Por Douglas Gámez
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Ofreció palos para “morongazos”, es autor de la frase “a la prensa se le paga o se le pega” y se ha negado a dialogar con cualquier sector contrario a sus disposiciones; el alcalde capitalino Álvaro Arzú, expresidente de la paz, es de los últimos eslabones de una clase política en retiro, de la que el autoritarismo fue característica generalizada.
Las últimas disposiciones de Arzú no han sido bien recibidas por diferentes sectores y han provocado críticas, la paralización comercial del país y una trifulca en el Paseo de la Sexta Avenida, lo que según entrevistados deriva de la actitud intransigente del jefe edil.
ARZÚ Y LA PRENSA
Arzú no ha mantenido buenas relaciones con la prensa, sobre todo con aquella que es crítica con su administración.
El 27 de julio pasado, durante la participación del expresidente en el VII Foro Regional de Esquipulas, el alcalde llamó la atención con algunas frases. En esa oportunidad, además de referirse a sí mismo como un guerrista, e indicar que una guerrilla no se aniquila hasta que se firma la paz o muere el último guerrillero, mencionó que había un presidente mexicano que decía que a la prensa “se le paga o se le pega” y que él prefería lo segundo.
El expresidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), Byron Barrera Ortiz, comentó que la relación del Alcalde con la prensa siempre fue distante y de confrontación.
“El Alcalde tiene su carácter y el poder que ejerce desde hace mucho tiempo en la alcaldía le confiere cierta posición de fuerza para pelear, y no solo con la prensa, con cualquier otro sector”, refirió Barrera.
El también exmiembro del Consejo Nacional para los Acuerdos de Paz (CNAP), recordó que el Alcalde capitalino ha presumido de la firmeza de sus decisiones; sin embargo, “su posición política es intolerante y no debería ser de esa manera, la confrontación no le sirve a nadie, más a una persona que presume tener un liderazgo político, no es aceptable”, señaló.
PARALIZA EL COMERCIO
El 28 de octubre un nuevo conflicto se originó. La Municipalidad de Guatemala publicó un acuerdo para modificar y aumentar los horarios de restricción del transporte pesado en la ciudad.
Esto significaba que furgones, camiones y automóviles especiales solo podrían circular entre las 5:00 y 9:00 horas de lunes a viernes y de 16:30 a 21:00 horas. Mientras que los sábados la medida se aplicaría de las 12:00 a las 16:00 horas.
Los pilotos se manifestaron bloqueando aduanas y dejando de transportar las cargas de productos durante ocho días, exigiendo un diálogo con autoridades municipales para encontrar una alternativa a la problemática.
La postura del jefe edil, expresada en varias ocasiones por el portavoz de la Alcaldía, Carlos Sandoval era negar cualquier posibilidad de acercamiento, argumentando que era un “pequeño” grupo el de los inconformes.
Según la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), en seis días 12 mil 240 contenedores quedaron varados y corrieron riesgo de perderse US$454.6 millones en productos.
La directora de Relaciones Interinstitucionales de Agexport, Fanny D. Estrada, enumeró los costos económicos que provocó la problemática, como pérdidas para exportadores de limones y sanciones comerciales, entre otros. “Lo importante es que no se vuelva a repetir”, indicó.
Las finanzas públicas también se vieron afectadas con Q80 millones en tributos dejados de percibir en ese lapso. La Policía Nacional Civil (PNC) tuvo que custodiar por varios días el tránsito de pipas de combustibles y furgones con productos perecederos para evitar ataques a los pilotos y el desabastecimiento de mercaderías.
El coordinador de la Comisión Presidencial del Diálogo, Rocael Cardona, relató que en su oportunidad solicitaron a la alcaldía una mesa de diálogo y suspender las restricciones para permitir el acercamiento de los involucrados en el conflicto, pero no obtuvieron una respuesta formal.
El 4 de noviembre, tras más de una semana de impedir el flujo normal del comercio, los transportistas depusieron las medidas de hecho y establecieron un acercamiento, pero no con la Alcaldía, sino con el Gobierno central.
Días después el Concejo Municipal modificó el acuerdo, pero únicamente para los sábados.
“Teníamos razón, aunque la Municipalidad no reaccionó formalmente a la carta que le envié al alcalde Arzú solicitando una mesa de diálogo… nos satisface que recapacitó el Concejo, aunque no se dio una mesa de diálogo con la Municipalidad, sí hubo desde el primer momento un acercamiento del Gobierno con los empresarios y sindicalistas del transporte”, explicó Cardona.
El coordinador de la Comisión lamentó que la paralización del transporte pesado y otros conflictos han provocado varios costos sociales, políticos y económicos.
“No es deseable asumir estos costos, nuestra democracia es joven y débil, y encima de eso no usamos mecanismos institucionales que puedan fortalecer la credibilidad, la confianza de la población y la buena fe”, manifestó.
VENDEDORES SIGUEN SIN SER ESCUCHADOS
A pocos días de concluido el conflicto con los transportistas, Arzú enfrentó a otro sector inconforme con las medidas municipales.
El medio día del 10 de noviembre elementos de la Policía Municipal y vendedores informales protagonizaron un enfrentamiento en el Paseo de la Sexta Avenida.
La trifulca se originó cuando los agentes municipales intentaron desalojar a los comerciantes de esa área peatonal, como una medida para evitar el regreso del comercio informal.
El vocero de la comuna calificó las acciones como “atentados terroristas”, varias personas resultaron heridas y se contabilizaron daños a comercios y mobiliario municipal hasta por Q2 millones.
Jorge de León Duque, procurador de los Derechos Humanos, lamentó el hecho y aseguró que los disturbios fueron generados por “infiltrados”. Además, llamó al diálogo, señalando que los comerciantes estaban dispuestos a una solución pacífica y necesitaban del apoyo de la Municipalidad de Guatemala.
Geovanny Guzmán, subdirector de la Unidad de Mediación de la PDH, comentó que a pesar de no establecer un proceso o mesa de diálogo recibieron en dos ocasiones a los comerciantes, para interceder por un acercamiento con las autoridades municipales y encontrar alternativas a la problemática.
Los mediadores dejaron en claro que su retorno a la Sexta Avenida no era posible por un acuerdo previo con los vendedores reacomodados en la Plaza el Amate, pero instaron a los vendedores a buscar alternativas.
“Es importante que los escuchen, que se establezca un espacio de diálogo para que puedan encontrarse salidas alternas”, añadió.
Sin embargo, la otra parte, el alcalde, no cedió y a la fecha sigue en esta posición. “Se les trasladó a los vendedores la postura de la Municipalidad de no dialogar luego de una comunicación directa con sus autoridades”, mencionó Guzmán, quien aseguró que reiterarán las peticiones a la Alcaldía para abordar con enfoque social las solicitudes de los vendedores, posiblemente con apoyo del Gobierno.
EL AUTORITARISMO ANTE LA DEMOCRACIA
Cristhians Castillo del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), explicó que para entender la postura intransigente del Alcalde se debe comprender que es un actor político proveniente de la clase tradicional de poder en el país.
Castillo indicó que Arzú personaliza su mandato al frente de la Alcaldía, lo cual le permite acercarse a la población en los procesos electorales y luego alejarse para tomar las decisiones que considera adecuadas a sus intereses.
“No podemos separar el cargo de la persona, es un individuo autoritario, egocéntrico, que tiende a la violencia y aunque eso no se adapte a las exigencias de una nueva política es efectivo y obtiene el poder, eso hace que se tolere sus intransigencias”, manifestó.
Aunque Arzú gobierna de una forma autoritaria, sabe cómo moverse en el espectro público para ganar la simpatía de la población, comentó Castillo.
Por ejemplo, según el analista, Álvaro Arzú demostró su habilidad política cuando firmó la paz en 1996, debido a que aprovechó las gestiones hechas por los presidentes anteriores a su mandato para colocarse como el presidente que logró el fin del conflicto armado.
Arzú es la representación de los anhelos políticos de las últimas generaciones, que prefieren lo dictatorial como resultado de una cultura política pobre, señala Castillo.
“Arzú entiende la lógica política guatemalteca, porque esa forma de gobernar lo lleva a imponer su voluntad y hacer que las personas acepten lo que él propone”, puntualizó.
Sin embargo, Castillo señala que el mundo va tendiendo a la democracia y lo deseable es que las futuras generaciones no crezcan con el anhelo de líderes autoritarios, sino abiertos al diálogo con todos los sectores.
VOCERO: “SE NECESITAN MÁS POLÍTICOS ASÍ”
Carlos Sandoval, portavoz de la Municipalidad de Guatemala, indicó que los argumentos utilizados por el expresidente para no dialogar son “válidos” porque regularmente los reclamos provienen de “grupos pequeños”.
En cuanto al conflicto con el sector transportista, indicó que se realizaron mesas de trabajo con transportistas, gremiales, empresarios y que la decisión se tomó con el aval del Ministerio de Gobernación. “Era una restricción mucho más amplia”, comentó.
Sandoval cuestionó las presiones para que la Alcaldía emprenda diálogos con los sectores en conflicto.
“Como empezaron a manifestar y afectar a los guatemaltecos nos tenemos que hincar a ellos, no es justo… el Gobierno intervino, se sumaron a la mesa y nos llevaron la propuesta. El Alcalde les dijo: bueno si lo consideran adecuado aprobémoslo, pero porque vino de ellos, no por cumplir el capricho de un grupo que solo busca su beneficio”, detalló.
Al ser consultado sobre la problemática con los vendedores citó una encuesta publicada en la cuenta oficial de Twitter de Arzú, en la que preguntó a los usuarios sobre si estaban de acuerdo con el retorno de las ventas ambulante al Paseo de la Sexta: más de 17 mil cuentas votaron, de las cuales el 92 por ciento se inclinó por el “NO”.
“Él dijo no, no nos sentamos con delincuentes, porque si no, no le damos importancia a los sucesos y pérdidas que provocaron… ellos necesitan una oportunidad, pero esa no es la manera de hacerse escuchar”, añadió el portavoz.
“Sí existieran más políticos como él, que cuando toma una decisión no da marcha atrás, las cosas fueran distintas. Estamos atados a que una decisión que es buena, por un grupo pequeño inconforme, se tiene que modificar. Para siendo una nada porque se trató de quedar bien con todos, aquí se trata de buscar la mejor solución para la mayoría”, destacó.
¿Quién es Álvaro Arzú?
Alcalde de la ciudad capital entre 1986-1990
Fundador del Partido de Avanzada Nacional (PAN)
Canciller entre 1991-1992
Presidente de la República entre 1996-2000
Alcalde de la ciudad capital cuatro periodos consecutivos de 2004- Actualidad.
“A la prensa se le paga o se le pega”- Álvaro Arzú.
“Se les trasladó a los vendedores la postura de la Municipalidad de no dialogar luego de una comunicación directa con sus autoridades”. – Giovanny Guzmán, subdirector de la Unidad de Mediación de la PDH.
“Arzú entiende la lógica política guatemalteca, porque esa forma de gobernar lo lleva a imponer su voluntad y hacer que las personas acepten lo que él propone”. Cristhians Castillo, politólogo del Ipnusac.
“Sí existieran más políticos como él que cuando toma una decisión no se da marcha atrás las cosas fueran distintas”. – Carlos Sandoval, vocero de la Municipalidad de Guatemala.