
Mientras este comité realizaba las diligencias del caso, otros investigadores policiales analizaban indicios, comunicaciones e imágenes para encontrar pruebas que los llevaran a encontrar al niño secuestrado.
Este trabajo demandó que los policías únicamente durmieran dos horas diarias, pues debían estar atentos a cualquier llamada realizada por los delincuentes, en tanto, otro grupo que tenía asignada otras pesquisas en la calle se alimentó con comida rápida cuando podían, pues admiten que en ocasiones únicamente tienen oportunidad de beber agua pura.
Uno de los investigadores entrevistados detalló que el único propósito de este esfuerzo humano, era encontrar al niño con vida y regresarlo a su entorno familiar.
El oficial antisecuestros explicó que esto también demandó estar lejos de su propia familia. Él es padre de un bebé recién nacido pero debido a las jornadas extenuantes de trabajo “debía cumplir con esta misión”.
“EL ABRAZO DE UN ÁNGEL”
A pesar de la fortaleza que reflejan las personas del Comando Antisecuestros y de la Fuerza de Tarea, no pueden evitar la empatía con cada caso, principalmente cuando involucra a la niñez.
De acuerdo con el relato de uno de los policías de la Fuerza de Tarea, los esfuerzos humanos tuvieron un resultado positivo, pues lograron recuperar al niño con vida, pese a la amenaza latente de que los secuestradores acabarían con su vida.
En una de las imágenes a las que tuvo acceso La Hora, se observa la forma como fue localizado el menor de edad y como cada uno de los investigadores le da un abrazo. A uno de los policías que aparece en el video se le cuestiona, ¿Qué sintió cuando abrazó al niño y él a usted? Respondió: “Es indescriptible, fue el abrazo de un ángel”, refiere con un nudo en la garganta.
LA SATISFACCIÓN DEL DEBER CUMPLIDO
Stu Velasco, jefe de la Subdirección General de Investigación Criminal (SGIC) de la PNC, dijo hace algún tiempo que cada rescate, operación exitosa, y diligencia policial realizada adecuadamente la describen como la “satisfacción del deber cumplido” porque logran brindar el servicio que merece la ciudadanía.