POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt

Sectores llaman a dialogar

Aunque al inicio de la gestión de Jimmy Morales las reformas relacionadas a los tributos se concentraron en los cambios a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el debate sobre la reforma fiscal se ha vuelto de actualidad. El Estado clama por más recursos, pero la población no está dispuesta a pagar más. Mientras, se discute sobre qué aspectos debería contemplar una reforma fiscal para considerarse justa y eficiente.

Cuando autoridades de Gobierno a todos los niveles dicen que no hay recursos para invertir en rubros básicos como la cobertura en salud y educación o el fortalecimiento de las entidades de justicia y seguridad, es necesario pensar en opciones para que el Estado pueda costear las demandas básicas de la población.

Mayores ingresos para el Estado se traducen en más posibilidades de inversión pública y es por eso que la idea de una reforma fiscal se presenta como coherente y oportuna para actores de distintos sectores, que en los últimos días han decidido abordar el tema.

¿ES EL MOMENTO?

El descubrimiento de los casos de corrupción vinculados a la administración del Partido Patriota, (pero que vienen de muy atrás con prácticamente todos los gobiernos), lastimó aún más la moral tributaria. A días de su nombramiento el ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada, dijo a La Hora que el tema de la reforma fiscal tendría que esperar hasta el próximo año, ya que el primer paso era recuperar la confianza de los contribuyentes.

Sin embargo, tras varios cambios legales y administrativos en la SAT, y sobre todo, ante la urgencia de financiar a las instituciones públicas, la máxima autoridad a cargo de la recaudación tributaria, el superintendente Juan Francisco Solórzano Foppa, consideró que no se podía esperar más.

“Al haber logrado esto (cambios en la SAT), más el apoyo que nos ha brindado el Organismo Ejecutivo al darnos total independencia y el Congreso al haber aprobado las reformas a la SAT, hemos visto cómo se han conjugado distintos factores para forzosamente sentarnos a platicar y discutir una reforma fiscal”, dijo Solórzano.

El llamado del superintendente encontró eco en el sector empresarial, organismos de sociedad civil, el Ministerio de Finanzas y el propio presidente.

“Ante esa exigencia y clamor popular de tener abastecimiento en hospitales, salud, seguridad, calles, servicios básicos, transferencias condicionadas, todo… hay una deficiencia en temas de presupuesto, pero sobre todo en las cantidades que estamos manejando. Hoy por hoy, por mucho que la SAT esté recaudando casi su meta, también vemos que es insuficiente”, agregó Solórzano.

PRESUPUESTO Y CARGA TRIBUTARIA BAJA

En comparación con la carga tributaria del resto de países centroamericanos, Guatemala tiene la menor carga de la región y una de las más bajas a nivel mundial.

Mientras Guatemala se sostiene con una carga de 10 puntos porcentuales respecto del Producto Interno Bruto (PIB), otros países centroamericanos alcanzan un 15 y hasta un 19 por ciento.

Para este año, según autoridades de Finanzas, lo ideal podría ser alcanzar un 12 por ciento y aun así la carga seguiría siendo una de las más bajas.

El efecto es visible en la disponibilidad de recursos para las carteras del Estado y en el monto total de presupuesto anual.

Para el 2017, solamente los funcionarios a cargo de los Ministerios y algunas Secretarías, Ministerio Publico y Organismo Judicial solicitaron un presupuesto que supera en Q20 mil 471 millones al de este año, establecido en Q70 mil millones.

UNA REFORMA FALLIDA

La reforma fiscal impulsada por Otto Pérez Molina fue un fracaso en todo su conjunto. El objetivo era lograr las recaudación de Q4 mil 500 millones más en concepto de impuestos, pero las medidas sólo lograron ampliar la brecha fiscal.

Tras las primeras señales de inefectividad, el Gobierno sumó otras malas decisiones: concedió amnistías aduaneras, intervino las aduanas y las militarizó, eliminó la reforma al impuesto a la primera matrícula de vehículos y dio exoneraciones fiscales de hasta el 100 por ciento.

PRIMEROS PASOS PARA UNA REFORMA

Ayer, el Ministro de Finanzas Públicas, Julio Héctor Estrada, se sentó con el presidente Jimmy Morales para empezar a moldear una propuesta de reforma fiscal de parte del Organismo Ejecutivo que tendría que ser revisada por el Congreso.

Lo que propone Estrada es una reforma progresiva que favorezca los ingresos tributarios, pero que no afecte a otros sectores de la población. En esa línea, la idea es que quienes tienen más puedan pagar más, asegura.

Según lo anunciado, la opción que está descartada por completo para el Ejecutivo es el aumentar la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

En palabras de Jimmy Morales: “quien dijo que el presidente Morales iba a aumentar el IVA, mintió”.

No obstante, medidas que sí están siendo consideradas son la implementación del régimen tributario vigente hasta el 2012, que establecía la presentación de la planilla del IVA, y el aumento al porcentaje de las regalías para la extracción minera.

A decir de autoridades de Finanzas y del presidente Morales, debido a que esta reforma no tuvo un impacto favorable, lo ideal será retomar la modalidad anterior.

“Evaluamos desde hace algún tiempo los errores que se crearon con la reforma tributaria del 2012, principalmente, que se perdió un porcentaje del cumplimiento tributario y hacemos la propuesta de regresar al régimen de este año, pues la reforma fue regresiva”, explica el Ministro de Finanzas.

A esto el Presidente agrega que dicha reforma desmotivó a las personas para que pidieran su factura y a través de ese impuesto poder recuperar parte de su renta personal, presentando la planilla del IVA.

“En las pláticas se habló de poder retornar a modalidad anterior del Impuesto Sobre la Renta (ISR) como estaba en el año 2012, ya se hicieron modelos matemáticos y creemos que es necesario retornar a ese modelo, por supuesto, habrá mejoras”, explica Morales.

REGALÍAS MINERAS

Actualmente, las empresas que se dedican a la extracción de minerales en el suelo guatemalteco retribuyen al Estado el 1 por ciento de los ingresos que obtienen.

Con la información que el Ejecutivo ha adelantado, la nueva reforma aumentaría diez veces el valor de las regalías mineras en la extracción de oro, plata y platino.

“Se espera subir del 1 por ciento a un 10 por ciento de regalías, creemos que el oro, plata y platino deben pagar más porque es un recurso no renovable, muy valioso y no podemos desperdiciarlo como se ha hecho antes. Además, se plantea que la distribución de las regalías sea más justa”, dice el Mandatario.

Otras medidas planteadas por Estrada son: el fortalecimiento de la factura electrónica, contribuir a que la SAT apoye a las municipalidades con la recaudación del Impuesto Único Sobre Inmueble (IUSI) y fortalecer el régimen de pequeño contribuyente.

Mientras se concretan los planteamientos del Ejecutivo y toma forma la propuesta de una reforma fiscal, varios sectores ya han hecho saber su postura respecto a cómo debería ser esta reforma y qué aspectos debería abordar.

UNA REFORMA PROGRESIVA

Helmer Velásquez, representante de la Asamblea Social y Popular, explica una reforma real debería caracterizarse por ser progresiva y justa.

En principio, Velásquez expresa su rechazo “rotundo” al incremento del IVA. La organización a la que pertenece propone, en cambio, un incremento al ISR, particularmente para grandes contribuyentes y empresas.

“Nuestra segunda propuesta es eliminar el crédito fiscal a la exportación. Nos parece que es un privilegio que no se justifica y por lo tanto hay que eliminar el crédito fiscal”, agrega el entrevistado.

En la línea de las propuestas, la Asamblea sostiene que deben eliminarse las exoneraciones fiscales. “Nos parece que no se justifica ninguna exoneración dirigida a las grandes empresas”, asegura.

“Nos parece que la reforma fiscal es necesaria, pero esta debe ser profunda progresiva y directa”, concluye Velásquez.

COMBATE AL CONTRABANDO

Por su parte, el presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Javier Zepeda, trasladó la postura de este sector empresarial en cuanto a las propuestas para elevar los ingresos.

“Estamos claros de que existe la necesidad de incrementar el ingreso tributario y para incrementarlo hay muchas formas. Una de ellas es el combate al contrabando; otra de ellas es generar incentivos para que la informalidad pase a la formalidad”, indicó Zepeda.

La ventaja actual, según dijo, es que ha habido un avance en el combate contra la corrupción para generar confianza a inversionistas de fuera.

Para el empresario, ahora hay una disposición al diálogo en cuanto al tema tributario, por tanto, es un momento oportuno para hablar al respecto.

DIÁLOGO ES NECESARIO

Tanto José González- Campo, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) como Felipe Bosch, presidente de la Fundación para el Desarrollo (FUNDESA) respaldan la necesidad de una reforma, dadas las mejoras en la actuación de la SAT.

Sin embargo, para ambos es “imprescindible” entablar un diálogo entre distintos sectores para plantear cómo se puede asegurar la reactivación económica, para que de esta manera, se haga frente a la necesidad que tiene el Estado de tener más recursos para cumplir con sus responsabilidades.

José González-Campo asegura que es el momento idóneo para que se abra una discusión técnica e integral sobre la situación económica y fiscal por la que transita el país.

En ese sentido, considera que la reforma fiscal es una discusión de la que no se puede rehuir, ya que es un tema de país y debe ser atendido, pero a su criterio, se debe hacer una discusión del asunto que les permita tocar todos los puntos relacionados.

Por su parte, Bosch concuerda con ese punto y agrega que no solo se trata de generar ingresos, sino que además, se debe hablar de una mejor calidad del gasto, puesto que está visto que en los diferentes gobiernos los recursos, aparte de ser escasos, no se invierten eficientemente.

NO SOLO HABLAR DE IMPUESTOS

Hablar de una reforma fiscal implica mucho más que pensar en elevar o aumentar impuestos, pues deben estar contemplados otros aspectos como la eficiencia del gasto y la transparencia, asegura el analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Abelardo Medina.

“Cuando hablamos de un pacto fiscal uno de los errores que se comete es pensar que solamente hay que discutir el aumento de impuestos, pero el pacto fiscal debe involucrar por lo menos cinco diferentes vectores: impuestos, eficiencia y tamaño de gasto, administración de la deuda, transparencia y el sistema previsional y de gastos para el futuro”, explica.

El analista reconoce que es ineludible el tema de impuestos, pero destaca que antes de pensar en modificar estas tasas impositivas, se debe garantizar el uso eficiente de los recursos disponibles.

Es decir, que hay que pensar en medidas para reducir la evasión y reincorporar a los sectores que hoy no están pagando impuestos, indica Medina.

En la misma línea, el analista y economista, Erick Coyoy, agrega que un pacto fiscal aborda no solo el tema de tributos, sino que tiene que ver también con gasto, calidad de gasto, transparencia, clase de tributación, quiénes deben aportar más según lo que poseen, entre otros aspectos.

Es decir que, a su criterio, no se debe enfocar solamente en tributos, sino en una visión integral de la política fiscal para asegurar suficientes recursos y a la vez calidad de gasto y transparencia, apunta el analista.

Hasta ahora, es poco lo que se ha concretado respecto a esta reforma. No obstante, los primeros pasos en el proceso ya se están dando. Aún hace falta, según el Ministro de Finanzas, establecer una modalidad para manejar esta discusión y el formato a través del cual será discutido este proceso.

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