POR MARIELA CASTAÑÓN
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Según el Sistema Penitenciario (SP), en 21 meses, 13 privados de libertad han muerto por violencia en la cárcel El Boquerón, en Santa Rosa. Ningún caso ha sido esclarecido por las autoridades.
Esta madrugada fueron encontrados los cadáveres de los privados de libertad: Jonathan Emanuel García, de 22 años y de Edwin Manfredo Ramírez Mazariegos, de 19, confirmó el SP.
De acuerdo con Presidios, García estaba sujeto a un proceso legal por el delito de violencia contra la mujer e ingresó a la cárcel El Boquerón el 10 de septiembre de este año, en tanto, Ramírez, estaba sindicado por los delitos de asesinato y portación ilegal de arma de fuego, ingresó el 10 de noviembre del año pasado.
Rudy Esquivel, portavoz del SP, dijo que entre el 1 de enero de 2015 al 20 de septiembre de 2016, 13 reos han muerto en esa cárcel: 4 fallecieron este año y 9 en 2015.
De acuerdo con el SP, las investigaciones están a cargo del Ministerio Público (MP), que es el ente que determinará cómo ocurrieron los hechos.
VIOLENCIA PERSISTE
Por otro lado, los datos oficiales detallan que este año han muerto 45 prisioneros en las 21 cárceles del país.
Algunos hechos ocurrieron en masacres, como la del pasado 18 de julio en la Granja Penal Pavón, donde fallecieron 14 personas, entre ellas el reo Byron Lima, quien era considerado como el “dueño de las cárceles”.
En tanto, el 23 de junio fueron localizados muertos dos privados de libertad que estaban recluidos en el Sector 11 del Preventivo de la zona 18.
El 17 de mayo fueron asesinados tres presidiarios en el Sector 11 del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18.
El 11 de enero seis reos murieron por violencia en la cárcel de Chimaltenango, en aquella ocasión el origen de las muertes tampoco se esclareció.
DEMANDA CONTROLES
Helen Mack, directora de la Fundación Myrna Mack, demandó controles para los centros penitenciarios, ya que a su criterio, éstos están en manos de comités u organizaciones de reos.
“Al decir que el Estado no tiene el control de las cárceles nos referimos a la situación de poder de los reos y a la corrupción. En la cárcel se paga hasta por una silla o por salir”, indicó Mack.
