Por Regina Pérez
rperez@lahora.com.gt

La enfermera Celia Clua, de la comunidad Albesa de España, vino a Guatemala en el año 2000 y desde entonces inició un proyecto educativo destinado a apoyar a adolescentes indígenas de escasos recursos para que puedan continuar su educación en el nivel diversificado. El proyecto de Clua, fundado con Paula Ranilla se convirtió en la Asociación Ixmucané y se encuentra en la ciudad de Huehuetenango.

_Nac14_1bClua, originaria de Albesa, de la provincia de Lérida, de la región de Cataluña, cuenta que vino a Guatemala en el año 2000 a trabajar como voluntaria con la Asociación Ceiba y que fue entonces cuando se quedó en el país e inició el proyecto que apoya a mujeres jóvenes de Huehuetenango para que puedan continuar con su educación.

Venía como enfermera porque esa es mi profesión y vi tantas niñas que no estaban estudiando, recuerda Celia. El proyecto inició con 26 niñas y con dinero de su propia bolsa. A partir de 2001 comenzó a recibir apoyo de municipalidades y de su comunidad Albesa.

Posteriormente la iniciativa se convirtió después en la Asociación Ixmucané, una entidad con personería jurídica que ahora cuenta con un internado con la capacidad para albergar a unas 60 jóvenes que estudian en la ciudad de Huehuetenango. La residencia se ha convertido en un espacio en donde pueden incidir en la educación de las adolescentes con charlas, foros y talleres.

No solo damos la beca, intentamos dar la máxima formación posible con talleres de autoestima, de sexualidad responsable, medio ambiente, seguridad alimentaria, entre otros, señala Clua que administra la Asociación junto a Pepi Sánchez.

Sobre el por qué se enfocan en apoyar a niñas, Celia explica que es porque son las que menos tienen oportunidades de acceder a la educación.

Esto lo decidimos desde el primer día cuando montamos el proyecto con dos amigas más, nos dimos cuenta que hay muchas más niñas que no estudian en comparación a los niños, algunas se quedan en tercero de primaria y los niños terminan sexto, o llegan a sexto pero no llegan a Básico, explicó.

Las niñas son las que están más perjudicadas en las comunidades porque sus mamás las necesitan para cuidar a sus hermanitos o por otras razones son la última persona a la que tienen en cuenta, señala.

Por ejemplo, llegaba alguien a pedir una beca para su hijo pero cuando le decíamos que solo apoyábamos a niñas se iba y luego cambiaba de opinión y regresaba para pedir el apoyo para su hija, agrega.

Celia comenta que esta situación no solo ocurre en Guatemala sino que en su propia comunidad de Albesa. Fui una de las pocas que estudió, crecí en un hogar muy pobre y también lo hice con el apoyo de una beca, quizá por eso le doy tanto valor, no sé si hubiera podido estudiar si no fuera por eso, señaló.

APOYOS Y BECAS

Aunque el campo de acción de la Asociación se limita a los 22 municipios de Huehuetenango, en donde realizan visitas periódicas a las jóvenes que apoyan, Clua comenta que en el internado reciben a estudiantes de otros departamentos. En el mismo proveen los servicios de laboratorio de computación, áreas de estudio, área verde y talleres productivos, entre otros.

Por otro lado, Clua explica que por las limitaciones económicas las becas no son 100 por ciento completas y que cobran una pequeña cantidad a las internas por el hospedaje y la alimentación en el internado, pero que en casos excepcionales, como cuando las jóvenes no cuentan con un progenitor se les da un mayor apoyo.

Las jóvenes escogen sus carreras y la Asociación paga la colegiatura, lo que comprende su beca estudiantil. Celia cuenta que hay diferentes bolsas de estudio, según la necesidad de las jóvenes.

A lo largo de estos años la Asociación Ixmucané ha recibido el apoyo de socios en España, donaciones, y dinero que recaudan a través de rifas y amigos. Tuvimos mucho apoyo de gente que confiaba en nosotras, porque empecé con Paula Ranilla, recuerda Celia.

Según dijo, las jóvenes no solo han recibido el apoyo económico, sino que han mejorado su forma de pensar y se han fortalecido como mujeres.

“TENÍA GANAS DE SALIR ADELANTE”

Manuela García, una de las primeras estudiantes que recibió apoyo de la Asociación califica el apoyo que recibió como invaluable. García comenta que durante un año pudo realizar sus estudios de bachillerato trabajando como empleada doméstica durante la semana en la ciudad capital y estudiando los fines de semana ya que sus padres no podían costear su educación. Tenía esas ganas de salir adelante, no quería quedarme como un ama de casa, anotó.

Al encontrar dificultades para continuar el 5to bachillerato en la ciudad capital, sus profesores del Instituto Básico que conocían a Celia realizaron el contacto por lo que se trasladó a la residencia ubicada en Huehuetenango.

Actualmente García ya culminó sus estudios de derecho en el Centro Universitario de Nor Occidente (CUNOROC) y está por realizar sus exámenes privados para graduarse como abogada. La entrevistada señaló que sin el apoyo de la Asociación Ixmucané muy difícilmente hubiera podido culminar su educación. Más que ser las personas que me apoyaron son como mi familia, indicó.

Para conocer más del proyecto visite www.ixmucane.org o su página en Facebook.

Artículo anteriorLa Morera: El arte como motor del renacimiento de un barrio marginado
Artículo siguienteLos Simpsons votarán por Clinton